La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advirtió este jueves que el aumento de las tensiones comerciales globales podría impactar negativamente el crecimiento económico y ejercer nuevas presiones sobre la inflación, al tiempo que confirmó que la institución está llegando al final de su ciclo de política monetaria restrictiva.
Christine Lagarde alertó sobre la tensión comercial, habló del futuro de las tasas y desmintió su salida del BCE
Lagarde reafirmó su compromiso de completar su mandato al frente del BCE en un contexto de creciente incertidumbre global, marcado por tensiones comerciales y una política monetaria que entra en una nueva fase de cautela y evaluación constante.
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El BCE se prepara para recortar la tasa al 2% y abre la puerta a nuevas bajas
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La inflación en la zona euro cae por debajo del objetivo del BCE
Lagarde confirma el fin del ciclo de alzas y advierte por tensiones comerciales.
Tras la decisión del Consejo de Gobierno del BCE de recortar los tipos de interés en 25 puntos básicos, llevando la tasa de depósito al 2% —su nivel más bajo desde diciembre de 2022—, Lagarde aseguró que el BCE se encuentra bien posicionado para afrontar un escenario económico incierto. La decisión fue adoptada “casi por unanimidad”, con solo un miembro del Consejo votando en contra.
“Al nivel actual de los tipos de interés, creemos que estamos bien posicionados para afrontar las condiciones inciertas que se avecinan”, afirmó Lagarde durante la conferencia de prensa en Fráncfort.
La presidenta del BCE reconoció que el ciclo actual de política monetaria se ha desarrollado en respuesta a una serie de shocks acumulados, como la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania y la crisis energética. No obstante, advirtió que la nueva etapa estará marcada por "diferentes actores, diferentes socios y diferentes políticas", en alusión al cambiante panorama geopolítico y económico.
Proyecciones revisadas
En línea con el recorte de tasas, el BCE actualizó sus proyecciones macroeconómicas, destacando que la inflación seguirá una senda descendente:
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2% en 2025, en línea con el objetivo del BCE,
1,6% en 2026, aunque Lagarde aseguró que la tasa “sin duda volverá al 2% en 2027”.
En cuanto al crecimiento, el BCE revisó levemente a la baja su estimación para el primer trimestre de 2025, del 0,4% al 0,3%, aunque Lagarde no descartó que esta cifra pueda ser corregida al alza más adelante. A pesar de la confianza en la dirección de la economía, subrayó que el entorno sigue siendo frágil.
Riesgos por tensiones comerciales
Lagarde hizo hincapié en que uno de los principales focos de incertidumbre son las crecientes tensiones comerciales globales, cuyo impacto potencial aún no está contemplado en el escenario base del BCE. La presidenta advirtió que las consecuencias de una escalada en represalias comerciales, y las decisiones políticas en materia de exportaciones e importaciones, podrían alterar las previsiones de crecimiento e inflación.
“Seguiremos analizando, evaluando, midiendo y asegurándonos de cumplir nuestro objetivo del 2% a medio plazo”, insistió Lagarde.
El mensaje fue claro: si bien la política monetaria parece estar entrando en una etapa de mayor estabilidad, el BCE mantendrá una postura dependiente de los datos, evaluando reunión a reunión los efectos de la evolución macroeconómica y geopolítica para tomar futuras decisiones.
Lagarde niega salida anticipada del BCE: “Estoy decidida a cumplir mi mandato”
Christine Lagarde sobre los rumores de una posible salida anticipada del Banco Central Europeo para asumir la presidencia del Foro Económico Mundial:
“Puedo decirles con total firmeza que siempre he estado, y estoy, completamente decidida a cumplir con mi misión. Y estoy decidida a completar mi mandato. Así que lamento decirles que no van a librarse de mí tan fácilmente.”
Estas declaraciones las hizo en la conferencia de prensa posterior a la decisión del BCE de recortar tasas, luego de que el Financial Times publicara que Klaus Schwab —fundador del WEF— habría hecho "arreglos prácticos", como la preparación de un apartamento en Suiza, para que Lagarde asumiera ese cargo antes de que finalice su mandato en 2027.
Aunque no negó directamente que existieran conversaciones con el Foro Económico Mundial, sí dejó claro que no tiene intención de dejar su puesto en el BCE antes de tiempo. Incluso lo acompañó con un gesto teatral, encogiéndose de hombros, en tono distendido.
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