- ámbito
- Portada Principal
Con corazón, Argentina le ganó a México en el alargue y va por Alemania
De todas maneras habrá que destacar la paciencia, la tozudez de Argentina de ir a buscar de manera permanente sobre el arco adversario, que le valió para dejar claro en el terreno de juego que tenía mayores argumentos individualidades, una actitud ofensiva que marcaba diferencias y que se hizo notoria en la medida que transcurrían los minutos.
Este triunfo además se hizo complicado por varias razones. Si Argentina (que era favorita) perdía y tenía que regresar significaba mucho más que una derrota de un partido llamado "clásico" por los mexicanos. Para los aztecas la situación era distinta: perder contra uno de los candidatos no significaba demasiado, hacerlo en el alargue salvaba la imagen del equipo, mucho más si caían por penales. Ni hablar de un triunfo por cualquier vía. Era levantar definitivamente al fútbol mexicano, marcando la mejor actuación de la historia.
Terminado el partido, mucho de eso parece haber pasado por la cabeza de técnico y jugadores. Es cierto, el fútbol tiene cosas impensadas (en cuanto a resultados se refiere), pero a la larga termina por ganar la lógica. El triunfo de Argentina pudo llegar sobre el filo del tiempo reglamentario, cuando el arbitro (a instancias del línea) cobró una posición adelantada inexistente, que le daba el pase a cuartos de final a los jugadores nacionales. Tal vez Pekerman intuyendo desde hacía algunos minutos que el partido debía ir al alargue, antes de los noventa movió piezas: Tevez y Messi (reemplazaron a Saviola y Crespo) y Aimar (entró por Cambiasso) para darle aire al esta vez infatigable Riquelme
México se aferró a una defensa a esas horas parecía salvadora,. Más cuando Argentina, parecía sin piernas y con escasos fundamentos para generar ataque y peor cuando intentaba encontrar salida por arriba, cuando debía buscar espacios a ras de piso. Hasta ahí sólo Tevez había hecho revolcar en un costado a Oswaldo Sánchez y Tevez y Messi, quedaban siempre cerca de encontrar un hueco para el remate sin lograrlo. Los minutos pasaban.
Pero también el reloj corría para los mexicanos, tanto que hasta los defensores dejaron una pelota sin marca apretada (distracción?), se cruzó Maxi Rodríguez, la bajó de pecho y antes que tocara el piso le dio con una comba perfecta y marcó la diferencia.
Faltaba más que un tiempo suplementario y México se fue a jugar todo lo que le quedaba. Sin piernas, sin ideas, sin un jugador desequilibrante. El toque de los argentinos volvió a hacerse dueño incuestionable de un juego que dominan a la perfección, sin demasiadas sutilezas pero le bastaba para marcar diferencias, Aunque sean las mínimas, igual sirven para tener el derecho de enfrentar por cuartos de final a este equipo local de Alemania (ahora, convertido en cuco).
Dejá tu comentario