La fiesta de la democracia, a la que cada vez se suman menos ciudadanos. Una elección electrizante porque era con final abierto y el peronista-radical Leandro Santoro perdió en la última recta. Tras haber sostenido el liderazgo en los sondeos hasta el final, se terminaron dando las condiciones negras para quedar segundo: Manuel Adorni forzó la polarización que le dio la victoria con un discurso nacional e hicieron, en paralelo, pésimas elecciones tanto el PRO como Ramiro Marra.
Charlas de quincho: un mago solo y sin globos, los famosos de violeta y el nuevo peronismo verde que intenta levantar banderas
Los tres búnkers de los protagonistas de la elección porteña dejaron perlitas y señales para el futuro. El PRO eligió un escenario pensado para la derrota. Los libertarios llevaron el glamour y pausaron las internas en el Hotel Libertador. El peronismo perdió en la última recta pero ganó lugares en la Legislatura. El PJ bonaerense, arde.
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El Mago sin Dientes, postal del PRO. Adorni, el ganador. Santoro perdió en la última recta.
Así, se dio lo que en los dibujitos animados jamás había ocurrido: ganó Pierre Nodoyuna y celebró en el podio con Patán. Es que las trampas que este solía hacerle al Rocomóvil (conducido por los Primos Macana) y al Espantamóvil (conducido por los Tenebrosos con Santoro al volante) en general terminaban en fracasos en la ficción. Pero la realidad es otra cosa, y acá las zancadillas de inventar un kirchnerismo de fantasía, editar un video fake a horas de la apertura de urnas o poner a todo el Estado nacional, con anuncios incluidos, al servicio del voto al vocero tuvieron un resultado positivo al momento de la bajada de la bandera a cuadros.
Se trataba de una elección que antes que el ganador definía quién perdía más. Milei sudó la gota gorda y no por el uso de la campera. Es que le puso el pecho a la campaña y una derrota lo hubiese golpeado. Pero si algo no se le puede achacar al León libertario es que le falten agallas para agarrar curvas a alta velocidad. El Presidente y su hermana Karina fueron los grandes ganadores del domingo.
En cambio, el PRO quedó con el auto abollado. O el colectivo, que tiene cada vez menos pasajeros y ya son pocos los que responden al conductor. Mauricio Macri resultó, en ese sentido, el gran perdedor del domingo.
La postal amarilla: un mago sin conejos ni globos
La postal de la derrota del PRO de Mauricio Macri fue la imagen solitaria del Mago Sin Dientes, mirando con melancolía -y en una soledad simbólica- los adoquines de la calle Balcarce. No había expectativas en el partido de Mauricio Macri, que buscaban apenas una derrota digna. Traducido: llegar a un 20% para mostrar una elección pareja con LLA que les permitiera sentarse en la mesa de negociación para discutir alianzas en octubre.
Se sorprendieron incluso cuando un periodista les adelantó a los funcionarios porteños los datos que ya circulaban en el centro de cómputos, y que no se movieron luego en todo el recuento: Adorni llegaba al 30% y Lospennato se quedaba con la mitad, un magro 15%. Las pocas muecas que reemplazaban a las sonrisas dejaron de verse, ya que la plana dirigencial se refugió en el búnker.
Militancia no había en San Telmo, en un espacio que fue el reflejo del estado de situación del PRO. Lejos del glamour de Costa Salguero, la elección de la sede partidaria era un síntoma de que no se esperaban grandes festejos. Sin los globos ni escenarios magníficos de otrora, la lluvia además fue otro signo del destino. El escenario, montado sobre una estructura de madera había cedido por el agua y se desniveló. El catering también fue otro síntoma: unas pocas empanadas, agua y café para bajarlas. El meme de Esperando la Carroza.
Con los resultados ya irreversibles, hubo orden de silencio. Solo María Eugenia Vidal se acercó a charlar con los medios, y Mauricio Macri prefirió las pantallas televisivas. Sabe el macrismo que perdió poder de fuego, y que tras la salidas resonantes de sus dos últimos precandidatos presidenciales, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta (quien festejó el domingo su 8%), ahora la puerta de salida está abarrotada de dirigentes de todos los estamentos. Los esperan en las Fuerzas del Cielo, con el chek-in ya listo.
