14 de julio 2008 - 00:00

Cristina, ausente en el acto de AMIA

Cristina, ausente en el acto de AMIA
El acto del próximo viernes para recordar el 14° aniversario del atentado contra la AMIA tendrá al menos dos novedades menores y una ausencia notoria:

  • por primera vez en casi diez años, la DAIA -la representación política de la comunidad judía argentina- se cuenta entre quienes convocan al homenaje, junto con la propia AMIA y el grupo Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado;

  • también por primera vez en estos 14 años el gobierno israelí enviará a un alto funcionario a participar de la demostración; se trata del vicecanciller Majalli Whebbe -mano derecha de la ministra Tzipi Livni-;   

  • Cristina de Kirchner -habitual concurrente a los actos anuales de los 18 de julio- esta vez no se mostrará frente al tablado que se levantará en Pasteur y Viamonte. La mandataria explicó a los organizadores que no podrá concurrir «por razones de agenda» (se habla de la visita de un alto funcionario del gobierno de Lituania).

  • Veamos el trasfondo político de cada uno de estos hechos:

  • Desde que Rubén Beraja «cruzó la Plaza» (fue convocado a la Casa Rosada por el entonces ministro del interior Carlos Corach para dar cuenta de los duros dichos de uno de los oradores) hace una década, a la DAIA nunca más los familiares -que también tras ese acto se partieron en tres grupos hasta hoy irreconciliables- le permitieron sumarse a la convocatoria. Sólo se recuerda en el pasado reciente el discurso de un representante del interior (el presidente de la comunidad de Tucumán) como «concesión» a la DAIA. La nueva conducción de la AMIA, encabezada por Guillermo Borger, dejó bien claro que la representación política de la comunidad es incumbencia de la DAIA e hizo de puente entre esa entidad y los familiares.

  • Recién este año, el Estado judío incluyó a los muertos en el atentado contra la AMIA en los actos de Iom HaZicaron (Día del Recuerdo) en los que se homenajea a todos los caídos en las guerras por la independencia de Israel. Hasta este año -en el que se cumplió el 60° Aniversario de la creación del Estado judío- los muertos en Buenos Aires no estaban en la larga lista de víctimas de combates y atentados. El viaje a la Argentina del vicecanciller se enmarca entonces en esta nueva actitud de Jerusalén ante el peor ataque antisemita ocurrido fuera del territorio israelí en estas seis décadas.

    El funcionario no será uno de los oradores porque ese rol les está reservado siempre a tres: un «invitado» extracomunitario -suele ser un periodista-, un miembro de la AMIA (este año cambiaría por uno de la DAIA, pero no está definido) y un representante de Familiares y Amigos. La conducción del acto estará a cargo de Mónica Gutiérrez, quien
    podría leer el mensaje que traerá Whebbe del gobierno israelí.

  • Finalmente, el «tema Cristina» es entendible en el marco de la pelea del gobierno con el campo; desde sus cercanías hay una manifiesta y demostrada voluntad de exhibirla sólo en contextos que pueden ser controlados por sus adláteres y en los que esté arropada por un público insospechable de adversidad. Dado que esto nadie en la comunidad judía puede -ni seguramente desea- garantizarlo, la mandataria y sus asesores habrían optado por enviar a parte de su gabinete (los habituales Alberto y Aníbal Fernández, Jorge Taiana), algún senador (Daniel Filmus), el embajador en Washington, Héctor Timerman, y no mucho más.

    Es que Aldo Donzis -titular de la DAIA- dijo por estos días que esta vez ni siquiera habría desde el gobierno el anuncio anual « espectacular» respecto de la causa, que se lanza cada año como para que la multitud que se agolpa en Pasteur (cada vez más reducida, es cierto) tenga algo para contentarse. Se suponía que ese «anuncio» se produciría durante la visita que hizo al país hace un par de semanas Ronald Lauder, presidente del Congreso Judío Mundial (una especie DAIA global) cuando se entrevistó con Cristina de Kirchner. No hubo nada de eso, y los respresentantes oficiales en el acto no tendrán para exhibir más que sus habituales semblantes cariacontecidos.
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