15 de septiembre 2021 - 00:01

Tambalea un gigante del sector inmobiliario y pone a China en peligro de caer en una crisis

Las acciones se desplomaron 11% en Hong Kong. Inversores, contratistas y empleados acudieron a su sede en Shenzen para reclamar su dinero, pero fueron frenados por la policía. Su pasivo representa el 2% del PBI del país. Las autoridades trabajan para evitar una quiebra de efectos devastadores.

ANGUSTIA. Decenas de acreedores de Evergrande acudieron ayer al edificio de la compañía en Shenzen para reclamar airadamente.

ANGUSTIA. Decenas de acreedores de Evergrande acudieron ayer al edificio de la compañía en Shenzen para reclamar airadamente.

Pekín - El gigante chino del sector inmobiliario Evergrande, que se encuentra bajo una “tremenda presión” financiera, admitió ayer que ya no puede garantizar el cumplimiento de sus obligaciones. Aunque afirmó que, pese a eso, evitará una quiebra que podría ser muy dañina para la segunda economía mundial, unos 70 nerviosos inversores acudieron a manifestarse a la puerta de su sede en Shenzen (sudeste).

El promotor inmobiliario, que cotiza en la Bolsa de Hong Kong, se ahoga en una montaña de obligaciones superior a los 300.000 millones de dólares después de años de endeudamiento para financiar un crecimiento trepidante. Sus pasivos totales dan cuenta de nada menos que el 2% del PBI del país.

El anunció del posible impago derrumbó ayer las acciones en más de 11% –perdieron casi 80% desde principio de año– y explicó en buena medida la baja de 1,21% del índice Hang Seng de la Bolsa hongkonesa.

Auge y caída

Evergrande aceleró su crecimiento en la última década hasta convertirse en el segundo promotor inmobiliario de China, con 110.000 millones de dólares en ventas el año pasado. Con la ralentización del crecimiento de las ventas en los últimos años, Evergrande se diversificó a negocios no relacionados con el sector inmobiliario, como los autos eléctricos, el fútbol, los seguros y el agua embotellada.

La rápida expansión de Evergrande se ha alimentado de deuda. Ha obtenido préstamos de forma agresiva para respaldar compras de terrenos y ha vendido departamentos rápidamente, a pesar de los bajos márgenes, para volver a iniciar el ciclo.

Además de los canales bancarios y de bonos usuales, el promotor ha sido criticado por recurrir al mercado bancario en la sombra, menos regulado, que incluye fideicomisos, productos de gestión de patrimonio y papel comercial.

Dos agencias crediticias degradaron la semana pasada la calificación de su deuda y el valor de sus acciones cayó a niveles de 2009, entre especulaciones sobre un posible colapso.

La policía bloqueó el acceso de los manifestantes al edificio de Evergrande en Shenzen. Entre ellos se contaban inversores y contratistas a los que la firma debe dinero.

“A nuestro jefe se le deben 20 millones de yuanes (3,1 millones de dólares) y a mucha gente aquí se le debe todavía más”, dijo un hombre que solo dio su apellido, Chen.

“Estamos realmente muy preocupados. No hay una explicación clara... Tienen que pagar lo que deben”, agregó.

En un comunicado a la Bolsa de Hong Kong, Evergrande explicó que había contratado asesores financieros para explorar “todas las soluciones viables” para solventar su falta de liquidez y advirtió que no podía garantizar el cumplimiento de sus obligaciones.

El grupo aseguró que “las noticias negativas publicadas en los medios” han provocado “el continuo deterioro en la obtención de liquidez del grupo que, a su vez, coloca una enorme presión en el flujo de caja y la liquidez” de la compañía.

Una estimación de Capital Economics indica que tenía comprometida la finalización de 1,4 millones de propiedades para finales de junio.

Contagio

Existe el temor de un contagio al endeudado sector inmobiliario de China, que representa un cuarto de su economía, con afectaciones al sector bancario y los inversores.

“El colapso de Evergrande sería el mayor desafío que el sistema financiero de China ha sufrido en años”, dijo Mark Williams, economista jefe de Asia en Capital Economics.

“Los mercados no parecen preocupados por ahora por el potencial de un contagio financiero”, pero “esto cambiaría en caso de una quiebra a gran escala” que probablemente obligaría al Banco del Pueblo (central) a intervenir, indicó Williams.

“El desenlace más probable sería una reestructuración en que otros promotores asuman los proyectos por terminar de Evergrande a cambio de quedarse parte de la cartera de propiedades”, añadió.

Aunque ha vendido participaciones en algunos de sus múltiples activos y ha ofrecido importantes descuentos para deshacerse de bienes inmuebles, en la primera mitad de año registró un 29% de caída de sus beneficios. También tiene dificultades para vender sus oficinas en Hong Kong, incluso con un precio a la baja.

Evergrande fue fundado en 1996 por Xu Jiayin, que se convirtió en el hombre más rico de China durante el “boom” inmobiliario del país en los años 1990. Por entonces invirtió en masivas promociones en nuevas ciudades y en 2009 recaudó 9.000 millones de dólares en su salida a la bolsa de Hong Kong.

Un año después, el magnate compró un club de fútbol en dificultades y lo renombró Guangzhou Evergrande, que desde entonces ha ganado ocho ligas y ha fichado estrellas como el brasileño Robinho o el colombiano Jackson Martínez.

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