En medio de un mercado que ajusta, una empresa internacional apuesta por crecer. Lili Pink, marca colombiana especializada en ropa interior femenina, llegó a Argentina con una estrategia clara: productos importados, fuerte presencia física y precios por debajo del promedio local. La primera tienda ya abrió en Tortugas Open Mall, en junio, y una segunda lo hará en julio en San Justo Shopping. Cada apertura demandó una inversión cercana a u$s150.000, y es apenas el comienzo: el objetivo es alcanzar 10 locales en el país hacia fines de 2026.
Lencería de diseño a precios bajos: el nuevo jugador regional que desafía a las marcas locales
Con más de 800 tiendas en América Latina, Lili Pink desembarca en el país con una propuesta de precios agresivos y un plan de expansión que combina locales propios, franquicias y alianzas comerciales.
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La empresa apunta a tener 10 locales en el país hacia fines de 2026.
Fundada en Bogotá en 2006, Lili Pink forma parte del grupo Moda Para Todos y opera actualmente en 13 países de América Latina, incluyendo México, Perú, Brasil y Costa Rica. Su modelo de negocios ya suma más de 800 tiendas, con una proyección de llegar a las 1.000 antes de 2025. La llegada al mercado argentino se explica por una combinación de factores: un entorno algo más previsible para importar y una demanda insatisfecha. “Vimos una gran oportunidad: hay muchas consumidoras que buscan lencería de calidad a buen precio, pero no siempre la encuentran”, señalan desde la empresa.
Además, eligieron desembarcar a través de un socio local con experiencia comercial, para facilitar la adaptación al mercado argentino. “El consumidor local tiene hábitos muy particulares, y contar con un equipo que los conoce de primera mano nos permite tomar mejores decisiones”, explican.
Moda accesible, diseño cuidado
La marca propone una combinación de diseño, calidad y variedad, con una política de precios pensada para competir en un contexto de bolsillo ajustado. En su tienda de Tortugas ya se pueden encontrar corpiños desde $15.900, packs de bombachas por $12.900, y pijamas por debajo de los $53.900. Aunque los valores no son idénticos a los de otros países donde opera, la empresa asegura que hizo un esfuerzo deliberado por mantener precios similares a la región, cuidando la percepción de accesibilidad.
El portafolio de productos abarca también trajes de baño, ropa deportiva, pijamas, accesorios y una línea de belleza y cuidado corporal, lo que convierte cada punto de venta en una experiencia de compra integral. “Buscamos que todas las personas puedan acceder a productos de calidad sin resignar estilo ni comodidad”, afirman. Y agregan que muchas clientas, en los primeros días desde la apertura, destacaron que “siempre encuentran algo para ellas”.
Uno de los diferenciales es la amplitud de talles y estilos: cada colección está pensada para ofrecer opciones versátiles, adaptadas a distintos cuerpos, edades y momentos del día. Ese enfoque es clave en la identidad de la marca, que se define como el “H&M de la ropa interior”: variedad, renovación constante y una estética que sigue las tendencias internacionales.
Plan de expansión: tiendas, franquicias y alianzas
El crecimiento en Argentina será mixto. En el AMBA, el foco estará puesto en locales propios, además de Tortugas y San Justo, se prevén nuevas aperturas en el Abasto Shopping y Liniers. Pero en paralelo, Lili Pink avanza en el desarrollo de un modelo de franquicias para llegar con mayor velocidad a las provincias.
“Queremos crecer más allá de Buenos Aires, y para eso estamos explorando opciones que nos permitan expandir la marca con aliados estratégicos”, explican. Por eso también mantienen conversaciones avanzadas con cadenas multimarca, lo que les permitiría ampliar la cobertura geográfica sin perder visibilidad.
Las ubicaciones elegidas responden a una lógica de alto tránsito y cercanía con el público objetivo. La empresa prioriza tanto centros comerciales como locales a la calle, en función del perfil del consumidor en cada zona. El objetivo, destacan, es claro: maximizar el alcance y la capilaridad con una propuesta consistente y reconocible.
Una marca regional con ambición local
Lili Pink llega para competir con jugadoras instaladas como Caro Cuore, Selú y Cocot, pero con un diferencial claro: la relación precio-calidad. “Ofrecemos una calidad comparable a precios más bajos, y con una propuesta más diversa en diseño y estilo”, señalan desde la empresa. Con un modelo probado en la región y una estrategia adaptada al país, la marca busca ganar terreno rápidamente en un sector que conoce bien. “Si el contexto sigue siendo favorable y la recepción del público es buena, evaluaremos seguir creciendo a partir de esa base”, aseguran.
Lo cierto es que en un escenario donde muchas marcas bajan el ritmo o se repliegan, Lili Pink avanza con tiendas, empleos e inversión. Su mensaje es claro: hay lugar para crecer, incluso en contextos complejos, cuando la propuesta combina estilo, diversidad y precios al alcance del público.
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