El director de la nueva televisión iraquí de la post-guerra decidió renunciar, al sostener que Estados Unidos, que lo nombró para conducir la emisora, está perdiendo la guerra de propaganda con Irán y con el ex presidente Saddam Hussein.
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Tres meses después de haber sido llevado a Bagdad a bordo de un avión norteamericano para relanzar la televisión y la radio estatal, el ex disidente en exilio Ahmad Rikabi regresó a Londres.
"Saddam Hussein está conduciendo para sí mismo una operación de marketing mejor, a través de los canales del Golfo, Al-Jazira y Al-Arabiya", dijo Rikabi, refiriéndose a las casetes de audio atribuidos al ex presidente iraquí y puestas en el aire por las dos emisoras árabes.
Agregó que Estados Unidos no invirtió en las estaciones iraquíes y no reclutaron personal local, y por lo tanto emisoras como la iraní Al-Alam y la qatarí Al-Jazira ganan popularidad en Irak.
"La gente en Irak, incluyendo a los musulmanes sunnitas, no están para lanzarse contra sus libertadores, pero son incitados a hacerlo: estos canales contribuyen a alimentar la tensión en el país", dijo Rikabi.
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