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Una multitud asistió a la homilía de Francisco.
"Las vocaciones de especial consagración mueren cuando se quieren nutrir de honores, cuando están impulsadas por la búsqueda de una tranquilidad personal y de promoción social, cuando la motivación es 'subir de categoría', apegarse a intereses materiales, que llega incluso a la torpeza del afán de lucro", les dijo a 12 mil religiosos a los que habló en el centro "La Macarena" de la capital antioqueña.
"Como he dicho ya en otras ocasiones, el diablo entra por el bolsillo. Esto no es privativo de los comienzos, todos nosotros tenemos que estar atentos porque la corrupción en los hombres y mujeres que están en la Iglesia empieza así, poco a poco, luego se enraíza en el corazón y acaba desalojando a Dios de la propia vida", les dijo Jorge Bergoglio.
"No se puede servir a Dios y al dinero, no podemos aprovecharnos de nuestra condición religiosa y de la bondad de nuestro pueblo para ser servidos y obtener beneficios materiales", agregó.
El Papa pidió por la paz en Colombia e instó a la Iglesia local para que formen más misioneros.
De buen humor, se permitió algunos chistes, como lanzar una advertencia con reminiscencias porteñas: "Guay con los religiosos o religiosas que viven con cara de estampita", para provocar las risas del auditorio.
Sin rastros de cansancio pese a la maratónica agenda que desplegó hoy en Medellín, en medio de una gira que inició el miércoles en Bogotá y que termina mañana en Cartagena, Francisco planteó a sacerdotes, consagrados y seminaristas que "hay situaciones, estilos y opciones que muestran los signos de sequedad y de muerte".
"El veneno de la mentira, el ocultamiento, la manipulación y el abuso al Pueblo de Dios, a los frágiles y especialmente a los ancianos y niños no pueden tener cabida en nuestra comunidad; son ramas que decidieron secarse y que Dios nos manda cortar", planteó.
Tras haber visitado un centro para niños sin hogar y en situación de vulnerabilidad, el Pontífice pidió a los religiosos futuros y actuales que su estudio los "ayude a ser capaces de interpretar la realidad con los ojos de Dios, que no sea un estudio evasivo de los aconteceres de nuestro pueblo, que tampoco vaya al vaivén de modas o ideologías".
En una clara referencia al post conflicto colombiano, en línea con su llamado a que víctimas y victimarios hagan gestos concretos por la pacificación, el Papa convocó a ser "hombres y mujeres reconciliados para reconciliar".
En su primera actividad en Medellín, en una misa para más de 1 millón de personas que esperaron bajo la lluvia durante horas, el Pontífice había planteado que "la renovación no nos debe dar miedo. La Iglesia está siempre en renovación".
Tras regresar a Bogotá en un vuelo de Avianca, el Papa partirá este domingo a las 8.30 locales (10.30 de Argentina) hacia Cartagena para iniciar la última etapa de su visita a Colombia.
En la ciudad norteña, rezará en silencio en la casa santuario del jesuita San Pedro Claver y luego se despedirá con una misa en el puerto de la ciudad, antes de bendecir desde un helicóptero la imagen de 15 metros de altura de la denominada Virgen de la Bahía, patrona de los pescadores y barcos de la zona.
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