Mauricio Macri terminó un día antes el descanso con familia y amigos en Chapadmalal para estar ayer en Buenos Aires durante el Día del Trabajador. Esa residencia oficial frente al mar se convirtió en un reducto dilecto de la familia presidencial que esta en camino de reemplazar inclusive a los retiros en el country Cumelén de Villa La Angostura. Esos días frente al mar sirvieron para analizar la agenda compleja que enfrenta Macri y que ni siquiera le da respiro en temas internacionales. Nada, en las últimas semanas, resulta del todo bien y esa es la preocupación del Presidente. Un ejemplo es claro. No había dudas sobre la buena relación que tiene Macri con Sebastián Piñera y las chances de más acercamientos de todo tipo con Chile. Lo probaron ambos con el acuerdo comercial que firmaron la semana pasada en Buenos Aires cuando el chileno visitó el país. Por eso nadie pensaba que el nombramiento del embajador de Chile en Argentina podría traer algún problema. Y lo trajo: el hermano de Piñera no será el embajador como se había anunciado tras las acusaciones de nepotismo que campearon del otro lado de la cordillera. También pone nerviosos a los hombres del Gobierno el cruce de relaciones entre ministros y funcionarios que no pueden terminar de controlar desde algunos despachos de la Casa Rosada. En ese tren quien se lleva las palmas es Federico Sturzenegger que cosecha elogios y alianzas con ministros varios aunque no siempre sean pronunciados durante las reuniones de Gabinete ampliado.
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En medio de la bataola cambiaria, en un quincho sanisidrense, un grupo de legendarios economistas comentaron que tendrán un respiro la próxima semana cuando la creme de la profesión se apersone en la Universidad Di Tella. El motivo, se inaugurará un aula bautizada Dr. Miguel Ángel Broda. Keynesianos, liberales, ortodoxos y hombres cercanos al Gobierno se harán presente al evento que promete jugosos comentarios a la hora del cóctel. Un comensal del quincho señaló que otro Broda financió el emprendimiento escolar, su hijo Christian, que se desempeña como director general del fondo Duquesne Capital Management.
Dura interpelación el jueves pasado de liberalismo y examen crítico sobre populismo a dos presidentes en vivo y en directo por un premio Nobel. Por un lado, Mauricio Macri y Sebastián Piñera como los interpelados. Por el otro, Mario Vargas Llosa; como el examinador. El peruano, luego de casi dos horas de preguntas y respuestas a los presidentes de Argentina y Chile, dio por aprobados con buenas notas a los dos mandatarios, y los bendijo como los líderes de la aparente nueva corriente de centroderecha regional que debería servir de faro latinoamericano por los próximos años. Y reemplazar al bolivarianismo, según la definición del visitante Premio Nobel, que se resiste a hablar tanto de "Neoliberalismo" como de "Socialismo del Siglo XXI". Todo fue el jueves pasado en la cena anual de la Fundación Libertad, un think thank rosarino con evolución internacional (ideológicamente es lo más cercano que hay en el país al Partido Republicano norteamericano, previo a Donald Trump) y que este año logró, hasta ahora al menos, la convocatoria más ecléctica e importante del 2018. No sin dificultad, llegaba al Golden Center de Parque Norte (curiosamente del muy alejado de la ideología anfitriona sindicato de Comercio que comanda el Armando Cavalieri); casi medio Gabinete. Además de Macri con Juliana Awada, concurrieron a la cumbre anual del pensamiento liberal, los ministros de Producción, Francisco Cabrera, de Transporte Guillermo Dietrich, de Seguridad Patricia Bullrich, el de Trabajo Jorge Triaca, de Modernización Andrés Ibarra, de Salud Jorge Lemus y el canciller Jorge Faurie. Todos protestaban porque el horario de ingreso coincidió con la llegada de los hinchas de River Plate que concurrían a otro evento latinoamericano: el partido contra el Emelec de Ecuador en el Monumental. Y como siempre sucede en estos casos, el ingreso a Parque Norte estaba bloqueado por los micros de los hinchas riverplatenses, lejanos a los debates sobre la centroderecha moderna. Acertada escenografía de living eligió el presidente de la Fundación Libertad, Gerardo Bongiovani, considerado una especie de prócer del pensamiento liberal argentino. A su organización se la considera, sin exageración, como la única que mantuvo el mismo nivel de debate durante todos los años kirchneristas, pese a que fue combatida con armas de todo tipo para que flexibilice su pensamiento. Se recordaba en el evento del Golden Center, cuando en abril de 2012, Vargas Llosa también visitó el país invitado por la Fundación Libertad para hablar en la feria del Libro, y tuvo un intento de censura directa que incluyó una invitación para que no visite Argentina. Sentados al costado derecho del escritor, los presidentes Macri y Piñera le hicieron saber que, en esta oportunidad, Vargas Llosa sería tratado como estrella de la cultura sudamericana. Así lo asumió el peruano, que en la charla examinadora asumió sin vueltas el rol de medición de la pureza centroderechista de los mandatarios. A ambos los calificó con un gran aprobado, lo que generó no poca polémica en varios de los invitados al evento; la mayoría autoconsiderados la verdadera reserva liberal criolla. En la línea milita José Luis Espert, uno de los invitados más escuchados en estos tiempos, y enemigo público número uno del gradualismo de Cambiemos. Espert se desquitó al final de la cena por Twitter y recibió el apoyo de cultores locales como Carlos Rodríguez y Roberto Cachanosky.
