Tres caminos se entrecruzan en esta primera película de Leandro Koch y Paloma Schnachmann. Primero asoma la voz de alguien que quiere contarnos una historia de amor, es decir, la historia de un estafador, o de algo que se va muriendo. Ese alguien con voz de mujer es uno al que los judíos prefieren referirse como “Aquel”, para no decir su nombre. De a poco entenderemos que nos está contando una vieja fábula sobre un ayudante de sepulturero, una joven ansiosa de conocimiento, una mula y algunas otras cosas. Esa fábula coincide ocasionalmente con la historia que vemos en pantalla, donde un joven se inventa como documentalista de música klezmer para enamorar a una clarinetista ansiosa de conocimiento. También se inventa estudioso de la Torah, pero solo memoriza unos textos de Baruch Spinoza con los que deslumbra a la chica y ofende al suegro, que para colmo es un rabino. En este caso, hay más de una mula. Pero ese personaje inventado es el que nos lleva al tercer camino.
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La Argentina y Austria, unidas en la música klezmer
El mismo pasa por Austria, Ucrania, Rumania y Moldavia. En Austria el personaje encuentra fondos para su proyecto (graciosamente, también ahí Koch y Schachmann lograron financiar esta película). Y en pequeñas aldeas de los otros países encuentra algunos músicos viejos y muy viejos, que tocan en reuniones, en sus casas o el patio de sus casas, pero no hay bandas puramente klezmer. La tradición se fue diluyendo, se mezcló con otras fuentes, y hay quien dice que murió, culpa del Holocausto, que arrasó con la gente, pero también el sionismo, que impuso el hebreo despreciando el idisch, y el tiempo, que todo lo borra. ¿Renacerá esa música tan rica y deliciosa? Puede ser. A lo largo del cuento escuchamos entre otros al dúo Lerner-Moguilevsky, la Tócsoi Banda, los Covaci, Vasile Rus, cartero violinista, y su hija, y al neoyorkino Bob Cohen, hijo de húngara y moldavo, aprendiendo de los viejos para transmitir después sus tesoros en los festivales de música folklórica y las casas grabadoras. Y disfrutamos como cinco versiones de la marcha “Bobober” para bodas, a cuyos sones bailan por la calle la novia, los invitados y demás borrachos. Linda tradición, que todavía no se ha perdido.
“Adentro mío estoy bailando”/“The Klezmer Project” (Argentina-Austria, 2023). Dir.: L. Koch y P. Schachmann. Int.: L. Koch, P. Schachmann, P. Sneh, L. Rinner.
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