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AMIA: procesados por atentado se negarán a declarar en el juicio
La segunda jornada del juicio se centró en la acusación fiscal
Juan Manuel Ubeira, el abogado de Ribelli, sostiene que esperará hasta que se incorpore toda la prueba que falta de la instrucción suplementaria para hacer hablar al ex comisario.
El Tribunal Oral N° 3 pasó a un cuarto intermedio hasta el viernes (por las festividades judías del Día del Perdón de hoy y de mañana), dejando pendiente la lectura de la instrucción realizada por el juez Juan José Galeano, referida a la adquisición de la camioneta Trafic que fue utilizada como coche bomba. El escrito de Galeano también es extenso; por eso se calcula que el verdadero juicio empezará el miércoles de la semana próxima.
La audiencia de ayer giró en torno al presunto «pacto de silencio» que llevó adelante el comisario Ribelli con sus subordinados. A entender de los fiscales, esta actitud habría respondido a una maniobra ideada para desviar la investigación y a la intención de desligarse de la causa de la que el ex comisario sabía que estaba involucrado. Con esa convicción, los fiscales evalúan pedir para el ex policía reclusión perpetua.
En esa línea de investigación, se hizo referencia a las escuchas telefónicas registradas el 12 de julio de 1996, día en que Galeano ordenó detener a todos los policías investigados.
Siempre según la versión de los fiscales, en esas grabaciones estaría Ribelli hablando con sus jefes sobre su inminente detención y dando órdenes a los subordinados para que no declararan . «Todo el mundo se va a negar a declarar, nadie sabe de qué se trata, no se qué ensalada han hecho», decía Ribelli en otra comunicación que fue captada por los investigadores poco antes de que se produjeran las detenciones por el atentado a la sede de la AMIA.
La segunda cuestión estuvo relacionada con la presunta intención de jefes policiales de la Bonaerense de apuntar las acusaciones del atentado sobre militares del sector carapintada. Una maniobra en la que habría tenido decisiva influencia el ex convicto Ramón Solari. Esto, cuando el único sospechoso del atentado era Telleldín.
Pero más allá de las escuchas telefónicas y de un supuesto pacto de silencio, lo que más complica al ex comisario Ribelli es una escritura que fue secuestrada por una unidad antiterrorista de la Policía Federal en una escribanía. En ese documento, el ex comisario habría dejado por escrito una herencia anticipada de $ 500 mil para cada uno de sus hijos.
Según declaró el ex policía, ese dinero (unos 2,5 millones de pesos) lo había recibido de su padre, pero los fiscales se empeñaron ayer en demostrar que su progenitor era «empleado ferroviario» y que «no podía amasar semejante fortuna». «Ese dinero habría sido recibido por Ribelli y sus hermanos un día después de la entrega de la camioneta Trafic por parte de Telleldín a hombres del comisario que los extorsionaban», apuntaron.
Los fiscales consideran que los 5 principales acusados, Ribelli, Telleldín y los ex policías Anastasio Leal, Mario Barreiro y Raúl Ibarra, fueron «partícipes necesarios» del atentado.


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