Es necesario comprender que, en determinados niveles sociales, las finanzas personales no consisten en la privación constante, sino en el equilibrio entre: ahorrar, invertir y disfrutar. Estas tres cuestiones, son partes esenciales de una vida plena para la clase media.
Javier Milei y Luis Caputo, inexcusables para la clase media
Caputo y Milei están desperdiciando una gran oportunidad y muchos votos de la clase media.
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The Economist elogió a Milei: "Nunca estuvo tan cerca de convertir a la Argentina en una economía normal"

Caputo y Milei, al mando de la economía liberal.
Los hogares de ingresos medios son muy conscientes del equilibrio entre el dinero que se obtiene y el que se desembolsa, para no acabar con ahogos. Para lograrlo y mantenerlo, maneja la economía propia mediante planeación. Si llega un despido que esfuma los ingresos, si el sueldo evoluciona por debajo de la inflación y/o, si los gastos fijos se le disparan, entra en apremios. Ahora bien, así como los déficits primarios y financieros del Estado suceden cuando los egresos superan a los ingresos, en la casa también sucede, dicen los expertos en televisión. La diferencia es que, en el último caso, no se pueden atender los compromisos de pago, ya que una casa no puede emitir dinero como el BCRA, colocar bonos o títulos en el mercado voluntario como el Tesoro, ni recurrir al FMI para que venga a su rescate.
Los partidos que le quedan al equipo de clase media son pocos, hoy por hoy son “candidatos al descenso”. Algunos ciudadanos que jugaban en esa liga, perdieron contra el superávit mensual, perdieron contra los ahorros en dólares y, podrían perder contra el despido. Es que, “al medio social de la población”, le ha sobrevenido una tormenta perfecta. Como dijimos, a muchos se les consumieron los ahorros en dólares, y la mayoría recibió aumentos desmesurados en los alimentos de las marcas que consume. Treparon las expensas del edificio o del country, las facturas de: electricidad, gas, agua corriente, colegio privado, universidad privada de sus hijos, seguro del auto o los autos, garaje, patentes, medicina prepaga, medicamentos, naftas, costos y comisiones de tarjetas y cuentas corrientes, telefonía celular móvil, internet, cenas en restaurantes, comida delivery, etcétera. De modo que, en promedio, las tarjetas de crédito llegan con saldos mayores al doble. Conjuntamente, aquellos que tienen su casa o departamento en la costa, no pueden pagar los gastos fijos de su segunda vivienda, ni hacerse una escapadita los fines de semana.
MILEI Y CAPUTO LO LOGRARON
Primero dispararon la inflación al doble, para luego explicar que “está bajando” (sin aclarar: “desde donde la subimos”). Todas las mediciones de inflación del gobierno anterior, fueron menores que las de Milei. La verdad es que se le ha desnaturalizado la realidad al ciudadano, con diferentes astucias. Inclusive la pre fabricada desaceleración de la inflación de mayo, que responde a la desdicha recesiva resultante de la sumatoria de descomedimientos. Pero lo peor es que no se visualiza una “reversión en V”-como se dijo-, en todo el año 2024.
La estimación de caída del PBI difundida por el FMI para 2024, da una caída de (-2.8), pero tiene “la mejor voluntad y el mejor deseo” del organismo. Como mínimo calculamos el doble. Hasta aquí, la velocidad de caída anualizada cuadruplica la estimación del FMI, obviamente se espera una suavización del desplome de la actividad económica.
“…En cuanto a la clase acomodada, el gasto mínimo subió de $2.384.866,32 en diciembre a $2.841.971,56 en enero…” había dicho (Infobae, 10 febrero, 2024). (N. de la R.) Había transcurrido solo un mes, y registraba 20% de aumento.
En medio de una recesión brutal, la inflación acumulada desde el comienzo del mandato de Javier Milei, en el cuatrimestre (dic.-23mar.24) alcanzó 90.17%. Más que duplicó el ritmo inflacionario del peor trimestre de la presidencia de Alberto Fernández en pesos, aunque la caída de la cotización de la divisa, hizo que la “hiperinflación en dólares” del cuatrimestre fuera de 137.71%. Hiperinflación en dólares. Una calamidad.
LIBERALES VOTANTES DE MILEI
Parte de la “clase media” suele estar encandilada por el deseo. Unos aspiraran vivir como estadounidenses en Miami, otros han sido convencidos que residen en un país semi europeo. Hemos escuchado: “los bolitas”, “los yoruguas”, “los paraguas”, “los brazucas” y, últimamente “Arganzuela”. Mucho inmodesto es personal jerárquico de oficina, docentes, comerciantes, técnicos, emprendedores, empresarios pymes y, reclaman para sí, un lugar social, bien lejos de los pobres. Hoy Milei ha sentenciado a la pobreza a un nuevo grupo social, por ahora vago y difuso. Una nueva categoría social. Se acercan a una condición que aún no está muy clara, pero permanece más cerca del pobre que del rico. A pesar de considerarse “clase media”, sus ingresos no están entre medio de los ingresos de ricos y pobres. En este momento, “clase media” parece una alegoría, un retrato del pasado en el pensamiento de muchos ciudadanos aspiracionales. Lo cierto es que, aun los gerentes son trabajadores, y han sido muy maltratados por esta nueva situación.
La clase media fue muy importante para apoyar el proyecto de país liberal de 1880. Quienes crearon esa idea para seducirlos eran liberales. Se supone que deberían atender a “los del medio”, porque actúan como balanza que ha evitado que los pobres se amotinen. Siendo este el país del “Che Guevara”, la prosperidad y la ilusión que generó el ascenso social, ha sido un factor de contención.
