La reforma laboral y fiscal deben complementarse para que sean efectivas en las pymes

En el contexto de los cambios que prevé impulsar el gobierno en materia de legislación del trabajo, tributaria y previsional, debe considerarse como parte del análisis el sector empresario que más empleo genera.

Es imprescindible la coordinación de las reformas labal y fiscal para incrementar el empleo registrado

Es imprescindible la coordinación de las reformas labal y fiscal para incrementar el empleo registrado

Reuters

Las modificaciones necesarias de la estructura tributaria en los tres niveles de gobierno, deberán ser focalizadas, graduales y planificadas a mediano plazo y en un contexto de elevada responsabilidad fiscal, a los efectos de continuar con equilibrio fiscal.

Los esfuerzos realizados por los fiscos para reducir la economía informal, no han sido suficientes, y sabido es, qué con una presión tributaria demasiado elevada, esta tarea se hace más dificultosa aún. El nivel de la evasión tributaria consolidada es muy elevado, relacionándose ello, a su vez, con un elevado empleo “no registrado”.

Sobre las modificaciones necesarias y suficientes, que deberíamos hacer en materia fiscal y laboral, para preparar al país para el crecimiento y competitividad externa, ya se ha dicho y escrito mucho y entendemos que estamos en camino de consensos.

En el presente, nos centraremos en visualizar y resaltar, la necesidad de que ambas reformas, en el caso de las Micro y Pequeñas empresas, se piensen y armonicen de forma complementaria. La informalidad laboral y fiscal, viajan de la mano, se necesita generación de ingresos informales para pagar salarios informales.

Nos parece de interés, previo a ello, repasar la conformación del empleo y su informalidad, a los efectos de poder poner bajo la lupa, unos de los principales problemas que deben resolver las reformas: La informalidad laboral y fiscal.

El empleo en la Argentina

Los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), para el segundo trimestre de 2025, extraídos del total de aglomerados urbanos relevados, permiten poder ilustrar en forma aproximada el mercado de empleo en el país.

De ello se infiere, qué de una población argentina, de aproximadamente 46.200.000 de personas, la Población Económicamente Activa ascendería al 48.1 % (aproximadamente, unas 22.222.000 personas) y la tasa de empleo, importaría el 44,5 % (aproximadamente, unas 20.529.000 personas).

La cantidad de trabajadores desocupados importan el 7,6 % de la Población Económicamente Activa (PEA), aproximadamente unas 1.693.000 personas.

De acuerdo a datos del INDEC, el 15,3% de los ocupados trabajaría en el sector público. De ese total, un 21% pertenece al ámbito nacional, un 66% al provincial y un 13% al municipal.

De la población ocupada, el 43,0% se desempeña en condiciones informales, representando estimativamente unos 8.868.000 trabajadores. Significa ello, que aproximadamente cuatro de cada diez trabajadores, operan fuera del marco legal en materia laboral y de seguridad social, con impacto adicional en la recaudación impositiva.

Si analizamos la informalidad, descontando de la población ocupada el sector de empleo público (considerando qué en dicho sector la informalidad sería muy menor), nos daría un número aproximado para el sector privado, que llegaría al 48 % de informalidad.

La informalidad de asalariados importaría, aproximadamente unos 5.580.000 trabajadores y los restantes 3.288.000, corresponderían a independientes.

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El empleo informal

La distribución del empleo informal en porcentuales, se conforma aproximadamente de la siguiente forma: El 63% serían asalariados (aproximadamente. 5.580.000), el 34 % (aproximadamente, 3.015.200) autónomos y monotributistas y el 3% restante en empleadores y trabajadores familiares. (Fuente: Ministerio de Capital Humano- Secretaría de Trabajo Empleo y Seguridad Social).

A su vez, la informalidad correspondiente a asalariados (5.580.000), si se lo divide por tipo de empresa, se distribuye de la siguiente forma según la EPH: Empleadores de 1 a 5 trabajadores 72,29 %, empleadores de 6 a 40 trabajadores 19,21 % y empleadores de más de 40 trabajadores 8,50 %.

El empleo formal

Desde el año 2010, el número de asalariados formales se mantuvo casi igual, verificándose, además, un cambio estructural hacia actividades de menor productividad. En paralelo, aumentaron los monotributistas y la informalidad.

Al analizar el empleo registrado en el sector privado por tipo de empleadores, sobre la base de la información de seguridad social, el 50,20 % del empleo formal se encuentra registrado en los empleadores qué en su nómina, tienen hasta 100 trabajadores, pero si analizamos en función de la base recaudatoria y los ingresos de seguridad social a la ARCA, estas importan solo el 35 %. Ello, revela que el salario promedio registrado de las mismas, es muy inferior, a las que tienen más de 100 trabajadores en nómina.

De acuerdo a un informe realizado por la UCEMA (1), basado en fuentes de ARCA, Secretaría de Trabajo e INDEC, a abril de 2025, existía un total de 525.538 empresas registradas en Argentina. El 98% de las mismas, eran empresas con hasta 100 empleados. El 84% del total, tiene menos de 10 empleados (asimilable a la categoría de microempresa). El 13% son pequeñas empresas y el 2% emplean entre 51 y 100 trabajadores. Sólo el 2% del total de las firmas registradas (unas 9.939 empresas), emplean a más de 100 trabajadores.

