20 de abril 2004 - 00:00

Viejas picardías en el Avenida

La corte de Faraón
"La corte de Faraón"
«La corte de Faraón», de V. Lleo. Con S. Guida, H. Fontova, R. Fontán, G. Rovito, S. Daniel, L. López Linares y otros. Acróbatas: L. Gallardou, R. Oses y F. Rosen. Dirección Musical: D. Riol. Dirección, puesta en escena y relatos: C. Gallardou. (15/4 Teatro Avenida).

Esta zarzuela casi centenaria renació en la cartelera del Avenida, en un loable empeño por mantener vigente el género. En el mismo escenario volverán, próximamente, «La viuda alegre» y «La del soto del parral».

«La corte de Faraón»
quiso ser, allá por 1910, una sátira sobre la monumental «Aída», de hecho hasta se cita el « Ritorna vincitor» para recibir en Memphis al general Putifar, victorioso de la guerra entre Egipto y Siria. El gran Sacerdote eligió una casta doncella de Tebas para el general, pero a éste una inoportuna flecha lo hirió en una parte corporal imprescindible para consumar el matrimonio.

Ahí está el eje de la trama, con su contrapersonaje en el bien dotado, pero casto, José. ¿Qué se podía hacer con un argumento así? Olvidarse de la tradición y que se convierta en un espectáculo de Claudio Gallardou, con él mismo como relator para ir hilvanando una trama de inocente picardía en varios cuadros y acto único.

Algunos personajes parecen salidos de «Asterix» y otros de jeroglíficos -los que enmarcan la escena son muy divertidos-, en caricaturas de «comic» y actuaciones de lógica excentricidad; las alusiones sexuales y otras picardías son insinuadas y no hay ni una palabra subida de tono.

Horacio Fontova
compone el personaje de Casto José de manera más que eficaz, y cuando se largue con alguna «morcilla» va a ser doblemente divertido; original el Faraón de Gabriel Rovito y espontánea la actuación de Roxana Fontán. El único cantante lírico es el barítono Leonardo López Linares, que al fin se divierte un poco, ya que siempre le tocan papeles dramáticos, y aquí es nada menos que Putifar; muy sueltas las tres viudas.

El espectáculo adquiere categoría y brillo con la aparición de Sandra Guida y es el delirio cuando canta «Ay Ba, Ay Ba, Ay Babilonio que marea».

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