El consumo de vinos blancos y rosados en Argentina y en el mundo viene creciendo sostenidamente, impulsado por consumidores que buscan perfiles más ligeros, frescos y versátiles. Las bodegas locales responden con nuevos lanzamientos, restylings, mayor trabajo en terruño y estilos que combinan sofisticación y ligereza, a la vez que buscan competir en mercados globales sin perder sello propio.
Vinos blancos y rosados: la categoría que gana espacio entre innovación, terroir y nuevos formatos
El consumo de vinos más livianos crece en todo el mundo. Las bodegas apuestan a nuevas vinificaciones y rediseños para capitalizar la demanda.
Los vinos blancos y rosados ganan protagonismo en las bodegas.
Tendencias de consumo: frescura, menor alcohol y versatilidad
“Hay una tendencia creciente en el consumo tanto de vinos rosados como blancos”, sostuvieron desde bodega Bandini, donde aseguraron que la tendencia está alineada con una demanda internacional de “bebidas más ligeras, frescas y fáciles de tomar”. Desde la bodega aseguran que el crecimiento del consumo es evidente. “Hemos notado un incremento de la demanda de nuestro vino rosado, tanto el Bandini Rosé como el espumante de Malbec, que van subiendo escalones en el mix de lo que nuestros clientes eligen”, sostuvieron María José del Amor, responsable de Marketing y Comunicación y Alberto Moreno, enólogo de la bodega.
“En Argentina hay una tendencia muy creciente de vinos blancos y rosados. Son los que más se están adaptando a los vinos con cero alcohol y eso el público lo está buscando”, explicó Adrián Vargas, enólogo de Bodega Atamisque, ubicada en Tupungato, Mendoza.
Por su parte, desde la bodega Andeluna, Jimena López Campos coincide en el cambio cultural del consumidor: “Hoy el consumidor está buscando vinos con menor graduación alcohólica, que sean más fáciles de maridar, disfrutables en cualquier época del año y, sobre todo, en las estaciones de primavera y verano”.
En la bodega Chakana, que se destaca por sus vinos biodinámicos, también se detectó un crecimiento sostenido: “Desde hace ya varios años hay un crecimiento paulatino y, tal vez, silencioso, pero a paso firme en el consumo de blancos y rosados”, explicó su enólogo Leonardo Devia. En el caso de los rosados, destaca la adopción de un estilo más gastronómico: “Está marcado por un nuevo estilo, un estilo más Provence que nos trae rosados, muchos más frescos, con textura, versátiles y súper gastronómicos”.
“Creo que la Argentina se encuentra en un período de descubrimiento de los vinos blancos. Tanto en lo referido a variedades como en el estilo de vino”, señalaron desde la bodega Don Manuel Villafañe. “Hay una tendencia a la exploración de distintos varietales, técnicas, zonas y perfiles. Hay un redescubrimiento del blanco como categoría y del rosado como acompañante cotidiano”, agregaron.
“En Argentina la gente está tomando un poco más de vinos blancos y rosados, aunque en otros lugares del mundo el consumo es mayor”, sostuvo Javier Collovati, enólogo de Valle de la Puerta, bodega de La Rioja. “Con el aumento de la temperatura, muchos prefieren tomar blancos y rosados”, agregó.
Gentileza: Bodega Bandini
Competencia global: oportunidades y desafíos
"El consumo de vinos blancos está aumentando debido a que tienen más cuerpo y concentración alcohólica. Los vinos blancos actuales pueden acompañar diferentes comidas, rompiendo el dogma tradicional. Los vinos rosados de alta calidad están ganando popularidad como una opción intermedia entre blancos y tintos", acota Walter Bressia, Enólogo y propietario de Bodega Bressia. "La tendencia actual se inclina hacia los vinos blancos y rosados, priorizando el placer del consumidor al elegir el vino para acompañar la comida", concluye.
Los vinos argentinos buscan expandir participación internacional, especialmente en blancos y rosados, pero sin ser copias.“El desafío de Argentina es llevar blancos y rosados de excelentísima calidad sin pretender copiar el estilo de los franceses, sino que mostrar al mundo vinos blancos y rosados con Identidad Argentina”, sostuvo López Campos.