Pagó caro Mauricio Macri su acercamiento irrestricto a Milei. A medida que el León le fue deglutiendo su base electoral, el expresidente quedó atrapado: no podía cuestionarlo, debió marcar diferencias sutiles y nadie del partido hubiese aceptado una orden de insurgencia. Los diputados del PRO no responden a su jefatura, salvo unos pocos. Los senadores, tampoco. Los gobernadores de Chubut y Entre Ríos, Nacho Torres y Rogelio Frigerio, hacen equilibrio y buscaban tender puentes con los violetas. Los intendentes, venían mirando la garrocha con entusiasmo. Ahora, con la derrota, solo quedarán bajo su órbita un puñado de soldados leales, que deberán reconstruir el PRO como un partido boutique: apostando a una coherencia de largo plazo por las formas y la institucionalidad, para tener el auto listo si tiene que volver a salir a la pista.
Festejo con celebrities y una tregua en la interna
La fiesta fue libertaria, no quedan dudas. La cautela entusiasta que reinaba a las 18 fue transmutando a la algarabía a medida que pasaban los minutos y se confirmaba que el vocero candidato Manuel Adorni estaba "un par de puntos" arriba de Santoro. El búnker volvió a instalarse en el Hotel Libertador, un lugar cábala y que además fue el comando de Milei como presidente electo, en los días que transcurrieron en 2023 entre el balotaje y la asunción del 10 de diciembre.
La Libertad Avanza, con el armado de Karina Milei, jugó a fondo en una estrategia de riesgo que resultó un éxito. No solo consiguió el objetivo de base, que era superar con claridad al PRO para enterrar al macrismo, sino que además terminó en primer lugar, tras alcanzar la polarización buscada entre "kirchnerismo o libertad", con un discurso que poco tenía que ver con la Ciudad. La apuesta por la nacionalización fue un pleno. Además del gabinete, dirigentes de distintos rincones, funcionarios y armadores, hubo celebrities que se acercaron al bando ganador. También estuvo Milei, quien olió la victoria y decidió no viajar al Vaticano a la entronización de León XIV.
Entre los famosos, una de las figuras más requeridas para las selfies fue el diseñador Roberto Piazza. Con un look lleno de brillos y una campera de cuero, el ícono de la moda se paseó por los pasillos del Hotel Libertador saludando a libertarios. Piazza admitió tras bambalinas que está en tratativas para vestir a la presidenta de La Libertad Avanza, Karina Milei. Además, llevó de regalo para Manuel Adorni y los hermanos Milei unas escarapelas de cristal.
Otra de las famosas que se mostró fue la actriz y conductora Karen Reichardt. La ex Brigada Cola se vistió de violeta para apoyar a los Milei, e incluso admitió que antes apoyaba a Mauricio Macri, pero que ya “no representa sus intereses”. Sin embargo, ante una pregunta de un asistente, descartó de plano aceptar algún cargo político. En breve habrá que volver a llenar listas y no son pocos los que empiezan a golpear puertas.
Otro de los que se apersonó fue Alfredo Casero, aunque, a diferencia del resto de las celebrities, el cómico cayó al Hotel Libertador una vez confirmada la victoria de Adorni. No obstante, al igual que el resto pudo disfrutar de las facturas y los sánguches de miga que se repartieron durante toda la noche.
Luego de las 19.30, los aplausos y abrazos fueron la postal más repetida en el primer piso del hotel. De fondo, se escuchaba en distintos rincones el cántico "un minuto de silencio para Macri que está muerto”, al tiempo que varios dirigentes aseguraban que esa misma noche comenzaría la fuga de dirigentes amarillos.
Unas de las principales figuras de LLA lo expresó con claridad: "El PRO firmó su certificado de defunción. Es el fin de ciclo de Mauricio". Una obsesión de LLA con las metáforas fúnebres, dado que antes había llamado a "ponerle el último clavo al cajón del kirchnerismo". "No tiene sentido pensar en un 50 y 50 entre LLA y el PRO en listas de provincia de Buenos aires", agregaba esa figura en charlas informales. Es que el acuerdo ya está en los hechos, y solo "falta ponerle el broche" para anunciarlo, seguramente esta semana. Tras las elecciones porteñas, con independencia de lo que opine Mauricio Macri, se mantendrá más que nunca la idea de cooptar dirigentes y no un acuerdo partido a partido.
En ese marco, ya los cazadores libertarios esperaban el arribo de los dirigentes amarillos. "Algunos se están pasando esta misma noche, no esperaron ni dos horas", señalaba un dirigente provincial del partido de Karina Milei. La otra postal fue la tregua entre el "karinismo" y el "caputismo", si existieran los términos. Tras días de tensión por las estrategias electorales y los armados de las listas, ayer sonrieron todos juntos. ¿Será el inicio de una pax? ¿O volverán los roces ahora para las definiciones en la Provincia? En la semana, la foto de Sebastián Pareja con José Luis Espert en la puerta de la Casa Rosada fue una bomba, respondida por el brazo de armas virtuales, que responde a Caputo, con reclamos sobre la ausencia de Agustín Romo.
