Bernd Reichart, director ejecutivo de A22 Sports Managament, empresa que promueve la Superliga, anunció un nuevo proyecto del torneo impulsado por Real Madrid, Barcelona y Juventus con un enfoque centrado en la meritocracia y sin miembros permanentes.
Relanzan la Superliga europea, con nuevo formato de competencia
El renovado proyecto contempla un torneo continental abierto, con múltiples divisiones y clubes participantes clasificados mediante las ligas domésticas.
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“Hay un mensaje clave que estamos enviando a todos: ya no habrá miembros permanentes, queremos centrarnos en la meritocracia. Aprendimos del debate que supuso la propuesta inicial de la Superliga. El mérito deportivo es uno de los principios fundamentales. Tanto los clubes como los aficionados queremos una competición atractiva y competitiva”, afirmó el directivo.
Justamente la garantía de presencia permanente sin clasificación por mérito deportivo fue uno de los principales puntos que provocó el rechazo especialmente de los aficionados al proyecto impugnado también por la UEFA y por la FIFA. “Confío en que se analicen y evalúen los diversos conflictos de interés que ha visto la UEFA, que es a la vez regulador y operador comercial en un solo órgano de gobierno”, explicó Reichart. El renovado proyecto contempla un torneo continental abierto, con múltiples divisiones y clubes participantes clasificados mediante las ligas domésticas.
Reichart presentó los diez principios del nuevo proyecto, que incluyen reglas financieras más estrictas, el desarrollo del fútbol femenino y el aumento de las contribuciones solidarias. “Uno de los objetivos es conseguir que el ecosistema futbolístico viva de sus propios recursos y no dependa de las ingentes cantidades de dinero para gastar que vienen de fuera”, destacó ante la consulta de posibles reglas financieras más estrictas.
El plan también refiere una liga europea abierta, con múltiples divisiones y 60/80 clubes participantes clasificados en torneos nacionales y un mínimo de 14 partidos garantizados. “La Superliga no es un formato sino un proyecto, que incluye medidas y contramedidas para abordar los problemas que vemos en el mundo del fútbol. Ahora toca mostrar un poco mejor el rumbo que vamos siguiendo”, resaltó Reichart a ANSA. “En octubre iniciamos un diálogo con los stakeholders, especialmente los clubes, y surgieron tres problemas principales: desequilibrio competitivo, inestabilidad económica y gobernanza”, admitió el director ejecutivo de A22.
Uno de los argumentos de la Superliga, según Reichart, es el poder económico del fútbol inglés: “Creo que las evoluciones recientes que muestran el dominio de la Premier League no sólo preocupan a los clubes sino también a los fanáticos”, indicó. “Por supuesto, no es un proyecto exclusivo. Las reglas en las que se basará el concurso dependerán de las sentencias de los tribunales de Madrid y Luxemburgo, el proyecto estará vinculado a los 27 países de la UE pero estará abierto a todos los territorios europeos”, aclaró igualmente sobre la posible presencia de equipos ingleses.
En este camino, Reichart hizo alusión a los pagos de solidaridad. “El fútbol base es un pilar esencial del fútbol europeo y deberían incrementarse significativamente (los fondos) con respecto a sus niveles actuales. Tal y como se anunció, la contribución de un mínimo de 400 millones de euros anuales destinados a solidaridad, clubes que no participen en la competencia y causas sociales –esto es, más del doble de la contribución de las actuales competiciones europeas de clubes– debería ayudar a alcanzar este objetivo”, puntualizó. Y añadió dos propuestas: facilitar la asistencia de los aficionados para partidos fuera de casa y normas que regulen la calidad de los estadios para mejorar la experiencia del fútbol en directo.
En contrapartida, LaLiga emitió un comunicado en el que alega que “el formato al que hacen referencia no es 100% abierto y ya fue presentado, analizado y rechazado en 2019”. Además, cuestiona la posibilidad de crear una competencia con más equipos y más partidos sin afectar al calendario. La gestora del fútbol español se apoya en un estudio de la consultora Kpmg que muestra que con la Superliga la caída de ingresos global sería de un 55% en LaLiga y los clubes que no participaran en la Superliga reducirían un 64% su valor.
“La Superliga supondrá a corto plazo un vacío económico de las ligas domésticas, pero es que además acarreará a medio y largo plazo la reducción de ingresos para los propios clubes de la Superliga, destruyendo así toda la industria: PIB, empleos e impuestos”, concluyó el certamen español. Asimismo, la ECA, patronal de los clubes del fútbol europeo, señaló que “esto no es más que otro intento deliberadamente distorsionado y engañoso de desestabilizar el trabajo constructivo que se está llevando a cabo actualmente”.
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