3 de septiembre 2021 - 14:27

Quién es Iber Maravi, el ministro peruano que simboliza una nueva batalla política

El ministro de Trabajo de Perú, Íber Maraví, quien está en riesgo de enfrentar una censura del Congreso, es un profesor y abogado del departamento andino de Ayacucho que desde hace años acompaña al hoy presidente Pedro Castillo en luchas sindicales docente.

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(Por Gonzalo Ruiz Tovar, desde Lima).- El ministro de Trabajo de Perú, Íber Maraví, quien está en riesgo de enfrentar una censura del Congreso, es un profesor y abogado del departamento andino de Ayacucho que desde hace años acompaña al hoy presidente Pedro Castillo en luchas sindicales docente.

A Maraví, quien además es cantante de folclore y actor en películas de terror ayacuchanas, lo acusan de participar en atentados, lo que él niega mientras se resiste a renunciar porque "sería darle gusto a la ultraderecha". En ese marco, enfrentará la interpelación, para la que aún no hay fecha.

"Condeno al terrorismo, venga de donde venga, y lamento que se me quiera vincular con actos de terceros (…). Soy categórico en que no tengo pendiente ningún asunto con la Justicia, pues no tengo procesos ni sentencia alguna que manche mi trayectoria", escribió el Ministro en una carta pública en la que, dejando claro que no era una dimisión, puso el cargo a disposición de Castillo esta semana.

Pero el presidente no solo no lo cambió, sino que lo respaldó con una alusión en un discurso: "Cuando los hombres de abajo asumen una responsabilidad, les salen a decir incapaces. Hoy quieren tumbarse a los ministros para poner a sus aliados", dijo Castillo, a pesar de que su jefe de gabinete, Guido Bellido, había hecho público que le pidió la renuncia a Maraví.

Aunque desconocido hasta hace poco en el resto de Perú, Maraví, de 60 años y quien privilegió el trabajo en aulas sobre el ejercicio del derecho, ha mantenido un perfil alto en Ayacucho, el departamento más afectado, de lejos, por la violencia que de 1980 a 2000 dejó casi 70.000 muertos, según la Comisión de la Verdad.

Presidió el Frente de Defensa del Ayacucho -un grupo cívico de fuerte presencia-, fue concejal como independiente en la capital departamental, Huamanga, y se postuló sin éxito para el Congreso, además de dedicar tiempo para las actividades artísticas.

Pero su presencia más notoria fue como líder regional de los maestros, primero en el Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Perú (Sutep) y después en una disidencia que tuvo como máximo referente nacional a Castillo.

Según Maraví, habría sido imposible llevar esa vida pública si, como dicen sus acusadores, hubiera sido parte de Sendero Luminoso, el grupo maoísta armado que nació en Huamanga y al que la Comisión de la Verdad consideró el primer gran responsable del período de violencia que comenzó en los 80.

Dos informes de Policía que salieron a la luz después de que Maraví llegara al Gobierno lo señalan como "no habido" ejecutor de atentados dinamiteros cometidos entre 1981 y 1982. Al lado de su nombre están los de personas que se convertirían en mandos de Sendero, como Osmán Morote, Edith Lagos o Hildebrando Pérez Huaracca.

El Ministro solo admite haber conocido a Lagos, muerta en 1982.

"Por supuesto. Es una ciudad pequeña y ambos éramos escolares", dijo, pero negó cualquier relación con Morote o con Pérez Huaracca, aunque se casó con una hija de éste último. Según explicó, a su esposa la conoció años después de que el padre desapareciera.

"Los informes de la Policía en esa época eran una miseria. Los policías escribían cualquier cosa. No son determinantes", le dijo a Télam un periodista de Ayacucho que pidió omitir a su nombre para evitar que lo "terruqueen", neologismo usado en Perú en referencia a la tendencia de llamar "terroristas" a quienes se apartan del discurso de la derecha.

"Maraví puede ser, quizás, un ´filosenderista', pero eso tendría que verse dentro de un análisis político profundo. Es un radical, pero terrorista, no lo veo. Con esas cosas hay que tener mucho cuidado, son muy sensibles, y en Lima no lo tienen", añadió la fuente.

La oposición al Gobierno de Castillo además atacó a Maraví por su labor en la disidencia del Sutep –a la que le dio reconocimiento legal en su primer acto como ministro-, pues allí hay miembros del Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), brazo político del casi extinto Sendero. Incluso, han dicho que es militante, pero él los desafió: "Nunca he sido ni seré miembro del Movadef. Muéstrenme un documento que lo diga".

El congresista Jorge Montoya, quien ha prometido sacar a los ministros "uno por uno", había puesto ya a Maraví primero en su lista, pero todo se agilizó con la aparición de los informes policiales.

"Insto al presidente a que haga cambios para evitar estos choques", dijo Montoya al anunciar que él y otros 19 congresistas de tres partidos entregaron el pedido de interpelación, que ahora sigue los trámites. Si las respuestas del Ministro no convencen, se pasará a votación para determinar si se le permite o no seguir en el puesto.

Voceros de partidos de centroderecha que le dieron un triunfo al Gobierno al apoyar la moción de confianza al Gabinete de Bellido, dejaron entrever que no apoyarán a Maraví.

"Su presencia es insostenible", dijo la presidenta del Congreso, Maricarmen Alva, de uno de esos partidos, Acción Popular.

Para el oficialismo, todo hace parte de un plan de "la extrema derecha" para debilitar al Gobierno e ir luego por la destitución de Castillo, que apenas lleva un mes como Presidente.

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