Involuntaria confesión de Rajoy: "La reforma laboral me va a costar una huelga"
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«La reforma laboral me va a costar una huelga», comentaba Rajoy al primer ministro de Finlandia, Jirky Katainen, acerca de su plan para reformar el mercado de trabajo español, que previsiblemente aprobará a mediados de febrero.
Un tanto inexperto todavía en grandes cumbres europeas, Rajoy pagó el precio de la inocencia ante unos micrófonos abiertos que delataron sus palabras, según se apreció en imágenes del circuito cerrado de televisión del Consejo de la UE.
En otro momento, Rajoy admite ante el primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte: «Ahora se viene lo más duro... es que nos han dejado una herencia muy mala», agrega en referencia al expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Poco antes, el jefe del Ejecutivo aseguraba que la reforma del sector financiero español se presentará esta semana, mientras que la del mercado laboral se producirá a lo largo de febrero, se especula que en torno al día 10 del mes que viene.
Relajación
Debido a la situación recesiva en España, Rajoy cuenta con que la Comisión de los 27 y sus socios en el bloque admitan una relajación en los objetivos de déficit, un nudo menos en la soga.
España preocupa en Bruselas: con un desempleo del 23% (cerca de 5,2 millones de personas) y una desocupación juvenil que roza el 50%, el Gobierno de Rajoy debe convencer a sus socios de que tomará las medidas necesarias para acabar con esa lacra, que recientemente fue calificada de «inasumible» por el comisario de asuntos económicos del bloque, Olli Rehn.
Según fuentes próximas a la Comisión Europea, podrían liberarse hasta 100.000 millones de euros sin utilizar del Fondo Social Europeo (FSE) para dedicarlos a políticas de fomento del empleo y la formación, especialmente de los jóvenes en toda la UE.
En ese sentido, el propio presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, no descartaba ayer flexibilizar el objetivo de reducción del déficit para España en 2012 para acompasarlo con la nueva situación recesiva en el país.
«España es esencial para la estabilidad de la zona del euro. Es importante que el nuevo Gobierno entable un diálogo constructivo con sus socios europeos, incluida la Comisión, y exponga sus planes de reforma de modo detallado con el calendario correspondiente», comentó Barroso.
«Sería conveniente ahora tener una discusión, que se va a seguir en el marco del eurogrupo y del ECOFIN sobre la situación en España. Yo aquí no puedo ahora entrar más en detalle sobre eso. Va a haber una discusión sobre las condiciones», aseguró el portugués.
España se comprometió con Bruselas a reducir su déficit desde el 8% en 2011 hasta el 4,4% del PBI en 2012.
No obstante, hoy por hoy esos objetivos parecen imposibles, especialmente tras las últimas previsiones del Banco de España y del FMI que apuntan a una nueva recesión en España.
En realidad, la cumbre informal de Bruselas, en la cual no se toman decisiones jurídicamente vinculantes (que se dejan para la cumbre de los próximos 1 y 2 de marzo), sirve al jefe del Ejecutivo español para reiterar su compromiso con la senda del ajuste, que pasa por el futuro tratado de disciplina fiscal, próximo a aprobarse sin el Reino Unido, que se ha desmarcado del texto.
Integración
Por otro lado, Rajoy expresó el apoyo sin fisuras de España en el proceso de integración de la UE. «El Gobierno será un fiel aliado de las instituciones europeas y por supuesto será un fiel aliado de la Comisión en unos momentos difíciles y complicados para el proceso de la integración europea. Nosotros seremos un interlocutor fiable, comprometido siempre con el interés general de Europa y naturalmente con nuestros propios intereses como españoles», comentó.
Al mismo tiempo, el presidente del Gobierno español aseguró que, en su opinión, sólo las políticas de austeridad no sacarán a la eurozona de la crisis.
«Hay que hacer a la vez consolidación presupuestaria, reformas, pero también liquidez y decisiones europeas en ese sentido», explicó.
Recientemente, el ministro de Economía, Luis de Guindos, adelantó que la reforma del sector financiero español supondrá, entre otras medidas, un incremento de las exigencias de provisión a la banca en unos 50.000 millones de euros.
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