Es inevitable hablar de cocina cuando hablamos de veganismo. Esta postura ética que busca respetar la vida de los animales implica que realicemos algunos cambios en nuestra forma de vivir. El cambio más significativo por el que atravesar es el cambio en nuestra alimentación: aprender a reemplazar los nutrientes y construir una dieta saludable requiere conocer nuevos ingredientes y formas de cocinar.
Cómo llegar a una cocina vegana accesible
Considerar un cambio en la alimentación puede resultar abrumador. Pero hay muchas cosas por cambiar. Dado que no hay una persona vegana perfecta, y que cada quien hace lo que puede en este mundo imperfecto, nadie puede pedir más.
-
Continúa abierta la lotería de Visas para emigrar a Estados Unidos: cómo acceder
-
Cuáles son los 3 mejores lugares de Argentina para hacer trekking en primavera, según la Inteligencia Artificial
Aunque sabemos que una alimentación basada en plantas puede ser significativamente más barata que una basada en productos de origen animal, esto depende de poder comprar los ingredientes, prepararlos y cocinarlos, lo que no siempre es posible en determinadas condiciones, por ejemplo, con una discapacidad o en situación de vulnerabilidad económica. Recurrir a platos rápidos y fáciles, o ya preparados, puede ser mucho más costoso, y en muchas partes del mundo hay pocas o ninguna opción vegana de este tipo.
La activista por la discapacidad y los animales Sunaura Taylor señala que la discapacidad lleva a la pobreza, y la pobreza a la discapacidad. Por lo tanto, el costo de los alimentos precocinados puede ser una barrera importante para el veganismo. El acceso también es un problema. Es posible que no todos los ingredientes veganos necesarios puedan encontrarse en las tiendas cercanas, y las personas con movilidad reducida pueden tener dificultades para llegar a las más alejadas.
Además, puede haber requisitos dietéticos que no pueden satisfacerse en la práctica con una alimentación vegana, como la intolerancia a las proteínas de origen vegetal, y algunas personas pueden depender totalmente de que otra persona les cocine. Incluso quienes sufren dolores crónicos o agotamiento físico, considerar un cambio en la alimentación puede resultar abrumador. En todos estos casos, la transición a una alimentación basada en plantas puede ser muy difícil.
Lorna McFindlow, una bloguera vegana que escribe sobre discapacidades, preguntó a algunas de sus amistades con enfermedades y discapacidades sobre las barreras para cambiar su alimentación. Las respuestas incluyeron:
«Para muchas recetas hay mucha preparación, por lo que a veces resulta difícil».
«Debido a los problemas sensoriales por mi autismo, hay menos alimentos que me gustan que los que no, y lo peor son las verduras. Hay muy pocas verduras, legumbres, cereales, etc. que pueda comer con facilidad. Por razones medioambientales y de derechos de los animales he reducido la carne y los productos de origen animal, pero no puedo hacer más que eso».
«Tengo ME (Encefalomielitis Miálgica) e IBS (Síndrome de Colon Irritable), así que me cuesta una cantidad inmensa de energía cocinar. Y cocinar para una familia que no quiere comer alimentos veganos, así que significa cocinar dos veces».
«Tengo SFC (Síndrome de Fatiga Crónica): no tengo dinero para comprar comida preparada vegana de la que pueda depender cuando regularmente no puedo cocinar o preparar una comida desde cero».
«Tengo graves alergias a todos los cereales y legumbres».
«Tengo un historial de anorexia, por lo que eliminar grupos de alimentos/restringir mi alimentación de cualquier manera sería extremadamente desencadenante».
Existen muchas conexiones entre el capacitismo y el especismo: la discriminación de las personas discapacitadas y la de los animales no humanos. La autora Michele Kaplan lo resume maravillosamente cuando escribe: «Como ocurre con todas las formas de opresión, el hecho de que alguien haya decidido que un determinado grupo demográfico es inferior, no lo convierte en verdad, ni justifica la opresión».
Como vegana, reconoce los múltiples retos que supone hacerse vegana, y su consejo es que cada quien haga lo que pueda. Si podemos comer menos carne, es un gran paso. Si podemos cambiar a leches vegetales en lugar de lácteos, es una acción muy positiva. Dado que no hay una persona vegana perfecta, y que cada quien hace lo que puede en este mundo imperfecto, nadie puede pedir más.
Quienes comunicamos sobre veganismo, alimentos y salud tenemos la responsabilidad de tener en consideración estos casos ya que representan a una gran parte de la población mundial. Entender que no todas las personas tienen las mismas condiciones para modificar sus hábitos alimenticios es crucial para hacer del veganismo un estilo de vida efectivo e inclusivo.
Directora de Generación Vegana - en Estrategia Salud y Ambiente.
- Temas
- Veganismo
Dejá tu comentario