25 de junio 2002 - 00:00

PJ impedirá candidatura por afuera a perdedores de internas

Carlos Menem y Eduardo Duhalde volvieron a encontrarse ayer, después de casi tres años. La última vez que se saludaron fue el 9 de setiembre del '99, cuando coincidieron en Misiones en el lanzamiento de la candidatura a gobernador de Carlos Rovira y el cumpleaños del local Ramón Puerta. Ayer, en La Rioja, ambos subieron a un palco para presidir la inauguración de una planta procesadora de aceitunas del grupo Roemmers. Más tarde, almorzaron y tuvieron oportunidad de charlar pero sólo de banalidades sociales. Aunque no hubo un aparte, el encuentro ratifica el principio de un acuerdo en el peronismo, buscando pacificar el frente interno con la vista puesta en el año 2003, que discutiera, en una mesa chica, Menem con los gobernadores presentes en el acto.

PJ impedirá candidatura por afuera a perdedores de internas
El peronismo empezó a tejer el primer acuerdo interno desde las elecciones de 1999: Carlos Menem aceptó que se integre un comité de acción política dentro del PJ integrado por todas las tribus y que asegure el juego limpio en la selección del candidato a presidente.

Eso significa atornillar el mecanismo de la nueva ley de reforma política, que establece que, una vez que un candidato participa en una interna, no puede, si pierde, ir a las elecciones generales por fuera del partido en que fue derrotado.

El ex presidente se encontró ayer en La Rioja con su principal adversario, junto con quien se vio forzado a un cuidadoso minué para parecer juntos, pero no demasiado. Esa foto de compromiso, sin embargo, habilitó a una conversación entre bambalinas que mantuvo Menem con los gobernadores Juan Carlos Romero y Eduardo Fellner cuando ya se había retirado el Presidente del acto empresario que compartieron en la localidad de Aimogasta.

Allí, con Alberto Kohan como testigo, los dos mandatarios le expusieron al riojano la necesidad de que el menemismo integre esa comisión. Menem admitió la necesidad de que los díscolos del partido (Rodríguez Saá, Kirchner) se vayan del PJ antes de las internas, si no se resignan a una derrota doméstica. Logró, además, que esa comisión la integren consejeros nacionales del PJ, una forma de respaldar la opinión defendida en su nombre por Eduardo Bauzá de que las elecciones internas las debe controlar sólo la mesa chica del consejo nacional del PJ. Un ente que, para el duhaldismo, es una cueva menemista.

Menem
admitió el compromiso de cerrar las puertas a los presuntos fugitivos del peronismo a cambio de que uno de los miembros, en nombre de los gobernadores, sea el pampeano Rubén Marín, una figura a la que el peronismo le reconoce equidistancia, algo que hoy equivale a tener buenas relaciones con Menem. Los otros nominados son el jujeño Fellner y el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán.

•Cobertura

La presencia de Duhalde ayer en La Rioja sirvió para cubrir el resultado de esa charla de Menem con el dúo de gobernadores, que se realizó cuando el Presidente se retiraba de Aimogasta de regreso de Buenos Aires, tras participar del acto de inauguración de una planta de envasado de aceitunas.

Ese primer acuerdo entre
Menem y Duhalde tuvo como trasfondo interminables negociaciones que llevaron varios días y que se tramitaron a espaldas del público:

• El domingo por la noche, antes de cenar con el matrimonio de
Mariano Grondona, sus parientes legisladores ( Eduardo y Adrián) y la ex diputada Ana Mosso, Carlos Menem mantuvo en la residencia del gobernador de La Rioja una charla a solas con Jorge Matzkin. En esa conversación, negociaron detalles del acto de ayer; por ejemplo, quién iba hablar y quién no. Menem y Duhalde temían lo que fuera a decir uno y otro desde el palco.

Aunque en el programa figuraban discursos de los dos, el riojano cedió la gracia de la palabra. Hay muchos oradores, que hable el Presidente.

• Como respuesta, el discurso de
Duhalde a mediodía de ayer eludió cualquier referencia a la pelea política con Menem. No con otros dirigentes: arremetió contra Adolfo Rodríguez Saá, a quien acusó de haber declarado el default de la deuda externa. «El presidente al que debí reemplazar estuvo solamente una semana en el cargo, asumía declarando el default en la República Argentina», recordó el Presidente. De paso, le atribuyó también a Rodríguez Saá la devaluación del peso, medida que, en realidad, tomó Duhalde al asumir el cargo. «En una semana se dio cuenta del significado de la decisión: en la Argentina se produjo una pérdida del valor de la moneda. En un país que entra en default, un país que no le paga al mundo, su moneda empieza a perder valor, y estamos entonces en un extraordinario problema que lo vamos a superar.»

• La mención a R. Saá se entiende: todos los esfuerzos por alambrar la interna presidencial a través de esta comisión de acción política que aceptó integrar Menem es un mecanismo para retener dentro del PJ al díscolo Adolfo y al santacruceño Néstor Kirchner. Por eso, el pretexto para crearla es presionar a los candidatos para que no repitan las fugas de José Bordón o Gustavo Béliz, que migraron del partido acusando a Menem de no asegurarles el fair play en las internas.

• Para el minué: el aeropuerto de Anillaco funcionó por turnos. Primero llegó el misionero
Puerta en un Citation. Siguió Menem desde la capital provincial manejando un turbohélice. Como le avisaron que venía el avión de Duhalde, Menem aceleró su viaje hacia Aimogasta. Duhalde bajó con Fellner y Romero y se reunió brevemente con Puerta y Angel Maza, quien subió a todos a una combi, vehículo predilecto del Presidente para sus desplazamientos oficiales.

Menem se encontró con Duhalde en un reservado que le habían preparado en la planta Yovilar que se inauguraba. El riojano esperaba junto a su hermano Eduardo, la senadora Ada Maza, y al ingresar Duhalde, se adelantó, emponchado por frío, con una sonrisa: «¡Hola, Negro!». «¡Hola Carlos!» «¡Me apuné!», rió nervioso Duhalde. «¿En el avión?», le preguntó Ana Mosso. «No, en la Puna, me descompuse», explicó como buscando conmiseración. Menem lo palmeó como disculpando esa reacción del hombre de las tierras bajas en las alturas del cóndor. Y arrancó un apasionante diálogo sobre el origen y destino de las aceitunas, orgullo de los dos hermanos Roemmers y del intendente local, Enrique Martínez.

• En esa charla, se recordó, por boca de
Puerta, que la última vez que se habían visto fue el 9-9-99 (9 de setiembre de 1999), cuando Menem y Duhalde cerraron la campaña del candidato a la gobernación de Misiones, Carlos Rovira, y acompañaron en el día de su cumpleaños al ex gobernador Puerta. También se rieron de las pretensiones de protesta del grupo que había intentado interceptar al Presidente con una queja por la inauguración e insultarlos a todos con una imaginativa pancarta que decía: «Ratones, dejen de comerse el queso de los pobres».

• Tras el acto, donde sorprendió que
Menem cediese el uso de la palabra -unos 80 privilegiados pasaron a una carpa donde se ofreció un rico menú de ensalada con queso brie caliente y cordero a la parrilla-, Duhalde, contra lo que esperaban muchos, se quedó para el almuerzo y suspendió la salida del avión presidencial. Menem, instintivo, se acercó a la cabecera e intentó sentarse junto a Duhalde. Pero vio la tarjeta y se aseguró una silla más distante y en este orden: Duhalde, Maza, uno de los Roemmers y Menem. Frente a ellos, Ramón Puerta, Romero, Fellner y Kohan.

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