Muchos trabajadores miran hoy el debate sobre la reforma laboral con una mezcla de expectativa y confusión. En recorridas y charlas aparece una idea repetida: hay apoyo, pero también desconocimiento. No porque falte interés, sino porque no todos viven pendientes de artículos, leyes y modificaciones técnicas. La pregunta es simple y legítima: ¿esto me va a beneficiar o me va a perjudicar?
Lo que los trabajadores deberían saber sobre la reforma laboral
Hay más de cuatro millones de trabajadores no registrados en Argentina. La reforma no ataca la informalidad ni modifica incentivos para registrar empleos.
-
Tras las victorias en el Senado, cómo seguirá la agenda reformista de Milei
-
Alquileres e impuestos: alivio fiscal para propietarios, por la reforma laboral, ¿impactará en los precios en 2026?
El porcentaje de juicios laborales es muy bajo en relación a los cuatro millones de trabajadores precarizados, y la mayoría ni siquiera llega a reclamar judicialmente.
Empiezo por aclarar algo importante. Si a la Argentina le va bien, no va a ser por una norma puntual. Como siempre, le va a ir bien por el trabajo cotidiano de millones de argentinos que emprenden, producen, se esfuerzan y no bajan los brazos. Las leyes pueden acompañar o entorpecer, pero el motor real sigue siendo el trabajo.
Hoy el desempleo no aparece como el principal problema, pero sí lo es la precarización laboral. Hay más de cuatro millones de trabajadores no registrados en el país, y eso no cambió. Frente a ese dato, conviene relativizar algunos discursos. Se habla mucho de la “industria del juicio”, pero no hay cuatro millones de juicios laborales. De hecho, el porcentaje es muy bajo. La mayoría de los trabajadores precarizados ni siquiera llega a reclamar judicialmente.
Por eso cuesta ver cómo esta reforma podría mejorar de manera concreta la situación de quienes trabajan. No ataca de frente la informalidad ni modifica los incentivos que hoy llevan a muchos empleadores a no registrar correctamente una relación laboral. Tampoco aborda con profundidad cuestiones centrales como los riesgos del trabajo, que explican una gran parte de los litigios existentes.
Para quienes hoy tienen un empleo formal —y en la Argentina actual eso ya es una situación privilegiada— la reforma no trae cambios drásticos en materia de indemnización, al menos para salarios bajos y medios. No hay allí una gran pérdida inmediata. Pero el problema aparece en otro aspecto igual o más importante que el salario: el tiempo de trabajo.
El horario laboral es uno de los pilares del derecho del trabajo. No es casualidad que los primeros convenios internacionales se hayan concentrado en limitar la jornada. La reforma introduce mecanismos como el banco de horas y mayor flexibilidad horaria que pueden afectar la previsibilidad del día a día. Vacaciones más difíciles de organizar, jornadas que cambian según la necesidad de la empresa y menos control sobre los tiempos de descanso pueden generar un desbalance real entre la vida laboral y la vida personal.
Además, hay zonas que directamente quedan en la incertidumbre. La derogación de normas vinculadas al trabajo a domicilio, por ejemplo, deja a muchos trabajadores sin un marco legal claro. Cuando no hay reglas, lo que aparece no es libertad, sino informalidad. Y la informalidad siempre juega en contra del trabajador.
Este escenario no distingue entre empleados jerárquicos, intermedios o no calificados. La incertidumbre alcanza a todos. Por eso es importante no quedarse solo con consignas generales o promesas de modernización. Adaptar las leyes a los tiempos actuales es necesario, pero hacerlo sin un debate integral y sin escuchar a quienes trabajan todos los días deja demasiadas preguntas abiertas.
El mensaje para los trabajadores es claro: informarse, seguir el debate y exigir que cualquier reforma tenga como eje central la mejora real de las condiciones de trabajo. No se trata solo de cuánto se cobra, sino de cómo se vive trabajando. Ese debería ser el verdadero centro de la discusión.
Profesor del Departamento de Derecho Laboral de la Universidad Austral.
- Temas
- Reforma Laboral




Dejá tu comentario