24 de marzo 2005 - 00:00

Intenta eludir el gobierno la grave crisis

Jorge Bergoglio
Jorge Bergoglio
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, debió salir ayer a afirmar que «seguramente la Cancillería se ocupará» del reclamo del Estado Vaticano y el Episcopado para que el gobierno aclare por escrito los alcances de la medida adoptada contra el obispo castrense, monseñor Antonio Baseotto. En el Palacio San Martín, mientras tanto, se explicó que el canciller Rafael Bielsa «se está yendo a Turquía este fin de semana», lo que implica, por un lado, que el conflicto con la Iglesia no es un tema que allí preocupe; y, por el otro, augura alguna demora en la respuesta, de acuerdo con lo dicho por el Fernández bonaerense.

El ministro también señaló que «no sería saludable» (no aclaró para quién) prolongar el debate con la Iglesia, al tiempo que ratificó que el vicario castrense «puede seguir ejerciendo su ministerio». Agregó crípticamente que «hay formas determinadas para manejar las relaciones entre la Iglesia y el Estado», y aseguró -sacando la pelota de su campo- que el modo en que ese vínculo «se tiene que ordenar es una tarea de la Cancillería».

• Reclamo

El ministro del Interior hizo estas declaraciones luego de que el Episcopado saliera a reclamar que el gobierno aclare «por escrito» si garantiza la «libertad» de monseñor Baseotto para « actuar como obispo» castrense. El portavoz de la Conferencia Episcopal, el presbítero Jorge Oesterheld, advirtió ayer que «hay que poner las cosas por escrito y todo tiene que quedar debidamente aclarado y documentado».

«Lo escrito que tenemos es el decreto, y el decreto no es claro»,
indicó Oesterheld al evaluar la norma anunciada públicamente el viernes de la semana pasada y publicada en el Boletín Oficial el lunes.

Por medio de esa norma, firmada por Néstor Kirchner, el gobierno anuló el acuerdo por el que se reconocía a Baseotto en 2002 -durante la gestión de Eduardo Duhalde-, para que se desempeñara como obispo castrense. En declaraciones a la prensa, Oesterheld confirmó además que la opinión acerca de que el gobierno debería aclarar su posición por escrito también surge de la Santa Sede. Aludió, sin mencionarla, a la carta de la Secretaría de Estado vaticana, que llegó a la Nunciatura Apostólica y, a pedido del Episcopado, recién será dada a conocer el lunes, tal como anticipó este diario. (Ver nota aparte.) «Supongo que en el Vaticano estarán esperando definiciones más claras del alcance del decreto y por escrito, si está realmente garantizada la libertad de monseñor Baseotto de actuar como obispo», indicó.

Baseotto
protagonizó una fuerte polémica con el gobierno al criticar en duros términos la posición del ministro de Salud, Ginés González García, sobre la despenalización del aborto.

• Peso político

A propósito de ésta y del peso político que tienen los púlpitos de las iglesias en el norte de la Argentina, en Mendoza el actual gobernador, el radical Julio Cobos, acaba de adherir a la provinciapara recordar al 25 de marzo -mañana-, como el Día del Niño por Nacer, en una clara manifestación contra la despenalización del aborto, como se encargó de aseverarlo públicamente. Debe recordarse que la fecha del 25 de marzo como el Día del Niño por Nacer fue promovida durante la gestión de Carlos Menem.

Para Oesterheld, la actual situación
«exige una aclaración que acompañe las palabras de Bielsa formalizando esto y diciendo exactamente que está garantizada la libertad de monseñor Baseotto para expresarse».

Por ejemplo, Oesterheld señaló que no está claro qué ocurriría si Baseotto nombrara «a un cura de capellán en algún lugar», si como obispo castrense está cesado. Según trascendió, si el gobierno no aclara taxativamente cuáles son las actividades permitidas al purpurado, la Santa Sede podría considerar al Obispado Castrense en la Argentina «sede impedida», una figura contemplada en el Derecho Canónico. Una definición que tenía un alto impacto político entre los católicos europeos, mientras el primado de Polonia, cardenal Stefan Wyszynski, era sojuzgado e impedido de ejercer su ministerio por el marxismo moscovita, antes del derrumbe de la Unión Soviética.

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