El bipartidismo sigue vigente
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La primera elección de diputados nacionales de la década del noventa tiene lugar en 1991, y en ella, entre la UCR y el PJ reúnen sólo 69,5% de los votos, y dos años después, la suma de ambas fuerzas es de 73,6%. En 1994 tiene lugar la elección de constituyentes, y entonces, se produce un resultado pluralista: la UCR y el PJ sólo suman 59% de los votos, y entre el Frente Grande, el MODIN, la UCeDé y las fuerzas provinciales se distribuyen 40% restante.
En 1995, cuando tiene lugar la elección presidencial en la cual Menem es reelecto, el PJ y la UCR en conjunto reúnen el 64,7% de los votos.
Es así como en las elecciones de diputados nacionales que tienen lugar en la primera mitad de la década del noventa, la UCR y el PJ se llevan en conjunto un caudal de votos bastante menor en comparación con los años ochenta, con un promedio de 69,2%. Y si incluimos la elección de constituyentes, dicho promedio desciende a 66,7% de los votos.
Regreso a los ochenta
Pero desde la constitución de la Alianza UCR-Frepaso, en las elecciones de 1997, la polarización bipartidista vuelve a los niveles de la década del ochenta. En dicha elección, esta fuerza y el PJ reúnen 81,9% y, en la de 1999, 76,6% de los votos.
El surgimiento del Frente Grande, en 1994, y su posterior transformación en el Frepaso, en la elección de 1995, fue el hecho político-electoral que más debilitó el bipartidismo radical-justicialista, vigente en la política argentina durante el último medio siglo. Y la alianza que esta agrupación forma con la UCR restablece el formato bipartidista y, al mismo tiempo, renueva sus prácticas.
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