Caputo y Milei están desperdiciando una gran oportunidad y muchos votos de la clase media. Según el relato, éramos el país que teniéndolo todo fracasó, esta era la oportunidad de retomar la senda de “Argentina era potencia mundial”. Si de verdad estábamos en el puesto 140 del ranking, hoy estamos en el 250.
La añorada sociedad argentina de la historia de Milei y Benegas Lynch, promovía actividades laborales y económicas, no destruía empleo y emprendedores. Los asalariados aumentaban y estaban esperanzados con pertenecer a sectores medios: empleados de comercio, bancarios, recepcionistas, supervisores, secretarias, encargados, jefes y gerentes. En 1869 había 12.000 empleados de comercio en 1914 eran 95.000. A la sazón, tenemos despidos masivos en puerta, porque los comercios están semi vacíos y la caída de ventas es monumental.
El crecimiento del sistema educativo y no su destrucción, fue lo que generó empleo para maestros, celadores, profesores y directores. Los docentes pasaron de 2.300 en 1869, a 31.000 en 1914 (13 veces y media más en los 45 años que evocan con nostalgia).
En la Argentina idealizada por Benegas Lynch, la evolución económica fue ascendente, no recesiva. Desde que en 1869 había 22 habitantes de cada 1.000 que se destacaban como emprendedores y teníamos solo 439 abogados, 458 médicos, 70 arquitectos y 194 ingenieros, ya en 1914 ocupábamos 37 profesionales por cada 1.000 (+68.18%). Teníamos 173.000 comerciantes, 30.000 almacenes minoristas de comestibles y bebidas, y solo 330 mayoristas. Había 5.000 carnicerías, 1.600 zapaterías, 1.700 farmacias, 1.600 librerías.
El censo de 1895 contaba 22.000 establecimientos de varios tamaños, en 1914 ya existían 49.000, y 19.000 eran industrias panaderas, sastrerías, tintorerías, zapaterías a medida, peluquerías, herrerías, carpinterías e imprentas. Sobrepasábamos los 12.000 graduados, alrededor de 1.54 profesionales por cada 1.000. A esos profesionales, hombres de negocios, emprendedores, comerciantes, se los alentaba, no se los destruía. Hoy caminan por las veredas con la mirada triste.
En 2024, caen las posibilidades del trabajador autónomo vendedor, intermediario, gasista, plomero, electricista, oficial albañil, yesero, clase media. Los trabajadores en relación de dependencia son mayoritariamente pobres trabajando, pero todavía falta, aún pueden perder el empleo porque no hay empresa que aguante sin ventas.
La contracara del desarrollo de la clase media, era que había menos pobres o “clientela potencial populista”, según la visión de Milei y Benegas Lynch.
Gino Germani, a quien nadie puede sospechar de marxista o peronista, explicó con estos números, que hubo en la Argentina del tatarabuelo de Benegas Lynch, una insipiente movilidad social ascendente para beneficiar al tatarabuelo de Milei, gente aspiracional, que nunca quiso ser confundida con la sociedad choriplanera. A ese grupo social está atacando Milei y se lo está poniendo en contra.
LA CASTA ERA LA CLASE MEDIA
No resultó real el eslogan. El proceso de cambio ha generado más pobres y menos ricos. Los ganadores son pocos y los perdedores son clase media del 54% del balotaje que lo votó. Se han empobrecido repentinamente, y caminan zombis, por tener que renunciar a la medicina pre paga y no poder pagar las expensas. Como dijo Macri, los hijos “tienen que caer en la escuela pública” y en hospitales, desfinanciados.
La situación para la “clase media” se ha convertido en un verdadero infierno. Ha quedado atrás la cena con los niños en el bodegón porque cuesta $100.000. La plataforma más popular $15.000, el cable y la conectividad $60.000, las prepagas aumentaron 160%. Si fuésemos la India, ahora mismo la clase media estaría más cerca de la casta de “los parias”, que de los añorados “Brahmanes”. Esta gran mayoría, está experimentando un fenómeno indeseable: “la movilidad social descendente”.
Los jóvenes que no heredaron departamento, con la liberación de los contratos de alquiler, ni siquiera pueden arrendar un monoambiente. Están regresando a la casa de sus padres. El gobierno eligió un enemigo muy tóxico.
Los ignaros Milei y Benegas Lynch, evocan figuras, pero no entendieron las estrategias de sus prohombres. Con el liberal-conservadurismo, las medidas de fuerza en las calles eran aisladas, porque “el ciudadano honorable” no hacia esas cosas.
El 24 de abril las calles se llenaron de clase media. Eran “blanquitos con pinta de europeos”, nietos de abuelos que “descendieron de los barcos” (espantosa y falsa imagen inducida por el liberalismo vernáculo). Otra vez en la calle “el ciudadano ideal, deseable y razonable”, el argentino que anhelaban, esta vez salió a luchar.
Los choznos de Mitre-no de Alberdi-, están fundiendo a la “gente de bien”, la del consumo elegante y distinguido, de buena presencia y decente. Bombardearon a la burguesía que quiere progresar, trabajar y ahorrar, vinieron a decirles en la cara que vendan los dólares, burlándose.
LA UNICA VERDAD ES LA REALIDAD
Por ahora todo queda en promesas evanescentes que engendraron satisfacciones pasajeras y frustraciones vertiginosas, sencillamente porque la lógica de la libertad económica, no es la lógica de los valores familiares. La familia media anhela calidad de vida. El mercado se afana exclusivamente para lograr su propósito, generar ganancias.
Director de Fundación Esperanza. https://fundacionesperanza.com.ar/ Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros, @pablotigani
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