8 de octubre 2025 - 16:00

Cómo perciben los hijos a sus padres cuando son chiquitos y por qué cambia ese sentimiento a medida que crecen

Durante las distintas etapas de vida, la maduración emocional, la búsqueda de independencia y las experiencias de vida afectan los vínculos intrafamiliares.

La niñez es el momento de mayor cercanía emocional entre padres e hijos.

La niñez es el momento de mayor cercanía emocional entre padres e hijos.

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Durante el ciclo de vida, la relación entre padres e hijos cambia constantemente. A través de las distintas etapas, los niños perciben a los adultos de distintas maneras, ya sea debido a su crecimiento físico, cognitivo o emocional, por lo que distintos estudios demostraron cómo cambia el vínculo entre padres e hijos con el pasar de los años.

A pesar de los resultados, es importante aclarar que no todas las relaciones intrafamiliares son iguales. Las vivencias, emociones, la búsqueda de autonomía por parte de los hijos y sus necesidades son pilares fundamentales en el desarrollo de su relación.

Cómo perciben los hijos a sus padres en la infancia

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Durante los primeros años de vida, los hijos ven a sus padres como su fuente de protección, alimentación y consuelo. Esta etapa es fundamental para la relación entre niños y cuidadores, ya que gracias a esta se desarrolla la capacidad de regulación emocional y la neuronal.

Luego llega la etapa preescolar, en la que la imaginación de los niños empieza a florecer. En este momento, los niños ven a los padres como figuras de poder y capaces de resolver cualquier situación. Los parientes se convierten en superhéroes en la mente de los más chicos, mientras que también es el momento en el que ellos hacen más preguntas.

Por qué cambia con el paso de los años

Familia

Todo cambia para los más jóvenes al llegar al colegio, ya que es ahí donde comienzan a transformar su percepción gracias a la llegada del pensamiento lógico. Los papás se convierten en autoridades y los niños cuestionan las normas impuestas.

Esto se intensifica en la adolescencia, donde los jóvenes luchan por su autonomía y buscan desafiar las reglas, lo que genera que los cuestionamientos se intensifiquen.

Luego de una etapa de distancia emocional, llega la adultez temprana, en la que poco a poco, los hijos vuelven a acercarse a los padres con una mirada más madura y realista. Los ven con sus aptitudes y defectos, lo que ayuda a que el vínculo sea parejo. De esta manera, distintas investigaciones demostraron que los hijos, al fin de cuentas, buscan flexibilidad, presencia y coherencia con sus papás.

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