10 de noviembre 2025 - 13:53

Manuel Puig, evocado en el Festival de Mar del Plata

Junto con la proyección del musical "El beso de la mujer araña", dialogaron en público Bill Condon (director), Tonatiuh Elizarraz (protagonista, Marcela López Rey y Juan Pablo Canala

Condon, Canala, López Rey, Elizarraz y otros protagonistas del diálogo público

Condon, Canala, López Rey, Elizarraz y otros protagonistas del diálogo público

Mar del Plata —“Oh, My God”, gimió Bill Condon, llevándose la mano al corazón. Es que en medio de una breve conversación habíamos mencionado a Diane Keaton. “Me dio mucha tristeza. Era una luz tan brillante… Es muy difícil imaginar que esa luz se haya apagado. Tuve una maravillosa experiencia trabajando con ella en una película para televisión que no trascendió, pero es una de las cosas que más me gustó hacer. Lo de ella va más allá de su talento como artista, se trata de su forma de ver la vida, su actitud ante la vida. A medida que me voy poniendo más grande recuerdo sus consejos respecto a la edad, como “rodéate siempre de gente joven”.

“O de viejos como Ian McKellen”, agregamos.

“Si, trabajé con él cinco veces, desde ‘Dioses y monstruos’ hasta ‘Holmes’ y ‘The Good Liar’, con Helen Mirren. Es un gran actor, y su grandeza radica en su gran inteligencia. Trabajar con él implica pensar cada escena, cada línea del guión, cada detalle del personaje que está creando contigo, y siempre hace que todo mejore un poco más. Eleva la calidad de todo. Así que no solo es un actor que interpreta un rol, él es más que eso, es un verdadero socio y colaborador”.

Hasta aquí la breve conversación que mantuvimos en un pasillo del casino marplatense, el segundo día del Festival Internacional de Cine. Horas antes Bill Condon había presentado sin mayor fortuna su versión musical de “El beso de la mujer araña”. Y horas después dio una charla pública sobre su obra, hecha de grandes aciertos y resonantes errores. Pero lo bueno fue la segunda charla, dedicada al escritor Manuel Puig. Ahí se sumaron Tonatiuh Elizarraz, protagonista de este film, el profesor de Literatura Juan Pablo Canala, muy agudo, y la actriz Marcela López Rey, que fue amiga personal de Manuel Puig.

“Lo conocí en México, se había ido de Argentina amenazado por la Triple A y tenía miedo de volver. Era sencillo, humorista, pero con un gran dolor adentro, con la mirada de quien ama un amor imposible, algo muy de mujer. Él entendía el pensamiento de la mujer, entendía la complejidad del alma femenina, y eso que somos complicadas. Amaba a la mujer hasta el punto de querer ser una”, evocó López Rey.

“Precisamente, Molina, el personaje que en cierta forma podemos asociar con el mismo Puig, se termina convirtiendo en la heroína de su propio relato”, confirmó el profesor Canala, en una exposición con power point de fotos familiares y borradores del manuscrito original que profundizó en la novela, le encontró méritos a la película y arrancó aplausos.

Con apellido vasco y nombre nahualt, figura varonil y “sexualidad fluida”, según él mismo se define, Tonatiuh Elizarraz nació en Los Angeles, hijo de padres mexicanos. Está entre lo más destacable de la película, o lo poco rescatable, según se mire. “Yo venía de una de acción y me ofrecieron un personaje poco habitual en el cine norteamericano, porque la novela es una historia romántica de amor queer. Ahora me siento como Hannah Montana. Pero ojalá esto se aprecie, porque estamos viviendo tiempos muy feos de mucha intolerancia”.

“Ahora en EE.UU. hay una demonización de los diferentes, por eso la novela de Puig tiene tanta actualidad”, subrayó Bill Condon, y remató: “A lo largo de tres años leí todo lo que pude de Manuel Puig, sus novelas, sus cartas. De las cartas tomé, por ejemplo, su opinión sobre ciertas actrices poco glamorosas. Me hubiera gustado ser su amigo. El también odiaba a Martín Scorsese”.

“Yo venía de una de acción —continuó—, enflaqueci, raro que cine le dé humanidad a un personaje gay. Encuentro modelo en Montgomery Clift de “La heredera”, esos actores que no podían salir del closet. Una organización muy influyente le escribió a Condon ‘no te atrevas a darle ese papel a alguien que no sea trans’”.

Marcela López Rey intervino: “Lo conocí en México, miedo de volver, sencillo, mucho sentido del humor, pero gran dolor encima. Fechas en que había sido feliz. T logra mirada mezcla de tormento por lo quno ama y no se da. Enamorado de cosas imposibles, muy de mujer. En su personaje. y en bailes faltó el conchazo, un movimiento que no tengo que explicar”

“Algunos dicen que quien escribía los guiones era la madre —dijo Canala—. “Las felicidades del capitalismo. Puig. Amenazado, tuvo que irse. En 1976 ruega a su editor que no publique esa novela. Muy preocupado por lo verosímil habla con presos toma apuntes. Fue muy criticado en EE.UU. por no construir el modelo de homo fuerte. Es homo real, llega a ser la heroína de su propio destino”.

Marcela López Rey: “Te pareces a Lorca, No me digas eso, porque murió joven. Estaba construyendo una casa pileta en Cuernavaca. Había llevado a la madre. Entendía el pensamiento de la mujer, la complejidad del alma femenina, y eso que somos complicadas. Amaba a la mujer al punto de querer ser una”.

Canala: “Lo que hoy se llama una sexualidad fluida, A los gringos les falta la sensibilidad latina. Mira el modo en que los maricones absorbemos la letra a, nos llamamos a nosotras mismas locas, mariconas. Somos las decepcionadas, pero tenemos las mejores líneas. Pueblos indígenas de diversas partes del mundo aceptan la fluidez desde siempre. Recepción. gesto. porque estamos pasando tiempos muy feos. Padres inmigrantes. Me siento un poco como Hannah Montana.”

Marcela López Rey: Los sueños, las desdichas son iguales para todos más allá de lo que te guste “allá”.

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