4 de julio 2020 - 00:00

Para docentes: cómo seguir conectados con los alumnos a pesar de la distancia

Cuando los chicos están en entornos amigables, en donde se sienten seguros y el docente hace un esfuerzo genuino por conectarse con cada uno de ellos, la energía fluye mejor.

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Pasan los días, las semanas y los meses. Sostener la conexión con tus alumnos en un entorno virtual puede ser un desafío. A no desesperarse, repasemos algunas estrategias que pueden servirte.

Como lo hemos conversado muchas veces, un aula segura, desde lo emocional, es la base de todo espacio (presencial o virtual) en donde den profundos deseos de pertenecer.

Cuando los chicos están en entornos amigables, en donde se sienten seguros y el docente hace un esfuerzo genuino por conectarse con cada uno de ellos, la energía fluye mejor. No lo olvides: sin vínculo no hay aprendizaje. Educar es sostener vínculos.

Consejos para que los docentes dicten clases vituales:

  • Haceles sentir tu presencia. Que sepan que pensás en ellos, que los extrañás.
  • Si un alumno falta o no enciende su cámara, llamalo o conectate de alguna manera. Te prometo (¡te prometo!) que el impacto de un llamado personalizado de parte tuya va a generar un cambio de actitud. Si se te “caen del barco”, asumí el desafío de subirlos nuevamente.
  • Abrí la clase temprano, sorprendelos con alguna noticia o novedad, desayunen juntos, conectate desde el corazón.
  • Saludalos cada vez que puedas. Esto puede ser con un video de 2 minutos anunciándoles alguna novedad, resumiendo el tema de la clase anterior, o invitándolos a participar de alguna actividad especial.
  • Chequeá el estado emocional de tus alumnos: dependiendo de su edad, puede ser mostrando su pulgar al inicio de la clase (pulgar para arriba estoy bien; para el medio, más o menos; para abajo, nada bien). Esto te puede dar una pista de con quiénes debés interactuar más ese día. Tal vez solo necesitan un mimo especial, o reírse un rato.
  • Podés enviarles una encuesta para ver cómo van llevando la modalidad virtual. Podés pedirles que marquen con una cruz cómo están (contentos, ansiosos, tristes, cansados, aburridos, desinteresados, motivados,sobrepasados, etc), para luego explicar brevemente lo que han marcado.

Además, pueden comentarte cómo van en relación a las clases:

  • Voy muy bien, con todas las tareas completas.
  • Voy bien, hice bastante, pero me faltan otras.
  • Hice poco- me estoy quedando atrás.
  • No hice casi nada porque no quiero.
  • No hice casi nada porque estoy confundido/a.
  • Podrían contarte qué planes tienen para esa semana (académicos y de ocio) y si necesitan algún tipo de ayuda, qué sería.

Otro consejo es asignales una pareja: de a dos deben encarar algún proyecto o estudiar juntos y una vez por semana, deben “reportarse” y comentarte cómo ven a su compañero (siempre desde una mirada constructiva y afectiva). Esto te va a dar pistas para poder conectarte un poco más con el alumno que te necesita, ya sea para ayudarlo con el contenido o acompañarlo desde lo emociomal.

No olvides la importancia de lo social y de la interacción. Algunas experiencias áulicas deben ser individuales, otras en pares y muchas otras en grupos (a través de pantallas compartidas en zoom, oficinas virtuales en google classroom, por llamadas de whatsapp, por mail, etc).

Innová: intentá algo que no hayas hecho hasta ahora. ¿Alguna visita inesperada? ¿A quién podés invitar a tu clase? ¿Un escape room virtual?

Incorporá espacios de consultas con vos para la retroalimentación. Dales oporturnidades para volver a intentar una actividad o proyecto. Evalualos con una mirada formativa para ayudarlos a mejorar.

Y por sobre todas las cosas, disfrutá de los encuentros. Con tantos alumnos que no tienen la posibilidad de seguir avanzando en sus estudios debido a la falta de conectividad o dispositivos móviles, aprender en un entorno virtual hoy es un lujo. Capitalizalo.

(*) Es capacitadora internacional de Cambridge University Press, oradora TEDx y ha escrito numerosos libros de educación, entre los cuales podemos destacar "Que enseñes no significa que aprendan", (Ed. Bonum), y "Fuertes y Felices, el manual que no te entregaron cuando tuviste hijos" (Ed. Bonum).

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