La victoria de Sergio Uñac en San Juan que lo dejará cuatro años más en la gobernación empezó a gestarse dos años atrás, en 2017, en un contexto muy distinto al actual.
El "modelo San Juan", la base de Uñac para proyectar 2023
Con los números fiscales ordenados, el mandatario local no jugará en las presidenciales de este año, pero espera dar el salto en las siguientes.
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En aquellas legislativas nacionales una ola amarilla barrió las provincias con un aluvión de Cambiemos que dejó derrotados a buena parte de los gobernadores peronistas, entre ellos el salteño Juan Manuel Urtubey, el cordobés Juan Schiaretti o el entrerriano Gustavo Bordet. Sin embargo, en base a un esquema de unidad del PJ que se repitió para esta elección, Uñac, con su hermano Rubén encabezando la nómina de senadores nacionales, había logrado un respaldo del 54%. Rareza en medio la euforia macrista de hace dos años. Y un espaldarazo que le dio al mandatario sanjuanino visibilidad en el mapa nacional; visibilidad que lo catapultó además como un articulador del peronismo.
Uñac, desde entonces, no ocultó sus aspiraciones presidenciales. Y mientras en las PASO de marzo su victoria lo había vuelto a poner en un lugar central, el lanzamiento de la fórmula Fernández-Fernández que ya ha avalado lo corre del foco para el cierre de listas nacionales del 22 de junio. Ahora, quedará expectante para dar el salto en el futuro.
¿En qué se asienta el caudal de votos y las expectativas? En que Uñac muestra el “modelo San Juan”, hacia adentro y hacia afuera: una provincia ordenada, con superávit primario, con metas fiscales sobrecumplidas respecto a los acuerdos con el Gobierno nacional, el desempleo más bajo del país (un 2%) e inversiones privadas, principalmente del sector minero (diversificar la matriz, entre los objetivos del segundo mandato). Una calma en las cuentas que le permitió en estos meses presentar una batería anticíclica para que no caiga la producción, con tasas subsidiadas, relanzamiento de garantías a empresas, bonos fiscales, entre otras medidas.
Será sobre esas bases que Uñac transitará los próximos cuatro años, con la mira puesta en 2023. Lo hará acompañado en la vicegobernación por Roberto Gattoni, su actual ministro de Hacienda: clave no sólo para su gestión sino también en las cumbres de funcionarios provinciales del PJ para negociar entuertos con el Gobierno nacional, como han sido los recortes en el Presupuesto de este año o el Pacto Fiscal de 2017. Pero además, Gattoni es uñaquista, y reemplazará a Marcelo Lima, del ala de José Luis Gioja. Una forma de terminar de alinear la dirigencia en torno al liderazgo del gobernador reelecto.
En la otra vereda, Marcelo Orrego del Frente Con Vos terminó por encima del 30%. Para la Casa Rosada, que no esperaba otra cosa que una derrota, el análisis le permite mostrar que creció casi 20 puntos respecto a 2015. Y, consumada la victoria en las legislativas correntinas, alimenta la tesis “optimista” de que los resultados en las provincias hasta aquí no fueron derrotas de Cambiemos, sino victorias de los oficialismos. Aunque en rigor pueda parecer lo mismo, no lo es. Una lectura que los deja mejor parados de cara a octubre.
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