Se reforzó el gesto diplomático con la liberación del pesquero secuestrado por Pyongyang.
Pyongyang pidió a Seúl el envío de arroz y equipamiento para paliar los daños producidos por las inundaciones que sufrió en agosto el país comunista, lo que es visto como una nueva señal de distensión entre ambas Coreas.
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Según el Ministerio de Unificación surcoreano, Pyongyang indicó el pasado 4 de agosto que prefiere el envío de arroz y equipamiento tras el ofrecimiento de la Cruz Roja surcoreana la pasada semana de un envío de alimentos y medicamentos por valor de 10.000 millones de wones (6,6 millones de euros).
En un comunicado, el organismo sanitario norcoreana solicita a Seúl que envíe arroz, cemento y otros equipos necesarios para reconstruir la región septentrional afectada por las inundaciones.
Seúl rechaza enviar arroz a su vecino del Norte desde que las relaciones de ambos países se deterioraron con la llegada del conservador Lee Myung-bak a la Presidencia surcoreana en febrero de 2008.
La tensión entre los dos países se vio agravada por el hundimiento el pasado mes de marzo del buque surcoreano "Cheonan" debido a un ataque que Seúl atribuye a Corea del Norte. Sin embargo parece que vuelven a calmarse las aguas ya que Corea del Norte anunció que liberó a los siete tripulantes de un pesquero surcoreano detenido hace un mes por violar sus aguas territoriales cuando faenaba.
Más allá del pedido, el portavoz del Ministerio de Unificación surcoreano, Chun Hae-sung, dijo que el Gobierno está deliberando si acepta la petición norcoreana.
Mientras tanto, los medios surcoreanos aseguran que Corea del Norte está preparando una importante reunión de delegados del Partido de los Trabajadores, aparentemente para iniciar un proceso de sucesión en el poder del régimen comunista.
Corea del Norte mantiene en secreto la fecha de la reunión, aunque informaron que representantes del partido empezaron a llegar a Pyongyang en señal del inminente inicio de este encuentro, que no se celebra desde 1966.
Esta reunión especial del Partido de los Trabajadores elegirá a sus principales líderes, algo que es visto como una indicación de que el líder norcoreano, Kim Jong-il, prepara a su hijo Jong-un para sucederle en el poder .
Jong-il, de 68 años, que sucedió a su padre Kim Il-sung en 1994, había sufrido en agosto de 2008 un derrame cerebral, lo que aumentó las especulaciones en el proceso de sucesión al frente del régimen comunista de Corea del Norte.
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