“Las mejoras técnicas en la elaboración de este tipo de vinos han repercutido favorablemente en los mercados internacionales”, agregó Devia aunque reconoce barreras tradicionales: “Obviamente está la competencia con otros productores, como Francia e Italia que son los más tradicionales en blancos y rosados”.
El papel del terruño: altura, suelos fríos y complejidad
Cada lugar tiene sus características y de eso depende la elaboración y la diferenciación de cada vino. “Nosotros en el Valle de Uco estamos en una región privilegiada, con condiciones para elaborar vinos blancos, frescos, no muy alcohólicos y con buena acidez”, explicó Vargas.
La expresión del territorio aparece como eje común.“El terruño y el viñedo, junto al trabajo de la gente que los cultiva, constituyen el 100% de la identidad de nuestro rosado”, explicó Moreno. En copa, esa identidad se traduce en “aromas frescos y precisos en nariz, acompañados por una boca compleja y de gran amplitud”, agregó.
En tanto, desde Andeluna destacaron el valor de Gualtallary: “Podemos elaborar vinos blancos y rosados de una hermosa acidez con una muy buena frescura natural y con muy buenos matices”.
Desde La Celia, otra bodega con foco en Valle de Uco, Andrea Ferreyra subraya la impronta regional: “Todas las variedades que producimos tienen la impronta de la frescura, colores muy intensos, muy buena acidez y una excelente calidad de taninos”.
Nuevos estilos, innovación y técnicas de vinificación
Las bodegas apuestan a nuevas crianzas, recipientes y maceraciones para ganar textura y complejidad. Andeluna incorporó vinos naranjos y nuevas variantes blancas y rosadas. Este año elaboraron “un naranjo a partir de un Chardonnay de la zona de Gualtallary” y preparan nuevos lanzamientos para 2026.
En Chakana, la innovación es constante: “Realizamos crianzas en diferentes recipientes, como tanques de acero inoxidable o barricas, crianza sobre lías, incorporación del batonnage”, explicó Devia. En blancos trabajan con “fermentación con pieles, crianza con pieles, microvinificaciones con manejo separado de parcelas”, agregó.
“Estamos tratando todo el tiempo de hacer vinos distintos, sobre todo el Torrontés dulce natural nuestro que ha sido un boom y ha ganado premios. También hemos elaborado un torrentes con método de elaboración de naranjo y nos ha sido bien con eso”, sostuvo Collovati desde La Rioja.
Bandini, por su parte, avanza sobre el diseño como parte del producto: “Hace un tiempo que venimos trabajando intensamente en el rediseño de la imagen de Bandini Rosé pensado específicamente para resaltar y celebrar el color tan particular de este vino”, sostuvo del Amor.
“El gran desafío para adelante es encontrar variedades y zonas en combinación para la producción de altísima calidad de blancos sin olvidarnos de las líneas económicas que todavía tienen un gran camino por descubrir”, sostuvieron desde Don Manuel Villafañe.
Dentro de los nuevos protagonistas, Monte Quieto suma Alegre Viognier desde Pedriel, un vino “ligero y elegante” con perfil aromático que recuerda “al durazno blanco, la manzana verde y la pera madura”. También presentó Quieto Rosé Cabernet Franc, un rosado suave con “aromas florales y de frutos ácidos como la ciruela y la cereza”, ideal para quesos frescos.
En La Celia, el Chardonnay Pioneer se caracteriza por “una elegante mineralidad en boca y notas cremosas aportadas del roble”, mientras que La Celia Rosé, 80% Pinot Noir, 20% Pinot Gris, expresa “texturas únicas, frescura perceptible y una característica aromática que proporciona una complejidad incomparable”, señalaron desde la bodega.
¿Siguen siendo los blancos y rosados vinos de verano?
“La estacionalidad sigue existiendo pero ya no tanto, en épocas más frías también se toman”, explicó Vargas de Antesmique.
Todos coinciden en que hoy en día la estacionalidad se diluye, aunque no desaparece. “La estacionalidad sigue existiendo, pero hoy nos animamos y nos gusta abrir un vino blanco o un rosado en pleno invierno”, sostuvieron desde Chakana.
“Los blancos y rosados ahora se ven en las mesas de los restaurantes todo el año”, finalizó Collovati, evidenciando así que el consumo de estos vinos llegó para quedarse y crecer.
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