13 de febrero 2019 - 00:01

Frenética jornada luego de que se profundizara revoleo de "carpetas"

Stornelli denunció a su supuesto "intermediario", pero se llevó consigo la primera recusación por la presunta extorsión; Carrió logró avances en su denuncia "conspirativa"; juez de Dolores pidió a Procuración que intervenga.

Enfrentados. El fiscal Carlos Stornelli denunció a Marcelo D´Alessio, mientras que el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla lo arrinconó. 
Enfrentados. El fiscal Carlos Stornelli denunció a Marcelo D´Alessio, mientras que el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla lo arrinconó. 

La guerra de “carpetazos” que sacude a Comodoro Py subió de voltaje en varios frentes y motivó movimientos simultáneos de los protagonistas de la saga. El fiscal federal Carlos Stornelli se decidió a denunciar penalmente por defraudación al abogado y supuesto intermediario Marcelo D´Alessio por haber extorsionado a un empresario a cambio de beneficiarlo en la trama de los cuadernos. Abandonó así la postura de que la difusión de la causa que investiga el juez de Dolores Alejo Ramos Padilla era una “operación política berreta”, y arremetió contra quien aparece filmado y en conversaciones de WhatsApp solicitando una “atención” para el fiscal. En paralelo, el magistrado que lo investiga le tiró una palada de tierra y dio intervención a la Procuración General para que lleve adelante medidas de índole administrativa a fin de que hagan su propia investigación sobre los hechos denunciados. En las oficinas de Eduardo Casal han mantenido silencio hasta el momento sobre qué postura adoptará el jefe de los fiscales con respecto a un eventual sumario para deslindar responsabilidades.

El juez federal Luis Rodríguez logró un poco más de oxígeno luego de que (intempestivamente y luego de convocar a una reunión para ayer a la mañana) la Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura pospusiera esa misma noche su encuentro, difiriéndolo para mañana. Al menos en la jornada de ayer, se aplacaron las repercusiones en torno a los dichos de la arrepentida Carolina Pochetti que declaró que Daniel Muñoz le había pagado u$s10 millones a un abogado para que arregle las causas en su contra que instruía Rodríguez. Otro de los “confesores”, el contador K Víctor Manzanares logró que el Gobierno lo acepte como imputado “protegido” e ingrese al programa especial del Ministerio de Justicia, por lo que a partir de ahora su ubicación permanecerá en secreto. Su abogado se encargó de desmentir que en su extensa declaración hubiese salpicado al matrimonio Kirchner o que hubiese desparramado información sobre causas como Los Sauces o Hotesur, que ni siquiera formaron parte del interrogatorio.

La centralidad la volvió a ocupar Stornelli que fue recusado por el abogado José Manuel Ubeira, representante del exYaciretá Oscar Thomas. Decide Claudio Bonadio. Dato: Ubeira figuraba como una futura “víctima” de D´Alessio en las capturas de pantalla de celular que aportó el empresario en su denuncia. Se afirmaba que querían hacerle una cámara oculta para sonsacarle información sobre otro de sus defendidos célebres, Federico Elaskar. Ironías: Ubeira fue abogado de Stornelli en la causa que lo vinculó con barras de Boca Juniors. A D´Alessio, en la causa de Dolores, le renunció el abogado ayer mismo. Rodrigo González, que era su supuesto socio e iba a protagonizar esa cámara oculta, deslindó responsabilidad sobre los actos del falso agente de la DEA y lo abandonó. D´Alessio quedó entonces bajo la tutela de un defensor oficial.

Empujado por el escándalo, Stornelli contraatacó: su denuncia quedó radicada en el juzgado de Julián Ercolini, con intervención de la fiscal Alejandra Mangano. No fue la única denuncia que ingresó. La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, salió al rescate de Stornelli denunciando una suerte de conspiración originada por “presos K” para encastrar al fiscal en esta operación. Argumentó que recibió de manera “anónima” una serie de transcripciones de escuchas realizadas a los teléfonos públicos del penal de Ezeiza, donde el exsubsecretario de Coordinación y Control de Planificación, Roberto Baratta dialogaba con un contacto sobre los avances de la causa que tenía a su cargo Ramos Padilla y si había habido avances. Problema: los teléfonos del penal estaban supuestamente “pinchados” por el juzgado federal de Lomas de Zamora para detectar movimientos de Mario Segovia, conocido como “El Rey de la Efedrina”. Por procedimiento, las “escuchas” que no son objeto de investigación deben destruirse, sin necesidad de ser transcriptas. Problema II: Segovia está alojado en otro pabellón de Ezeiza, distinto al de Baratta y otros presos K. Problema III: existe un habeas corpus presentado ante la justicia desde 2016 denunciando que son ilegales esas intercepciones telefónicas a la pesca. El último problema de la “ayuda” de Carrió es que los supuestos diálogos donde Baratta admite tener conocimiento de que existe una causa en Dolores son posteriores a que el propio Ramos Padilla hubiese tomado medidas de prueba en el expediente. De todas formas, el fiscal Gerardo Pollicita decidió velozmente impulsar la acción penal sobre la denuncia de la CC y la llamó como testigo a Carrió. Además pidió a Lomas de Zamora el estado de la causa contra Segovia y a Ramos Padilla los avances de la suya contra Stornelli-D´Alessio. “No es posible determinar un los autores”, indicó el fiscal para evitar imputaciones. Allí también decidirá Bonadio.

“Justicia Legítima” salió a reivindicar la pertenencia de Ramos Padilla a su agrupación ante los señalamientos que salieron del oficialismo. Asociación de Magistrados y la Asociación de Jueces Federales (AJuFe) mostraron prudencia y silencio sobre el caso de Rodríguez. La Asociación de Fiscales (que encabeza el coequiper de Stornelli en cuadernos, el fiscal Carlos Rívolo) emitió un comunicado respaldando al investigador y solicitando prudencia hasta que la justicia se expida para no mancillar el devenir de la causa cuadernos. La decisión de expresar apoyo sulfuró a fiscales federales y de la justicia nacional que dijeron no haber sido convocados o participados de esa posición pública que iba a tener Affun. La bronca se apoderó de los chats grupales, donde hicieron catarsis y se quejaron de que una doble vara y de que no se sentían representados con el comunicado.

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