7 de diciembre 2007 - 00:00

El malón de siempre

Madrugada con festival de leyes en la Legislatura porteña, con todos los partidos complicados en la aprobación de proyectos inconfesables que no resisten la luz del día. Los diputados porteños que se van, con las defensas bajas, unían el voto a carpeta cerrada al de los que siguen bajo la gestión Macri, que se inicia el lunes para aprobar, por ejemplo, permisos para que garajistas estacionen autos en los pasillos y cobren más o indemnizaciones a "víctimas" plan Conintes, un hecho arqueológico de comienzos de los años 60, o crear un registro de matriculados en publicidad. Todo a cambio de darle al nuevo gobierno una ley que crea una agencia de recaudación de impuestos. En medio, Francisco de Narváez, dueño del predio de La Rural, intentaba lograr como político lo que no logró como empresario: un permiso para montar allí un complejo de megaeventos.

Enrique Olivera
Enrique Olivera
Al estilo del ex Honorable Concejo Deliberante, los diputados porteños discutían en la madrugada de hoy la sanción, entre 25 páginas de proyectos, del permiso para construir un megacentro de exposiciones en la Rural mezcló una catarata de proyectos de resoluciones, declaraciones y leyes. Aunque anoche a las 11,00 hs. no había empezado aún la sesión. Todo casi en secreto, con un lista armado a último momento y la consigna de otorgarle a Mauricio Macri la creación de una agencia gubernamental de alto precio porque es la que recaudará los impuestos. Si Macri conoció, el miércoles por la noche, lo que fue para los legisladores porteños la canasta navideña de monedas, en la madrugada de hoy tomaba conocimiento sobre otra canasta, la de año nuevo, con más leyes.

Así como para la sanción del presupuesto los diputados agregaron partidas por $117 millones para diversos fines a cambio de votar la ley y el permiso para endeudar a la ciudad, ayer el canje de leyes estuvo, literalmente, impreso en la orden del día, para la última sesión del ciclo.

Entrada la noche los legisladores se disponían a iniciar ese último debate antes del recambio de bancas, que se producirá hoy al mediodía (ver nota aparte), con la idea de terminar de madrugada, quizá ya con el amanecer, y contar con algunas pocas horas de sueño para aparecer impecables en la jura de los nuevos.

  • Ultimo acuerdo

  • Durante la tarde se reunieron los presidentes de bloque, pero recién pasadas las nueve de la noche, un último acuerdo del que participaban el macrista Martín Borrelli y el titular de la bancada kirchnerista, Diego Kravetz dio pista para la sanción de la ley que crea la AGIP, la Agencia General de Ingresos Públicos, que reemplazará a la actual Dirección de Rentas. Macri quiere optimizar la recaudación y considera que la AFIP, en la nación, es uno de los mejores organismos en funcionamiento.

    Pero, a fin de año, las leyes se canjean. No es cuestión sólo de facilitarle la gestión al nuevo jefe de gobierno, en este caso, sin tener a cambio algunos proyectos aprobados. Los votos se cotizan en ese sentido. Hasta piden que se vote el nombre de un jardín de Infantes («Jardincito de Chicago») para sumar a la aprobación de normas importantes.

    Por eso en el listado de última hora, para los temas a tratar se puso en primer lugar la creación de la AGIP. Eso le costó al macrismo una media docena de leyes a continuación, propuestas por la oposición, que terminó en el orden previsto para el recinto, donde se contarían allí mismo los votos para exponer las normas a consideración.

    Luego de la sanción de la agencia, se colocó la aprobación del convenio para hacer un Museo de la Memoria en los predios de la ESMA.

    En tercer lugar se desempolvó un proyecto de principios de año para establecer una indemnización a víctimas del Plan Conintes, producto de un decreto de 1958 durante la presidencia de Arturo Frondizi. Esa reivindicación del peronismo se plasmó en la norma con el fundamento que habría al menos unas veinte personas en condición de recibir el beneficio.

    En cuarto lugar, quizá llegó el proyecto más escandaloso para aprobarse a medianoche y que con distintas versiones viene durmiendo desde hace años, cuando lo propuso Francisco De Narváez quizá hoy con más ascendencia entre los legisladores al mudarse a la geografía de la política. Durante la tarde y hasta el inicio de sesión, deambularon por la Legislatura vecinos del barrio de Palermo que se oponen a la creación del megacentro de exposiciones en la Rural y también vecinos de Belgrano en contra de favorecer a la embajada Rusa permitiéndole un cambio de zona para levantar torres en el barrio donde viven entre otros conocidos, Alberto Iribarne y la actriz Norma Aleandro.

    El proyecto de la Rural de Palermo lo reeditó este año Jorge Telerman y consiste en cambiar la zonificación del predio para permitir la construcción de un Centro Nacional e Internacional de Exposiciones y Eventos, que contemplaría un complejo de cines entre otras particularidades, como un centro comercial y la apertura de la calle Darregueira.

    Recién después de ese debate-se iniciaría el tratamiento de un plan de cobertura de salud para quienes no cuentan con obra social, que propuso Enrique Olivera de la Coalición Cívica.

    En sexto lugar, otra norma que resultó polémica y hasta escandalosa este año, como es el permiso para los estacionamientos pagos para que puedan dejar automóviles en los pasillos de los locales, lo cual requiere el cambio en el código de Habilitaciones. En la letra de la ley se le permite a los garages comerciales estacionar autos en «espacios no demarcados».

    Luego estaba previsto habilitar el tratamiento de una norma de autoría del kirchnerista saliente, Miguel Talento, referida a la salud de los escolares y recién entonces el macrismo tenía otra oportunidad: bajar la cantidad de cargos en el Instituto del Juego de la Ciudad, para pasar de 5 a 3 directores en ese organismo que mantienen un convenio con Lotería Nacional que le impide a la Capital Federal controlar los juegos en su territorio.

    También estaba contemplado analizar el permiso para la embajada de Rusia y en el medio la aprobación de más de un centenar de leyes, resoluciones y declaraciones de variado tenor. Todo, para la noche de despedida.

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