2 de marzo 2020 - 00:00

Asunción de Lacalle Pou

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Ñoquis del 29 en la casa de un veterano embajador cerca de la Cancillería con varias presencias de juristas, y donde se habló mucho del escándalo alrededor de algunas estrategias en el Congreso para lograr la aprobación de leyes, y que esta semana pasada causaron revuelo con la oposición por la presencia del nombrado embajador en Itamaraty, Daniel Scioli, en el recinto. “El tema no es nuevo. Ya lo había hecho Justo con José Arce, al que hizo volver de Chile para asegurarse una votación”. O el caso de Duhalde y Alfonsín”, decía el que llevaba la voz cantante, sin olvidar que también puede haber habido otros votos “sospechados”, como los de quienes dieron quorum, pero no se quedaron al debate.

Lo cierto es que toda la polémica sobre el voto de Daniel Scioli en la ley que modifica los regímenes jubilatorios de jueces y diplomáticos parece que tendrá vuelo corto en la Justicia. Scioli tiene acuerdo del Senado pero aún le restaban (movida que quizás fue estratégicamente diseñada por el Gobierno) dos pasos para ser embajador con todas las palabras: el decreto presidencial y que el recinto de Diputados le apruebe la renuncia a su banca. Mientras no se den esos pasos, podrá mantenerse en el Congreso como lo hizo ayer, casi en ritmo de desafío, durante la Asamblea Legislativa. Distinto es el análisis que podría corresponder a la prohibición constitucional de que los representantes del pueblo actúen en comisión directa del Poder Ejecutivo, algo prohibido de cuajo. En la multifacética charla se deslizó un dato llamativo indicando que cuando se produjo el embargo de la Fragata Libertad, su recuperación se pudo lograr, gracias a la jurisprudencia inglesa, ya que la argentina no defiende hasta ese punto, los bienes del país.

Pero lógicamente, la asunción del presidente Luis Lacalle Pou en Montevideo se llevó buena parte de la conversación, entre otras cosas, por las diferencias con Argentina. Un hecho que llamó allá poderosamente la atención entre los argentinos que aún están por las costas orientales fue, por ejemplo, la gran movida a caballo que convergió sobre la capital para asistir a la asunción del presidente que, es evidente, cuenta con buena respuesta del interior del país; contrariamente, en Argentina el interior está en alerta y prometen nuevas asambleas para esta semana, mientras presionan también a sus propios dirigentes, a los que les “exigen” cambios en el proceder, y evaluar una rebelión fiscal con paro de comercialización, según surgió ayer de San Pedro.

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