La Ciudad celebró el Año Nuevo Chino con una carrera de "botes dragones"

Se trata de un deporte que tiene 2.200 años de antigüedad y que busca convocar a la suerte, la unión y la fuerza.

Las celebraciones por el Año Nuevo Chino

Las celebraciones por el Año Nuevo Chino

Télam

Los festejos por el Año Nuevo Chino se trasladaron este domingo a Puerto Madero, donde poco antes del mediodía se inició una regata de "dragon boats" o barcos dragones, un deporte náutico de más de más 2.200 años de antigüedad cuya largada en Buenos Aires estuvo precedida de un colorido acto que incluyó la ceremonia de "despertar al dragón".

Los dragon boats son canoas para 10 ó 20 remeros o palistas, que tienen como mascarón de proa una cabeza de dragón y, como terminación de popa, una cola de la misma bestia mitológica.

Además de los remeros, la disciplina requiere de un capitán de equipo que se sienta frente a las dos líneas de palistas para marcarles con un tambor el ritmo del movimiento sincronizado, y un timonel.

"Según la leyenda, los chinos somos descendientes del dragón, que representa bienestar, riqueza y buena suerte. Y como hoy es el primer día del Año Nuevo Chino, hacemos este festival de bote dragón exactamente igual al que se hace en nuestro país porque queremos que la suerte, unión y la fuerza también acompañe a la Argentina", dijo a Télam el cónsul de China en Buenos Aires, Zhijun Chen.

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El diplomático explicó que esta tradición se inició allá por el año 200 antes de Cristo, como "una actividad en memoria del poeta y patriota chino Qu Yuan", que en el año 278 antes de nuestra era se suicidó tirándose a las aguas del río Milou al ver que su reino -el Estado de Chu- iba a ser conquistado por un soberano enemigo.

Según el mito, Yuan era tan popular que al correr la noticia de su muerte, la gente se lanzó al río en sus botes tocando gongs y tambores para espantar a los peces y tirarles "zongzi" o bocados rellenos de arroz para que, hartos de comida, no tocaran el cuerpo del poeta.

De la segunda edición del festival de dragon boat en Puerto Madero, participaron 18 equipos en representación de diferentes clubes náuticos, barrios cerrados e instituciones, integrados por deportistas tanto chinos y como argentinos

"El año pasado eran todos chinos, pero este año son mucho más argentinos y estamos felices de que así sea porque queremos que esta actividad sea una pasión para todos", afirmó con orgullo Chen.

"Hoy hay polos para entrenar deportes náuticos en todos lados y el dragon boat es tan sencillo que lo puede practicar cualquiera con una instrucción mínima y los elementos de seguridad requeridos", dijo a Télam la presidenta de la Federación Metropolitana de Remo, María Julia Garisoain quien representó al país en los Juegos Olímpicos 1996 y 2000.

Ocho de los 18 equipos fueron femeninos y la mitad de ellos se se enmarcan dentro del movimiento denominado "remeras rosadas" de mujeres comprometidas con la prevención y visibilización del cáncer de mama, algunas de ellas sobrevivientes de esta enfermedad, ya curadas o en tratamiento.

"Está comprobado que, al trabajar mucho la zona pectoral, irriga más sangre al área mamaria ayudando a prevenir o tratar de otra manera el cáncer de mama. Además, el remo tiene un montón de beneficios psicológicos y hormonales", dijo a Télam Manuela Messina, integrante del equipo Puerto Escobar de "remeras rosadas".

La actividad comenzó pasadas las 10:30 en un muelle instalado sobre el dique 3 de Puerto Madero, con acceso por la calle Azucena Villaflor, entre Manuela Gorriti y Manuela Dealessi.

La gente se agolpó desde temprano junto a las vallas que dan al dique para presenciar la a actividad, que comenzó con una coreografía de baile acrobático realizado por niñas de entre 6 y 10 años, pertenecientes al Centro Cultural Chino que bailaron vestidas con uniformes maoístas y falsos fusiles al hombro, en conmemoración de los 70 años de a proclamación de República Popular China que se cumplieron en octubre del año pasado.

Posteriormente, se realizó el tradicional baile del dragón y el león. Y todo bajo la mirada atenta de las cabezas de dragón de las distintas embarcaciones, que fueron desmontadas y llevadas en hombros de sus remeros, para participar luego de la ceremonia de "despertar al dragón", paso ineludible para el inicio de la competencia.

Después de los discursos de rigor, el cónsul de China en Buenos Aires y Garisoain, pero también el presidente de la Asociación Argentina de Botes de Dragón, Jigaeng Liu y el secretario de Desarrollo ciudadano de la Ciudad de Buenos Aires, Gustavo Gesualdo, procedieron a "despertar al dragón", es decir, pintar las pupilas de los mascarones de proa porque "no se puede entrar al agua si el dragón no despertó".

Después de una etapa clasificatoria, los equipos ganadores de cada categoría se medían esta tarde en semifinales, tercer y cuarto puesto, y la gran final, siempre cubriendo los 300 metros que separan el muelle de la línea de largada, junto al Puente de la Mujer, cuya baranda amaneció decorada con una banderola compartida por las enseñas china y argentina.

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