El proyecto de reforma del Código Penal que el Gobierno envió al Congreso busca concentrarse en los delitos de mayor impacto social, con un esquema de penas más duras, nuevas figuras y mecanismos de decomiso anticipado. La iniciativa apunta a modernizar un sistema redactado hace más de un siglo y que, según el Ejecutivo, ya no refleja la escala y complejidad del crimen organizado ni las violencias contemporáneas.
Reforma del Código Penal: qué cambia para narcotráfico, corrupción, violencia en el fútbol y abusos sexuales
La iniciativa refuerza las sanciones para varios delitos. Incluye decomiso anticipado de bienes, nuevas figuras penales y mayor exigencia de cumplimiento efectivo de las condenas.
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El Gobierno dio a conocer los detalles del proyecto de reforma del Código Penal.
La propuesta pone el foco en cuatro áreas sensibles: narcotráfico, corrupción, violencia en espectáculos deportivos y abusos sexuales. En todos los casos se elevan los mínimos y máximos de las condenas, se limita el acceso a beneficios excarcelatorios y se incorporan herramientas para afectar la estructura económica de quienes delinquen. El Gobierno sostiene que el nuevo marco legal busca reducir la impunidad y dar una respuesta más efectiva a delitos que generan alarma pública.
Más dureza para los delitos que más duelen
Con el envío al Congreso del proyecto de reforma del Código Penal, el Gobierno apuesta a endurecer las penas para los delitos de mayor impacto social.
“El que la hace las paga”, resumió la ahora ex ministra de Seguridad al presentar la iniciativa.
Entre los delitos que buscan golpear con más fuerza están los vinculados al narcotráfico, la violencia en espectáculos públicos (como partidos de fútbol), la corrupción institucional y los abusos graves, especialmente sexuales.
Narcotráfico: persecución más dura y decomiso anticipado
El proyecto amplía el alcance penal del narcotráfico: no sólo castiga con mayor dureza la venta y distribución, sino también el cultivo, la tenencia y canales de financiamiento.
Además, incorpora una herramienta clave: la posibilidad de decomisar bienes vinculados al narcotráfico incluso antes de una condena firme -esto es, extinción de dominio anticipada-.
El endurecimiento de penas busca complicar de forma real la vida de las redes criminales, sobre todo cuando hay participación de funcionarios o menores de edad.
Violencia en el fútbol y espectáculos: nueva figura penal
Uno de los puntos más llamativos -y reveladores del contexto social- es que el proyecto crea figuras penales específicas para castigar agresiones o disturbios en estadios, recitales y eventos masivos. Las sanciones afectan tanto a quienes participan como a quienes organizan, promueven o encubren esos hechos.
La intención oficial es desalentar la violencia en espacios públicos concurridos, donde los daños no recaen solo sobre las víctimas directas, sino sobre la seguridad colectiva.
Corrupción: funcionarios bajo la lupa, penas “gravísimas”
La reforma impone un endurecimiento considerable para los delitos de corrupción -cohecho, sobornos, enriquecimiento ilícito, negociaciones incompatibles, lavado, etc.- con especial severidad si resultan funcionarios públicos.
El proyecto no se limita al castigo individual: incorpora mecanismos para decomisar bienes incluso anticipadamente, persiguiendo un objetivo clave: quebrar la estructura patrimonial que sostiene la corrupción.
El discurso oficial recalca que la función pública no debe servir para robar, sino para servir. Y para quienes traicionen ese pacto social, la condena deberá ser real.
Abuso sexual y delitos contra la integridad: imprescriptibilidad y castigos más firmes
Para los delitos de abuso (sobre todo sexual y cuando hay agravantes como menores, poder, riesgo, etc.) la reforma plantea que sean imprescriptibles: ya no habrá “limite de tiempo” para juzgar.
El endurecimiento de penas viene acompañado de una reforma estructural: se suben los mínimos y máximos, se reduce la posibilidad de salidas anticipadas, y se asegura que en un porcentaje amplio de casos -según el gobierno, un 82 %- la condena sea con prisión efectiva.
Campañas de prevención social, registro, protección de víctimas, todo ese paquete de herramientas podría quedar respaldado por este cambio normativo.





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