23 de febrero 2007 - 00:00

Chávez insiste con que EEUU quiere asesinarlo

Hugo Chávez.
Hugo Chávez.
Caracas (Télam/SNI).- El presidente venezolano, Hugo Chávez, retomó ayer las sospechas del "magnicidio" al asegurar que "el gobierno norteamericano" lo quiere matar, lo que aportó un nuevo episodio de tensión con Estados Unidos.

Chávez utilizó su programa radial Aló Presidente, para afirmar que "Estados Unidos sigue manejando el tema del magnicidio. Tengo fe en que seguiremos neutralizando esos intentos por parte del gobierno norteamericano".

El mandatario alertó, en esa misma línea de acusaciones, que "la extrema derecha fascista e irracional de Estados Unidos seguirá haciendo esfuerzos en este sentido".

En sus declaraciones, que reprodujo la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN), el mandatario caribeño agregó que el presidente estadounidense, George W. Bush, aludió en un discurso a Venezuela porque "tiene sobre la mesa de trabajo a nuestro país".

"Estados Unidos se ha dado a la tarea de asegurar que en nuestro país hay una crisis económica y que el socialismo venezolano comenzó a destrozar la economía productiva. Fue el capitalismo el que la destrozó y el que la hizo imposible desde siempre", insistió Chávez.

Expresó que en los últimos cuatro años el crecimiento de la economía venezolana ha sido uno de los más grandes del mundo y que eso forma parte de un plan de desarrollo integral del país.

"Estamos reconstruyendo y recomponiendo al país y con el trabajo de la gran mayoría convertiremos a Venezuela en una potencia en este continente", señaló.

A los cruces verbales reiterados que mantiene Chávez con el gobierno de Bush, el mandatario acusa la participación norteamericana en el golpe de estado contra Chávez en 2002 y el apoyo financiero a la oposición como fuente de su desconfianza.

A pesar del fluído intercambio comercial que alcanza los 40.000 millones de dólares, la importancia de Venezuela en el suministro de hidrocarburos y el peso del mercado norteamericano para la economía bolivariana, las diferencias políticas ideológicas marcan la otra cara del vínculo bilateral.

Por el otro lado, el panorama se complementa con la acusaciones al gobierno de Caracas de proteger el terrorismo, ofrecer un débil enfrentamiento al combate del narcotráfico y el alerta por el renovado camino al socialismo venezolano que marcará el nuevo mandato de Chávez.

Uno de los últimos cruces diplomáticos más fuertes se dio en ocasión de la elección en el Consejo de Seguridad de la ONU, en la que Estados Unidos planteó una abierta y activa oposición a la candidatura de Venezuela, lo que condujo a una larga ronda de votaciones.

Chávez fustigó en aquella ocasión a Estados Unidos, al considerar que ese país debería salir de las Naciones Unidas, en respuesta a la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, quien sostuvo que el Consejo de Seguridad sería inviable si entrara Venezuela.

Pero más allá del rol de Venezuela en América Latina, buena parte de la preocupación de Washington se centra en la proximidad política e ideológica que Caracas mantiene con Irán, país que enfrenta a la comunidad internacional con un programa de desarrollo nuclear.

En su prédica antinoarteamericana Chávez aprovechó varias tribunas en distintas partes del mundo para hablar en contra del "imperialismo norteamericano" y llegó a calificar a Bush como "diablo" y "dictador" en el mismo estrado de la Asamblea General de la ONU.

Bush expresó en distintas oportunidades que Venezuela no es una amenaza militar, pero sí contribuye al "debilitamiento de la democracia" en la región, palabras que fueron ratificadas por su subsecretario de Estado, Nicholas Burns, en la reciente visita que cumplió en Colombia, Brasil y Argentina.

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