26 de agosto 2019 - 00:00

Cómo venderle a India, el otro gigante

LARGO PLAZO. Entrar en India requiere una apuesta estructural.
LARGO PLAZO. "Entrar en India requiere una apuesta estructural".

Asia está en plena reemergencia como centro gravitacional del capitalismo del siglo XXI. Los indicadores asiáticos de gasto en infraestructura, nuevos ricos, urbanización, consumo energético y gasto militar, entre muchos otros, lo confirman. En este contexto, la economía india crece al 7% promedio desde inicios de siglo y, después de China, es la más dinámica del mundo. En términos macro, el boom de crédito desde los años 2000, el incremento en los ingresos en las clases altas urbanas, el dinamismo del real estate, del gasto en construcción pública y privada y de las exportaciones de servicios han sido sus principales motores.

Hoy, dos tercios de las exportaciones argentinas a India son principalmente aceite de soja y, más atrás, de girasol. Muy rezagados aparecen cobre, cuero, cebada y legumbres, productos químicos, y otros agroindustriales, con Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires como las principales provincias exportadoras. Pero el dinamismo de la economía india puede traccionar varias oportunidades de negocios aún no capitalizadas. Por caso: las exportaciones de alimentos podrían subir significativamente, tanto en volumen como en valor, con productos procesados y sofisticados que atiendan la demanda de las clases medias y altas del gigante asiático; el dinamismo de la industria de la construcción india abre oportunidades en materia de exportación de minerales, piezas y equipos eléctricos, más otras máquinas y equipos de la industria metalúrgica; el efervescente consumo cultural del país del Mahatma Gandhi da lugar a la exportación de entretenimientos relacionados al futbol y la industria audiovisual; y joint ventures podrían ser desarrollados en la industria del software o la biotecnología. Además, Vaca Muerta puede ser una plataforma para desarrollar y exportar tecnología para la industria del petróleo y el gas, principalmente en materia de eficiencia energética. Asimismo las capacidades tecnológicas del agro argentino pueden encontrar aplicación en ciertas necesidades de la agricultura india, así como el desarrollo y las transformaciones urbanas de ese país precisan de tecnologías orientadas a mejorar la movilidad urbana y el manejo de residuos.

Como dato de contexto, es preciso saber que la relación de India con los negocios es milenaria. Durante siglos las aguas del Océano Índico fueron una babel de lenguas: chinos, judíos, árabes, persas, africanos y europeos han comerciado en sus costas. Y varias comunidades regionales se destacan por sus capacidades empresariales y riqueza de larga data en India: los Tata, los Mahindra Mahindra, los Mittal, entre muchos otros. A su vez, India es hoy tal vez el país más heterogéneo del mundo. Tiene el principal programa aeroespacial y nuclear de los países en desarrollo, aunque cerca del 40% de la población aún va al baño a cielo abierto. Y mientras está plenamente inserta en Sillicon Valley, su burocracia estatal mantiene un rol central en los destinos de su economía: en paralelo al boom emprendedor del software, encontramos empresas públicas nacionales y estaduales en cada sector de la economía. Y su casi 8% del PBI en gasto en infraestructura convive con los niveles de polución ambiental más altos del mundo. Hoy diversas empresas argentinas hacen negocios con India, desde las consolidadas como Techint, Globant y diferentes laboratorios hasta las startups Satellogic y Kilimo. Y si bien hacer negocios allí puede resultar exótico y sin dudas requiere de tiempo e inteligencia comercial, ofrece enormes oportunidades de expansión. Sin embargo, para acceder a este mercado y generar dólares reales para la economía argentina (en contraste con la vana espera por la lluvia de inversiones), las pymes nacionales deben contar con un Estado activo, y políticas comerciales, logísticas, de financiamiento y de cooperación en Ciencia, Tecnología e innovación que den cuenta de la magnitud del fenómeno asiático. En suma, un Estado Emprendedor que promueva, financie, viabilice y capitalice inversiones. Así, se trata de una apuesta mucho más estructural y sistémica, en lugar de la efímera competitividad cambiaria.

Doctor en Economía. Investigador del Prodem. Miembro del Grupo de Trabajo sobre India y Asia del Sur del CARI.

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