Kirchner lleva reclamo por López al Colegio Militar
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Una discreta guardia «anti-Pando» formará parte del esquema de seguridad que previó Roberto Bendini, jefe del Ejército. Es para garantizar que esta vez no haya interrupciones al discurso del Presidente protagonizadas por Cecilia Pando, la esposa del mayor retirado Pedro Mercado. Si aparece, se la invitará a abandonar las instalaciones con el atajo de que exhiba la tarjeta de invitación al acto. ¿Repetirá K la consigna temeraria: «No les tengo miedo», como ya lo había hecho en esa misma plaza de armas el día del Ejército? Demasiada presión para un sector que viene de capa caída, aunque siempre es útil engordar la imagen de hombre fuerte; claro, en cuarteles debilitados. La ceremonia de egreso sucederá sin que se hayan aprobado los ascensos de los oficiales superiores que conformaránlas nuevas cúpulas militares. El titular de la Fuerza Aérea, por caso, aún continúa con los colaboradores del anterior jefe, Eduardo Schiaffino, quien fue expulsado tras la crisis por la seguridad aérea. Nilda Garré retiene las propuestas de ascenso de generales, almirantes y brigadieres. Sus colaboradores hurgan en los legajos en búsqueda de indicios que demuestren si estuvieron o no destinados en unidades militares que fueron centros de detención clandestina en los setenta. También tamizan las listas y cotejan apellidos -como aquella policía alemana en la Segunda Guerra- con los de autoridades militares que condujeron el denominado Proceso de Reorganización Nacional. El parentesco y quizá algún homónimo podría ser mérito suficiente para el descarte del ascenso. Menudo ejemplo para los jóvenes que arrancan en la carrera militar, a no ser que Kirchner sorprenda hoy con un rápido trámite de aprobación de esos pliegos y los anuncie en el Colegio Militar como regalo de fin de año. No le queda más tiempo. El próximo miércoles es la última sesión en el Senado que debe dar el acuerdo a la promoción de los generales, almirantes y brigadieres.
Unos 250 cadetes recibirán mañana el sable, símbolo del mando, previa invocación y bendición que hará monseñor Pedro Candia, segundo del vicario castrense Juan Baseotto.
El almirante Jorge Godoy, jefe de la Armada, tuvo que hacer malabarismos administrativos con la nueva camada de guardiamarinas. Es que no hubo viaje de instrucción alrededor del mundo porque la fragata Libertad -buque escuelaestá en reparaciones en el Astillero Río Santiago. Y es requisito de formación marinera cumplir con la navegación oceánica aunque los cambios en Defensa ahora permitan alumbrar marinos de agua dulce. El buque insignia de la Armada Argentina ingresó al Astillero Río Santiago (ARS) el 20 de octubre de 2004 para que se le realizara una reparación general llamada de «media vida». Se aprovechó la oportunidad para acondicionar los sectores de dormitorios y baños para permitir la navegación incluyendo, por primera vez, una quincena de guardiamarinas, cabos y suboficiales femeninos. Julio Urien, presidente del ARS, se comprometió a adelantar la entrega de la fragata Libertad para el 27 de octubre de 2007. Reanudará los viajes de instrucción con dos promociones a bordo.
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