Los costos implícitos de la registración laboral

Los costos actuales de la formalización de un trabajador, importan un 100 % adicional del salario de bolsillo del trabajador informal. Ello incluye los costos directos por aportes y contribuciones al sistema de seguridad social, salud y ART. y el costo de formalización fiscal adicional, que implica la generación de fondos suficientes. Quien tiene empleo no registrado, también tiene informalidad en lo fiscal.

El análisis del costo laboral no salarial, es un factor adicional sin dudas muy importante y necesita ser adecuado, para que contratar un empleado no se convierta en un imposible para las empresas pequeñas.

A ello hay que sumarle, los costos derivados de accidentes de trabajo y de la desvinculación del trabajador, que al judicializarse multiplican varias veces el monto indemnizatorio y ponen en riesgo la subsistencia de las empresas.

Al analizar los costos de formalización laboral y teniendo presente que el 72,29 % de la informalidad, está concentrada en empleadores con menos de 5 trabajadores, podemos inferir, que el costo de la formalización, seguramente esta en primer plano de la toma de decisión de formalizar, por parte del empleador.

Véase, que de acuerdo a los costos que implica la registración -antes indicados-, en un año, aquel que no registro un empleado, dejo de tributar el equivalente a 13 sueldos del empleado.

Debemos preguntarnos, si quien tiene trabajadores informales, no piensa primero en los números palpables y luego en contingencias futuras derivadas de tal situación.

El incentivo a la formalización, no debería descuidar la citada realidad, de lo contrario, el intento por bajar la informalidad, podría no ser exitoso, como tantos otros del pasado.

Medidas coordinadas para la formalización

Para reducir la informalidad, se necesitan reglas claras, ciertas y previsibles en el mediano plazo, certidumbre en los costos razonables que implica la contratación laboral y una justicia previsible. Los organismos encargados de la verificación y recaudación, deben armonizarse a los efectos de cumplir su rol.

Entendemos, que para que la formalización laboral tenga éxito, se la debería pensar, al menos en el caso de las Micro y Pequeñas Empresas, en forma conjunta con los objetivos de la formalización fiscal de dicho sector.

La formalización de empleo por relaciones laborales preexistentes, hacia atrás, debiese ser sin costo para el empleador, generando además seguridad jurídica para el contrato de trabajo. Un tema particular a definir, sería el reconocimiento de aportes y servicios del trabajador.

El costo de contribuciones patronales para adelante, debiese ser más reducido que el actual (Por ejemplo, podría ser un mínimo por empleado, un monto fijo, para el caso de empleadores hasta 3 o 5 trabajadores) y generarse además un pago a cuenta del mismo para IVA, de forma que ello, incentive indirectamente la formalización fiscal.

En el ámbito fiscal debe sumarse, además: Simplificación, eliminación de impuestos distorsivos y baja de tasas de los remanentes. Es sabido, que la cultura de formalidad fiscal se logra mediante una combinación de medidas: Educativas, institucionales y de control, que fomenten la ética y la responsabilidad ciudadana y el cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias. Debe estar presente también la inducción de percepción de riesgo, sumando equilibrio fiscal y eficiente aplicación del gasto público.

Según la EPH del INDEC, el empleo doméstico es uno de los sectores con la mayor tasa de informalidad, con un 75,4%. Debiese pensarse, en incentivos complementarios, a los existentes en el Impuesto a las Ganancias, a los efectos de reducir tal porcentual.

  • Formalización en el sector de la construcción de vivienda

Según la EPH del INDEC, otro de los sectores con mucha informalidad laboral, es el de la construcción privada. Quizá se pueda implementar un incentivo a la demanda, mediante el otorgamiento de un bono de crédito fiscal para quien compra una vivienda mediante crédito hipotecario, ello en el mediano plazo formalizará la parte fiscal, al aumentar el valor promedio de escrituración, conllevando una formalización hacia atrás de toda la cadena, incluyendo los salarios.

Se estima que el retorno fiscal (impuestos y contribuciones patronales) de la formalización en la actividad de construcción de vivienda, importa $ 40 de cada 100 invertidos, al tener en cuenta la demanda agregada hacia atrás y hacia adelante.

Entendemos que no hay costo fiscal de estas medidas, que incentivan la formalización fiscal, ya que la base imponible sobre la que se debe calcular el mismo, hoy está fuera de la imposición.

Corolario

La sustitución de empleo informal por registrado de calidad, seguramente será progresivo y vendrá por crecimiento sostenido, produciéndose una transferencia de asalariados de un sector a otro. Mientras ello ocurra, hay que complementar las reformas, tratando de dar incentivos que contrapesen las razones que hoy fundan la existencia de la informalidad.

Contador Público (UNLP). Director de Gómez & Asoc. Consultores Tributarios-Auditores. Miembro de la Comisión de Impuestos de la Cámara Argentina de la Construcción. Autor de artículos sobre la especialidad. Docente en UNR. Miembro de la AAEF. Coautor de Derecho Tributario- Legislación Usual Comentada- Ed. La Ley-2015. Expositor en cursos, charlas, seminarios y conferencias sobre la especialidad tributaria. Consultor.

(1) “Evolución de las Pymes en Argentina y su impacto en el empleo”. Autores: Anatilde Salerno, Mauricio Rampone – Septiembre 2025.

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