Caputo se retiró del Hotel Libertador con su séquito: Gordo Dan, Romo, Macarena Alifraco, Lucas Luna (Sagaz) y Tomás Jurado (Peluca Milei).
Otro personaje que estuvo dando vueltas por Retiro fue Diego Recalde, el director de cine y escritor. Estuvo muy suelto saludando y se arrimaba a cada rato a la prensa. Su nombre sonó para vocero, como potencial reemplazo de Adorni. Parece que no prosperó, "pero a él no le quedó claro", decía una persona que fatiga pasillos de la Casa Rosada.
Sorpresa y banderas en alto
En el búnker de Leandro Santoro, ubicado en el microestadio del club Ferrocarril Oeste, la sorpresiva derrota contra el vocero presidencial cayó como un baldazo de agua fría y borró de un plumazo el clima optimista que se vivió en la previa a la difusión de los resultados oficiales.
El candidato, que había pasado el mediodía en casa de su madre almorzando ravioles, arribó a la sede pasadas las 19, minutos antes de que se difundieran los resultados. Con la tendencia ya confirmada, la conferencia de prensa pensada para celebrar una victoria y anticipar próximos movimientos del espacio, se transformó en un llamado a “no bajar las banderas”.
Junto a Santoro estuvieron el senador camporista y titular del PJ porteño, Mariano Recalde, el armador de la lista, Juan Manuel Olmos, y los candidatos que acompañaron al diputado en la boleta, con escasa presencia de la estridente militancia característica del justicialismo. Es que Santoro optó por una campaña solitaria, sin referencias nacionales, y hasta partidarias. Color verde (como el de Ferro), nombre posmoderno para el frente, poco bombo y choripán para intentar ser abrazado por un electorado que es reacio al PJ. No obstante, y aunque ganó en las comunas del sur de la ciudad, Santoro no ganó más adhesiones que las que suelen acompañas al peronismo.
Mientras tanto, en los pasillos del búnker, la baja participación electoral fue tema de debate. Hubo quienes apuntaron al desdoblamiento. Otros mencionaron el clima apático que atraviesa la sociedad con la política. “Votó muy poca gente. Eso sin duda nos afectó”, mencionó uno de los asistentes a otro, mientras degustaba una empanada de carne. Si bien la derrota pegó fuerte en el mentón del PJ, sí hubo un reconocimiento a los 27 puntos obtenidos -por encima de las últimas elecciones de medio término del partido en CABA- que les permitirán ampliar el bloque de 18 a 20 bancas: a partir de diciembre controlarán un tercio de la Legislatura.
No obstante, lamentaron la victoria que no fue, lo que le hubiese permitido romper una racha de derrotas desde la autonomía de la Ciudad a mediados de los noventa. Difícilmente vuelva a darse un escenario de estas características, con fragmentación extrema de sus rivales. Por eso, pese a las encuestas, Santoro evitaba mostrarse ganador. "Adorni va a crecer y va a polarizar. Si ganamos, mejor", decían en la previa. Y así fue.
Con el PRO, la UCR y otros espacios desdibujados, el peronismo se sostiene como el único contrapeso a Milei, y muestra que los mejores resultados, o al menos alcanzar ciertos pisos, dependerán de lograr esquemas de unidad. Sí está claro que la victoria violeta le pone presión al peronismo bonaerense para alcanzar acuerdos tanto para octubre como para las desdobladas de septiembre.
Una interna peronista y tuitera
Sin embargo, pese a esa necesidad, el clima interno en el peronismo bonaerense volvió a tensarse, esta vez con epicentro en las redes sociales. El diputado provincial Rubén Eslaiman, referente clave de Sergio Massa en la Legislatura, lanzó durísimas críticas al gobernador Axel Kicillof por el manejo del paquete económico que busca aprobar la gestión provincial. Las declaraciones provocaron una inmediata reacción de la legisladora Susana González, cercana al mandatario y al intendente Mario Secco, quien le respondió con ironía por X.
Todo comenzó tras la aprobación del nuevo calendario electoral, que trajo una momentánea calma a las tensiones internas. Pero apenas concluyó la sesión, Eslaiman desató una verdadera tormenta con declaraciones explosivas: “No nos van a llevar a patadas en el culo con proyectos que se les ocurren a ellos cuando están al pedo”, lanzó, en referencia a las iniciativas enviadas por el Ejecutivo.
