Estudian derribar aeronaves amenazantes en Mar del Plata
-
La Justicia falló a favor de AFIP en una causa por declaraciones falsas sobre bienes de lujo
-
Milei viajará a España para participar de la cumbre anual de VOX
• Seguimiento
Tibiletti, capitán retirado del Ejército, es defensor acérrimo de la división de roles entre las Fuerzas Armadas y de seguridad, y de la no injerencia militar en asuntos internos, posición que estará a prueba en las operaciones de prevención de la Cumbre de las Américas. Una cosa es la declamación de políticas «garantistas» en foros de debate cuando no hay vidas en riesgo, y otra lograr que las deliberaciones de los presidentes se realicen con ciento por ciento de seguridad mediante la utilización de todos los recursos idóneos que tiene el Estado, sin compartimientos estancos.
• Apreciación
El derribo de un avión civil sólo podría ordenarse si, con los datos disponibles, se llegase a la conclusión de que se está ante un «ataque inminente» y no evitable por otros medios, lo que supone una apreciación y una decisión de alto contenido político. Ello obliga a establecer una línea caliente entre el mando aéreo del que depende el centro de operaciones aéreas (en este caso la guarnición aérea de Mar del Plata a cargo del comodoro Edgar Ricardo Gibeaud) y la autoridad política que ordenaría el derribo. Todo debe estar muy bien aceitado porque la situación tiene que resolverse en minutos. Se están organizando ejercicios simulados con el objetivo de reducir al mínimo el tiempo entre la toma de la decisión y el derribo de la supuesta aeronave invasora.
El factor sorpresa, dicen los expertos aviadores, es lo único que juega en contra del dispositivo de seguridad. Por eso se pensó en cobertura radar provista por los equipos móviles Westinghouse de la Fuerza Aérea ( tridimensionales) que proporcionan parámetros de altura, velocidad y rumbo de los aviones, necesarios para dirigir la patrulla de cazas hasta esos supuestos «blancos» y destruirlos. El Estado Mayor Conjunto, el Ministerio de Defensa y los mandos de la Fuerza Aérea llegaron a la conclusión de que la única forma de garantizar el derribo, salvo que el avión se detectase fuera del espacio aéreo argentino, era contar con cazas en vuelo permanente o armas antiaéreas desplegadas, lo que supone un alto costo económico.
Se piensa en 3 patrullas aéreas de combate (PAC) integradas por más de 2 aviones en vuelo. Se les asignarán diferentes anillos de espacio aéreo, contados a partir del centro neurálgico a proteger que es la zona donde debatirán los 34 mandatarios. El más alejado (no se dieron detalles de la distancia por razones obvias de seguridad) estaría a cargo de aviones Pucará, el anillo central será responsabilidad de cazas Skyhawk A4-AR, mientras que el anillo donde están los presidentes -la zona vital-será cubierto por Mirage. La orden de operaciones prevé que las aeronaves estarán en configuración de combate, es decir con la máxima capacidad de sus armas (misiles, cohetes y munición antiaérea).
La última alternativa es establecer una «zona de no vuelo» (no fly zone, según la denominación en inglés), una zona de seguridad mínima aérea que no puede ser sobrevolada por ningún avión, establecida por sobre los hoteles de 5 estrellas donde tendrán lugar las reuniones de los mandatarios. El avión no identificado ni autorizado que la penetre será inmediatamente derribado.
Dejá tu comentario