7 de enero 2020 - 00:00

La fractura opositora agrava la inestabilidad política en Venezuela

Guaidó le hará frente a Luis Parra, el también disidente que se alió con el chavismo para arrebatarle el puesto en la Asamblea.

ASIENTO. Luis Parra ocupó el que fuera el lugar de Juan Guaidó en la Asamblea Nacional.
ASIENTO. Luis Parra ocupó el que fuera el lugar de Juan Guaidó en la Asamblea Nacional.

Caracas - La ruptura institucional se profundiza en Venezuela. Juan Guaidó sigue reivindicando su condición de jefe del Parlamento y presidente encargado con amplio apoyo internacional, mientras un diputado rival fue proclamado líder legislativo y Nicolás Maduro mantiene el control del poder.

Guaidó convocó a una sesión de la unicameral Asamblea Nacional para hoy en el Palacio Legislativo, pero surge una pregunta: ¿podrá hacer valer los votos de los 100 diputados opositores que lo reeligieron el domingo en las instalaciones de un periódico, entrar a la Cámara y subir al podio presidencial?

Piquetes militares y policiales se lo impidieron el domingo, lo que Guaidó tildó ayer como “un asalto” al Congreso.

Mientras intentaba saltar las rejas de la sede del Parlamento, bloqueado por uniformados con escudos antimotines, Luis Parra -un legislador opositor que rompió con él hace un mes tras ser acusado de corrupción- celebraba su juramentación con respaldo del chavismo.

Guaidó llamó entonces a una sesión en la sede del diario El Nacional, donde fue ratificado por la mayoría opositora legislativa.

Estados Unidos, la Unión Europea y aliados regionales como Colombia o Brasil renovaron su respaldo a Guaidó, quien como jefe parlamentario reclamó el 23 de enero de 2019 la presidencia interina de Venezuela con reconocimiento de medio centenar de gobiernos. El Grupo de Lima, ayer, lo felicitó por su reelección.

Maduro, en contraste, reconoció a Parra, quien también convocó a sesión para el martes.

“Juan Guaidó todavía tiene la facultad de venir aquí como un diputado más de los 167 que conforman la Cámara y sentarse en su curul”, dijo ayer Parra en el Palacio Legislativo. Guaidó respondió calificándolo de “cómplice de la dictadura”.

Parra es acusado de cabildear ante autoridades de Colombia y Estados Unidos para librar de responsabilidad a un empresario implicado en un caso de presuntos sobrecostos en la importación de alimentos para el gobierno de Maduro.

Poco después de la votación en la que fue reelegido, Guaidó pidió a su partido político, Voluntad Popular, que lo “relevara” de su militancia para ser “independiente” y “atender a cada uno de los sectores del país”.

La organización fundada por el mentor del líder parlamentario, Leopoldo López, aceptó el pedido a fin de “contribuir al fortalecimiento de la unidad” en la oposición.

El rechazo a Parra reagrupó a fuerzas opositoras que mantenían diferencias con Guaidó. “Fue impuesto por el chavismo (...) en un capítulo más de autocracia y abuso de poder y los abusos unifican”, afirmó Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis, quien considera que puede ser una oportunidad para revitalizar protestas.

Legisladores de la pequeña fracción “16 de Julio”, vinculada a la radical exdiputada María Corina Machado, apoyaron la ratificación de Guaidó pese a haber sido críticos con muchas de sus decisiones, como las fallidas negociaciones emprendidas con Maduro el año pasado con mediación de Noruega.

Ese grupo “tenía acordado abstenerse”, pero respaldó a Guaidó frente a la “barbarie”, dijo el diputado Omar González al darle su voto.

Henri Falcón, un chavista disidente que rompió el boicot de los principales partidos opositores a las presidenciales de 2018 ganadas por Maduro, tildó de “espectáculo bochornoso” la proclamación de Parra.

Sin embargo, la oposición deberá enfrentar un inminente llamado a elecciones para una nueva Asamblea Nacional, que según la ley deben realizarse en 2020, último año de la actual legislatura.

Ese escenario, subraya León, plantea “el riesgo de fracturas” entre quienes consideran participar y quienes lo descartan.

León recuerda que Maduro utilizó la dualidad de poderes como un arma contra sus adversarios y asegura que esta vez no es diferente.

Ya el oficialismo desconocía todas las decisiones del Parlamento después de que el Tribunal Supremo de Justicia lo declarara en desacato en 2016, y una Asamblea Constituyente integrada solamente por chavistas asumió en la práctica las funciones legislativas.

“Mientras Maduro mantenga control territorial y militar, la capacidad de acción ejecutiva o legislativa” de Guaidó seguirá siendo limitada, pero no su valor como “símbolo”, comenta León.

Parra, por lo pronto, ha anunciado que buscará nombrar un nuevo Consejo Nacional Electoral de cara a las votaciones legislativas.

El proceso había sido iniciado por Guaidó, quien exige elecciones presidenciales sin Maduro, pero no alcanzó consensos para ello.

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