27 de febrero 2021 - 00:00

Apificación de la economía: estamos viendo sólo la punta del iceberg

Llamamos apificación a un modelo de negocios basado en una interfaz que permite al módulo de un software interactuar con otro, con el cruce de información se podrán generar nuevos productos.

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Pexels.

Hace cinco años atrás, cuando se empezó a gestar la economía de APIs, estábamos más cerca de lo comunitario que de lo monetario. Sin embargo, en poco tiempo herramientas como Google Maps dieron lugar a negocios como Uber y se rompió una barrera. Hoy contamos con cruces entre industrias cada vez más fuertes y sólidas, sobre todo en la industria fintech.

Así, se han generado nuevos mercados y modelos de negocios. En la actualidad vemos solo la punta del iceberg de lo que podría suceder en un futuro cercano. Las economías compartidas y circulares existen por lo que llamamos apificación: un modelo de negocios basado en una interfaz que permite al módulo de un software interactuar con otro.

La apificación en el sector fintech comenzó hace poco tiempo. Las billeteras y las promociones con descuentos cruzados existen gracias a la apificación, dando la posibilidad, por ejemplo, de condensar veinte medios de pago en uno solo, o de tener en un solo click un PFM (Personal Finance Management) con los datos de bancos, brokers y criptomonedas.

De este modo, es posible manejar pagos en un solo lugar ya que tenemos un agregador de servicios que conecta a todos los proveedores financieros. A la vez, esto permite transaccionar y mostrarle a un bureau de crédito cuál es el historial de nuestra compañía, generar un buen scoring y acceder a mejores condiciones crediticias.

Entre los sectores que más se vuelcan a la apificación aparecen aquellos que trabajan con datos de clientes, datos de uso y data mining (minería de datos). La principal herramienta disruptiva en materia de negocios será la posibilidad de cruzar data e información de usuarios y comunidades para generar nuevos productos.

En el camino hacia la apificación en una empresa hay algunos pasos claves. Primero, hacer un recuento muy claro de cuáles son los datos de la compañía y ver cuales se pueden abrir sin comprometer información sensible. Luego, ofrecer esa data para abrir puertas e interconectarse, buscar las herramientas tecnológicas –APIs– para tender puentes. Se trata, en suma, de exponer el valor y la propia data de la compañía, para luego catalizar el negocio.

¿Cómo podemos generar una estrategia sólida de apificación? Hoy la velocidad del mercado exige converger. No es posible ir por un lado por la infraestructura y el software, y por otro con el negocio o producto. Dependiendo del nivel de digitalización de los procesos de la empresa, se va a llegar más rápido y se va tener más oportunidades, o más tarde y con más complicaciones.

Se trata de entender dónde podemos desarrollar para monetizar y, a su vez, seguir desarrollando. Es clave buscar rápido la monetización a través de esas APIs. Si invertimos en infraestructura y dejamos pasar un tiempo para luego monetizar, la ola ya habrá pasado y la infraestructura quedará, en parte, caduca.

A nivel mundial, la apificación de la economía ya está sucediendo. Algunos ejemplos: en Singapur está el mercado de APIs más grande del mundo, en especial dentro de fintech, y en Estonia se armó una autopista digital de APIs donde todo el mundo tiene formatos de cómo incorporar información y dejarla con libre acceso.

¿Cuán lejos estamos de esto en Argentina? Es cierto que venimos un poco más atrás, sin embargo ya está sucediendo, por ejemplo, con la penetración de billeteras virtuales. En este camino es clave activar un marco de regulación, donde los inversores que lleguen desde el exterior se sientan más cómodos con normas claras de trabajo.

(*) CEO de flexibility

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