Inteligencia Artificial: los 4 beneficios que genera en las empresas

Si bien la evolución y la implementación viene en aumento, es necesario que las empresas estén preparadas para poder aplicar la inteligencia artificial en su negocio.

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La adopción de la inteligencia artificial en el mundo viene evolucionando aceleradamente. América Latina y Argentina no son la excepción, aunque con un grado de adopción menor.

Según el ranking de Oxford Insights (2019), los países que lideran en estos temas son Singapur, UK, Alemania y Estados Unidos. Según las patentes registradas por países, Estados Unidos, China, Japón, Alemania y Reino Unido son los países líderes.

En lo que respecta a Latinoamérica, el único país que figura en el ranking top 20 por regiones es Chile (#17). Argentina, por su parte, ocupa el lugar 56 detrás de Chile con el 34 y Uruguay con el 51, y muy por encima de Brasil que ocupa el 80, según el ranking del índice de competitividad por el talento global (GTCI) de 2019 dedicado a inteligencia artificial.

Si bien la evolución y la implementación viene en aumento, es necesario que las empresas estén preparadas para poder aplicar la inteligencia artificial en su negocio.

En primer lugar, tiene que ser una empresa que tenga desarrolladas, o al menos en proceso de desarrollo, las capacidades digitales de su negocio, dentro de las cuales no pueden faltar: el foco en el cliente, operar simple, identificar procesos claves a automatizar, agilidad y velocidad de acción; y recopilar, trabajar y generar datos para crear valor.

Adicionalmente tienen que saber concretamente qué quieren lograr con la IA, definiendo objetivos claros de qué indicadores quieren impactar al aplicar inteligencia artificial. En línea con este punto, deben identificar qué procesos del negocio se pueden amplificar o eficientizar gracias a la IA y priorizar. A su vez, es necesario tener las ganas y la organización preparada, junto con metodologías afines, que permitan experimentar bajo una cultura de no penalizar el error, lo cual genera un ambiente para innovar.

Y por último, y no menos importante, tener la capacidad económica financiera que permita la inversión en innovación, algo que en estos momentos en algunas empresas de Argentina ha quedado algo rezagado por otras prioridades críticas que exige el contexto y la continuidad del negocio.

¿Cuántas empresas argentinas conocemos que hoy cumplan con al menos 3 de estas condiciones? En mi opinión, hoy son pocas las empresas argentinas que están realmente preparadas para sacar el máximo potencial de la inteligencia artificial, lo que no quiere decir que a pesar de esto haya muchas empresas estén construyendo asistentes virtuales de atención u otras iniciativas aisladas como un check para decir que están trabajando con inteligencia artificial, tal como se muestran en varios informes donde un alto porcentaje de ejecutivos líderes de argentina plantean que están avanzando con esta prominente tecnología.

Para hacer las cosas bien y escalables, primero hay que gatear, luego caminar, luego correr y finalmente si volar.

Por otro lado, es necesario prestar especial atención al desarrollo del talento. Las habilidades de los recursos humanos son vitales para su correcta y eficaz implementación.

Según una investigación muy reciente de Bain & Company realizada en 2019 a nivel global, se encontró que el 90% de los ejecutivos de tecnología ven la inteligencia artificial como prioridad, pero casi la misma cantidad (87%) también dijo que no estaba satisfecha con el enfoque actual de IA en su empresa. Muchos ejecutivos no creen tener el talento a mano para hacerlo realidad sin soluciones de terceros personalizadas que satisfagan sus necesidades.

En Argentina ocurre lo mismo o más acentuado aún. Si bien se precisan más y mejores habilidades técnicas para la generación y captura de datos, manejo de algoritmos complejos y ciencia de datos en sí, éstas se enfocan más en el proceso, y las habilidades críticas son la comprensión empresarial y la creación de valor. Acá hay una gran oportunidad para generar talento en lo que se denominan las capacidades blandas que van a permitir sacar mayor ventaja de la inteligencia artificial, como la inteligencia emocional, el trabajo en equipo, el pensamiento crítico y las capacidades de resolución de problemas.

Al contrario de lo que mucha gente cree, la innovación, la inteligencia artificial y el hecho de transformar la fuerza laboral actual en un conjunto de máquinas, robots, sistemas de inteligencia artificial y personas trabajando de forma integrada, generará nuevos empleos que requerirán de capacidades digitales. Estos nuevos empleos van a demandar además habilidades de carácter social, interpretativas y orientadas al servicio, y ganarán importancia competencias como la creatividad o el pensamiento crítico. La habilidad para resolver problemas complejos, la capacidad para gestionar recursos y las aptitudes sociales serán las más valoradas por los directivos.

Hoy, la mayoría de las empresas argentinas no tiene un plan para promover estas habilidades blandas.

Competitividad y productividad en el marco del Covid-19

Una oferta innovadora y eficiente hoy tiene un rol que cobra cada día más importancia en la forma de posicionarse en el mercado.

En este sentido, para mantener la competitividad y robustecerla, la tecnología es un factor clave y la inteligencia artificial es un gran jugador si no queremos quedar obsoletos, contra empresas que hagan lo mismo que nosotros pero con mayor alcance, o de forma más eficiente, o con propuestas de valor más personalizadas y a gran escala, o con procesos más simple y ágiles, o simplemente brindando un mejor servicio de atención a clientes, o con todas estas características juntas y al mismo tiempo.

Todas estas competencias tienen un factor común, se pueden generar o mejorar con la aplicación de la inteligencia artificial, que en sí y para repasar los fundamentos básicos, no es más que la capacidad de un sistema para interpretar correctamente datos externos, para aprender de dichos datos y emplear esos conocimientos para lograr tareas y metas concretas a través de la adaptación flexible, emulando el pensamiento o comportamiento humano.

En este contexto, a medida que los efectos del coronavirus afecten a las economías, las empresas buscan formas de reducir costos, conservar la caja y aprovechar al máximo las inversiones, dentro de las cuales tecnología se lleva gran parte del presupuesto con foco en mejorar el potencial y aumentar el valor del negocio.

La aplicación de inteligencia artificial puede afectar directamente las métricas del cliente, como NPS, predicción de baja y share of wallet, como también puede generar reducción de costos y optimizar procesos claves.

Para responder a la demanda de productividad en este contexto podemos trabajar como mínimo en 4 ejes con capacidades de inteligencia artificial:

  1. Mejorar y ampliar la oferta, ya que el procesamiento del lenguaje natural y el reconocimiento de patrones nos pueden ayudar a diseñar mejor o adaptar las propuestas de valor actuales para las nuevas demandas de los consumidores.
  2. Optimizar el mix de marketing, experimentando y permitiéndonos aprender y gastar más en los enfoques ganadores y retirarnos de los perdedores.
  3. Optimizar y generar mayor escala en el servicio de atención, abordando problemas y potenciando a los asistentes virtuales, brindando además bases de conocimiento para entrenar mejor a los agentes y permitiendo el autoservicio.
  4. Detectar anomalías y fraude, al aumentar el volumen, la IA nos permite identificar y prevenir brechas de seguridad, aprovechando la capacidad de aprendizaje.

Mejorando entonces algunas de estas características ya estaremos robusteciendo la competitividad de nuestra empresa sobre las de la media del mercado.

(*) Partner de CEIBO Digital.

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