Durante más de treinta años se habló del Corredor Bioceánico Central: una ruta estratégica destinada a unir el Océano Atlántico con el Océano Pacífico, desde el sur de Brasil, atravesando Uruguay y Argentina, hasta llegar a Chile.
La Ruta Nacional 158 y el Corredor Bioceánico Central: la clave para el crecimiento de Córdoba
Integrar la provincia con el Atlántico y el Pacífico, junto con el fortalecimiento de la vía nacional, es como una condición necesaria para mejorar la competitividad, reducir costos logísticos, abrir nuevos mercados y generar empleo a escala regional.
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La via nacional 158, una de las deudas a saldar para mejorar la competitividad de una de las provincias más pujantes del país.
Ese corredor apareció una y otra vez en diagnósticos, documentos y mapas, con Córdoba señalada como nodo logístico clave. Sin embargo, nunca ingresó verdaderamente en la agenda de decisiones. Quedó archivado, postergado, en un estado casi vegetativo.
Mientras tanto, Córdoba trabaja, produce y exporta. Es uno de los principales polos agroindustriales del país, con una canasta exportadora liderada por la soja, el maíz y el maní —donde somos líderes mundiales—, además del trigo, la carne bovina y una amplia diversidad de productos. A esto se suman la industria automotriz, la maquinaria agrícola, la bioenergía y la economía del conocimiento. Exportamos más de 10 mil millones de dólares al año a más de 130 países.
Y, aun así, Córdoba no se desarrolla. Necesita una integración más inteligente con el país y con el mundo para crecer a escala y generar más oportunidades. Por eso, desde hace tiempo impulso el desarrollo de la Ruta Nacional 158 y del Corredor Bioceánico Central como un verdadero trampolín para el desarrollo de nuestra provincia.
Pero este no es solo un desafío provincial, ni siquiera exclusivamente nacional. Como señalaba ayer el presidente Javier Milei en su discurso acerca del Mercosur, la falta de infraestructura y de apertura al mundo es un problema estructural que arrastramos desde hace décadas. Es una de las principales barreras que nos hacen perder competitividad.
Para que Córdoba crezca, necesita opciones y previsibilidad. Su producción debe poder salir por múltiples vías: por Rosario a través de la Hidrovía, por Bahía Blanca mediante la red ferroviaria, y por Chile con pasos fronterizos eficientes y rutas modernas. El interior productivo de la Argentina necesita inversiones concretas: ampliar y modernizar el paso Cristo Redentor (Mendoza), poner en valor el Paso San Francisco (Catamarca), y volver a analizar el paso de Agua Negra y La Chapetona (San Juan). Salir al Pacífico a través de Chile no compite con el Atlántico: lo complementa. Nos permite mejorar el acceso a Asia, reducir costos logísticos y diversificar mercados.
El Corredor Bioceánico Central, junto con la RN 158, no es solo una ruta. Es un eje de desarrollo para generar trabajo e integrar el agro, la minería y la industria. La conectividad de Córdoba con el mercado interno, con el Mercosur y con el mundo es una condición indispensable para crecer a escala. El desarrollo no puede seguir esperando.
*Senadora Nacional por Córdoba




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