Lo que el canto de la calandria revela: mitos, señales y secretos de un ave típica del país

Su canto es inconfundible y su presencia, habitual en patios y jardines. Para muchos, la calandria anuncia visitas, cambios de clima y hasta casamientos.

Cuando canta desde el patio, el silencio parece detenerse para escucharla.

Si alguna vez escuchaste su canto entre los árboles o cerca de la cocina, tal vez te preguntaste qué mensaje trae consigo. La calandria grande o común (Mimus saturninus), conocida también como sinsonte calandria, es mucho más que una excelente imitadora de sonidos: es protagonista de leyendas, augurios y creencias populares profundamente arraigadas.

Este pájaro originario de Sudamérica se caracteriza por su habilidad vocal. Puede imitar otras aves, silbidos humanos e incluso melodías, todo con gran precisión. De hecho, su nombre científico lo anticipa: Mimus significa “imitador”. Mide cerca de 27 centímetros, tiene el plumaje grisáceo con detalles blancos y prefiere vivir en estepas o praderas, sin migrar en invierno. Su alimentación es variada: combina insectos con frutas y, en primavera, comienza la etapa de reproducción con nidos que construyen en pareja.

Puede imitar otras aves, silbidos humanos e incluso sonidos urbanos con notable precisión.

Buenos Aires Ciudad

Qué significa el canto de la calandria

Lo que realmente la vuelve especial es el lugar que ocupa en el folclore argentino. A esta especie se la llama “la reina de los ojos negros” y se la considera símbolo de libertad. Tan fuerte es esa conexión, que se dice que si se la encierra, deja de cantar e incluso puede morir.

En el campo, su canto suele anunciar visitas inesperadas si se oye cerca de la cocina, y “novedades” si proviene del patio. También se la relaciona con cambios de clima: si canta y salta de un lado a otro, se interpreta como una advertencia de lluvias o bajas de temperatura. Y si sacude las alas intensamente, podría anunciar fuertes vientos.

Existen creencias aún más íntimas. Si anida cerca de una casa, se cree que habrá armonía en la pareja, mientras que si entra a una vivienda, muchos lo interpretan como señal de un casamiento cercano. En regiones como Cuyo, en invierno, se afirma que su canto “llama al Zonda” cuando imita el sonido de otras aves.

Más allá de las creencias, hay algo innegable: cuando la calandria canta, algo cambia en el aire. Y quizás por eso, escucharla siempre genera la sensación de que algo importante está por pasar.