El diputado del Frente Renovador se mostró visiblemente molesto por el pedido de endeudamiento por el equivalente a u$s1.045 millones y por las emergencias requeridas hasta 2026. En una entrevista con Provincia Noticias, no se guardó nada: acusó al gobernador de montar “una fábula” sobre la Legislatura y de haber ignorado los planteos de la oposición. “Basta de mentiras, me tiene las pelotas por el suelo, inventando. Todo tiene un límite, me pudrió”, disparó.
Además, responsabilizó al equipo más cercano de Kicillof por la falta de acuerdos: el ministro de Economía, Pablo López; la secretaria general, Agustina Vila; y el ministro de Gobierno, Carlos Bianco. También advirtió sobre una posible ruptura del frente oficialista si el mandatario insiste en avanzar solo: “Él va a ser el artífice y el culpable de la derrota de Unión por la Patria”.
La diputada González, una de las voces más firmes del kicillofismo en la Legislatura, no dejó pasar las acusaciones. Desde su cuenta en X, lanzó un mensaje directo al corazón del massismo: “¿Qué disonante, no? Siente que su gobernador los lleva a patadas en el culo, pero con (María Eugenia) Vidal lo ponía tranquilo, sentía que debía darle gobernabilidad”, escribió.
La réplica de Eslaiman llegó en el mismo tono desafiante. “Ay, Susana González... ¿Hablás desde un armado que tiene funcionarios e intendentes de Vidal? Escondé a Echarren... Escondé a Alegre... Escondé a... ¿Querés que siga?”, retrucó, sumando nombres y pasando factura por las alianzas que, según él, también conviven en el espacio del gobernador.
El cruce siguió con más dardos. González lo acusó de haber votado sin objeciones los presupuestos de la exgobernadora Vidal, a lo que Eslaiman respondió que también acompañó los de Kicillof, aunque advirtió que el actual no se aprobó porque el Ejecutivo se negó a modificar el reparto del fondo municipal, uno de los puntos más tensos de la negociación.
Mientras tanto, el gobierno bonaerense mantiene el silencio. El martes pasado, el ministro Pablo López se presentó en la Cámara de Diputados para defender el proyecto y explicar los alcances del pedido de endeudamiento, sin referirse públicamente a los cruces entre los legisladores. Con la interna nuevamente al rojo vivo, el peronismo bonaerense transita un momento de ánimos caldeados, mientras Kicillof y Cristina se ven en la necesidad de alcanzar un acuerdo si no quieren dejar la elección bonaerense en manos de LLA.
Por lo pronto, este martes habrá reunión vía zoom del Congreso del PJ nacional, donde se analizará el escenario electoral en los diferentes distritos. Y, en paralelo, Axel Kicillof postergó una semana el plenario del Movimiento Derecho al Futuro, el espacio que construye para pelear poder a La Cámpora.
Diálogos con Conan: la fórmula de la Coca Cola
- Un minuto de silencio...
- Afloje, Padre, no puede estar dos días cantando lo mismo.
- Conan, ¿viste la victoria que metimos?
- Pero tenga algo de piedad por Mauricio, Padre. Comían milanesas juntos, no se olvide.
- Qué milanesas ni ocho cuartos, Conan. Al rival, ni agua. Bilardismo, Conan. Bilardismo.
- Pero no está bien pinchar al rival con agujas en el córner, Padre.
- Ah, picarón, mi buen Conan. ¿Vos también con lo del videíto? Duplicamos los votos del PRO, Conan. Se pueden haber confundido un par de viejas, pero no 500 mil personas
- Ahí tiene razón, pero al final la tarjeta de Fair Play es para el peronismo, que ahora tiene buenos modales.
- Están perdidos, Conan. Se creyeron que el camino era no llevar morochos del conurbano a los actos en micro y los llevamos nosotros. No pasa por ahí, Conan. Pero ellos no lo saben.
- ¿Y por dónde pasa, Padre?
- No te voy a decir la fórmula de la Coca Cola, pero la llave la tiene El Jefe.
- La pucha, Padre. Al final El Jefe es cosa seria.
- Otro día te cuento más, Conan. Ahora ando corto de tiempo.
- Tómese un día sabático, Padre. Así afloja las tensiones de la campaña.
- No puedo, Conan. Tengo fila en la puerta, ¿no escuchás?
- Sí, Padre. Qué alboroto. ¿Qué pasó?
- Son los dirigentes amarillos, que vienen a firmar la solicitud de afiliación a las fuerzas del cielo.
- Vaya, Padre. Eso es más importante.
- Temas
- Charlas de Quincho
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