5 de junio 2007 - 00:00

Sin nombrarlo, Kirchner volvió a apuntar contra Macri

El presidente Néstor Kirchner afirmó hoy que los neoliberales llevaron al país "al borde del abismo" en 2001 y ahora "no se dan cuenta que hay un cambio definitivo" en Argentina, en lugar del "efecto rebote" del que hablan.

"Creen que no tenemos memoria y tratan de decirnos qué tenemos que hacer los argentinos, pero sabemos quiénes nos llevaron al borde del abismo", dijo el Presidente al inaugurar un emblemático edificio público en la capital sanjuanina.

Cuando en 2008 "este hermoso complejo Centro Cívico se inaugure definitivamente (...) alguien del sur va a haber, no sé si pingüino o pingüina", añadió sobre la candidatura presidencial del oficialismo para las elecciones de octubre próximo.

El Presidente encabezó en el Centro Cívico el acto masivo de inauguración del edificio, primera parte de una obra paralizada desde 1981, acompañado por la senadora Cristina
Fernández, los gobernadores de San Juan, José Luis Gioja y de Mendoza, Julio Cobos, y los ministros de Planificación, Julio De Vido y del Interior, Aníbal Fernández.

En su discurso, de alta carga política, el mandatario contrapuso las ideas dominantes en los '90 a las que inspiran su acción de gobierno, repasó los principales logros de su gestión y exhortó a "tener memoria".

Kirchner recordó que en 2000 visitó el pueblo sanjuanino de Chimbas y que en esa época "San Juan estaba totalmente paralizada.

No cobraban los trabajadores públicos, los maestros, los trabajadores de los hospitales".
En el mismo sentido, señaló "el contraste entre ese San Juan paralizado" y la actualidad de la provincia, con "la construcción de este edificio que es terminar con el 'Monumento a la desidia'".

El jefe de Estado añadió que ese cambio no "es fruto de cuestiones mágicas", subrayó que "para que puedan cambiar las provincias tiene que cambiar el país" y evocó las condiciones en que asumió ese desafío hace cuatro años.

"La reconstrucción de la Argentina no se podía hacer de un día para otro", expuso Kirchner.
"Había que empezar a construir la fe, la esperanza, la dignidad del trabajo, recuperar la identidad nacional, recuperar la alegría de sentirnos argentinos".

Según el Presidente, esa recuperación implicaba una batalla de ideas con los que afirmaban que "éramos los peores del mundo (...), con ese discurso que hacen aquellos que adscriben a las teorías que han hambreado a la Argentina" y la región.

"Mientras algunos ponían bajo custodia sus riquezas, porque decían que la Argentina se derrumbaba, nosotros nos abrazamos junto al pueblo para empezar a recuperar la Patria", agregó.

Kirchner dedicó parte de su discurso a la reducción de la pobreza, la indigencia y la desocupación durante su gobierno, así como el desendeudamiento, el crecimiento industrial y otros índices que mencionó en detalle.

También afirmó que "se recuperó el poder adquisitivo de los trabajadores", junto al aumento en los haberes jubilatorios, la extensión de ese beneficio y las políticas anti-exclusión, aunque recalcó "que falta, pero estamos subiendo la escalera".

El Presidente aludió en este tramo de su discurso a la relación con el Fondo Monetario Internacional, la renegociación de la deuda, las "extorsiones" de la Corte Suprema de Justicia con la composición que tuvo desde el gobierno de Carlos Menem al 2003 y la política de derechos humanos impulsada por su gobierno.

"Empezamos a trabajar con el Fondo rodeándonos para abordarnos definitivamente y con los acreedores de la deuda privada viendo qué se podían llevar de lo que quedaba de la Argentina", expresó.

El pago a ese organismo sirvió dos años después "para decirle 'chau al Fondo'" y recuperar para la Argentina "la capacidad de resolver pos sí misma el rumbo que quería seguir", aseveró.

En ese período, expresó, "seguíamos escuchando a los economistas de la derecha, los neoliberales argentinos que siguen hablando, diciendo que teníamos que pagar todos los males que habíamos hecho a ese mundo", porque "los argentinos no habíamos cumplido".

"Nosotros dijimos que no veníamos a dejar las convicciones y las ideas detrás del sillón en la Casa Rosada (...) Y dijimos: ni claudicar ni arrodillarnos.

Salir a defender con hidalguía y dignidad los derechos de los argentinos", afirmó el Presidente.

Respecto de la Corte menemista, "dije que no iba a aceptar sus presiones (...) Me comuniqué con el pueblo argentino y dije vamos a empezar por tener una Corte independiente y digna que nos de tranquilidad a todos los argentinos", subrayó Kirchner.

También recordó que desde el comienzo de su gobierno se pronunció "contra los indultos, la obediencia debida y el punto final", para "vivir en una Argentina donde haya memoria" y en la que los "torturados y abatidos por la dictadura, como toda la sociedad argentina, tengan el derecho de acceder a la justicia".

"Algunos me dijeron que con eso iba a dividir a la sociedad, porque parece que querían más un panqueque que un Presidente y yo no vine a ser un tibio", sostuvo el Presidente.
Aludió además a la decisión política de concluir la renegociación de la deuda "con una quita del 70 por ciento" y un ahorro, "por primera vez en la historia, de 70.000 millones de dólares a los bolsillos de los argentinos".

"Saben bien lo firmes que tuvimos que ponernos. Cuando hicimos la última oferta (...) muchos de los que trabajan conmigo se ponían nerviosos y pálidos (...) pero esa compañera que ven allí, Cristina, me dijo que le metiera para adelante", destacó Kirchner.

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