Entre las 100 mesas del Golden Center circulaban también los diputados oficialistas Luciano Laspina y Pablo Tonelli; hiperconsultados por sus predicciones sobre como le irá al Gobierno esta semana en el Congreso con la embestida del justicialismo con el proyecto para modificar la ley de tarifas. Ambos, hacia el propio Gabinete, daban la visión optimista de la realidad, afirmando que los 20 o 22 votos que faltaban para que el proyecto no avance, estarían garantizados. Y que sólo era cuestión de trabajo "para el miércoles" (por hoy). Sin embargo, ante un empresario del rubro farmacéutico, uno de los dos diputados se sinceró y mostró cierta preocupación ante el avance opositor y la cercanía de los votos para lograr el tan temido aval. Sería una especie de revival de lo sucedido en diciembre de 2017 con el impuesto a las Ganancias pero con una salvedad, en este caso Diputados se maneja con un número de legisladores oficialistas más cómodo, lo que haría aún más dura una eventual derrota. Para parte del Gabinete como entre algunos empresarios que circulaban por el evento, el enemigo público número uno es Sergio Massa y su frente de legisladores, que habría sido no sólo el autor intelectual del proyecto que se avanzaría en el Congreso, sino además el que habría negociado con el kirchnerismo los votos necesarios.
El otro tema de polémica en la noche del Golden Center del jueves pasado era, sin dudas, la corrida cambiaria que un día antes y un día después enfrentó Federico Sturzenegger desde el Banco Central; y que para los presentes en la cena era sólo asumible al error oficial de avanzar con el impuesto a la Renta Financiera, en este caso, para no residentes. En general todos aprobaban la acción directa de la entidad, y sólo se criticaba que en la venta de dólares récord del miércoles de u$s1.471 millones no se hubiera consolidado la misma suba de la divisa que sí avaló el jueves y corrigió el viernes, con un alza final para la semana de 20,90 pesos; por debajo del record temporal de $21,30. Según alguno de los empresarios presentes, se premió al que salió pronto de las Lebac y se castigó al que esperó, aunque haya sido sólo por 24 o 48 horas más. Circuló un dato entre los comensales: el fondo que más Lebac de no residentes vendió fue el J. P.Morgan; que, curiosamente, había sido durante el 2017 el que más había invitado a los inversores extranjeros a participar. La información fue confirmada durante el fin de semana, y en algún despacho oficial de poder, esta operación masiva fue calificada de "operación". En otro momento de la cena, ya cuando la carne estaba servida en el primer piso del Gonden Center (y cuando ya Macri y Piñera se habían retirado), llegó el ministro de Cultura Pablo Avelluto, muy molesto por lo que había vivido horas antes en la apertura de la Feria del Libro, y donde docentes porteños protestaban por no querer concurrir a institutos terciarios en la Ciudad de Buenos Aires para poder aumentar su instrucción y, en consecuencia, ganar más. Un absurdo. Lo escuchaban varios empresarios invitados, los que le dieron un consejo tranquilizador: que difunda las imágenes de los docentes que violentaron la presentación, ya que esa sería la mejor defensa y estrategia en contra de los interrumpidores. La protesta oficial llegó hasta las autoridades de la Feria del Libro e, indirectamente, hacia la escritora Claudia Piñeiro, la invitada de este año a abrir el evento y que, en lugar de criticar el "acto fascista", avalaba con los gestos la acción directa. "Es la mujer de Ricardo Gil Lavedra", apuntó un comensal. "Ese no es radical?" se preguntó otro. Uno de los más buscados de la noche de la cumbre anual de la Fundación Libertad fue el tándem del Banco Ciudad, Javier Ortiz Batalla y la directora de la fundación del banco, Mariana Galante. Se lo consultó mucho al primero sobre la jornada del sistema financiero y por la evolución de los créditos hipotecarios porteños. Sin embargo la mayor curiosidad sobre la que tuvo que contestar fue por el remate que un día después el banco haría de una verdadera joya: una Ferrari 308 GTS de 1981, diseñada por el italiano Sergio Pininfarina y de la que, se afirman, hay no más de 50 en posibilidades de ser adquiridas en todo el mundo. Se vendió a un ignoto empresario (obviamente millonario) argentino (se dice que sojero), que pagó unos $2.750.000 más IVA por el bólido de colección; venciendo a, entre otros, Jorge Higuaín (padre de Pipita), la familia Pérez Companc y Alejandro Rhoemmers, entre otros conocidos fanáticos de Ferrari. La joya había sido incautada por la Aduana hace 9 años, cuando un ciudadano uruguayo la había querido introducir sin papeles. Este nunca se presentó y el vehículo pasó varias temporadas en un galpón marplatense.
Entre las reuniones de la movida semana también hubo presentaciones de libros, como el del embajador Juan "Archi" Lanús, con lleno total en el Salón Libertador del Palacio San Martín. "Saber ser" fue presentado por el neurólogo Facundo Manes y la secretaria de Naciones Unidas Virginia Gamba, con Clara Mariño como moderadora. También el economista Guillermo Toranzos Torino presentó en Ciencias Económicas su "Argentina..., ¿puede ser?", donde se analiza la evolución de Argentina entre 1870 y 2016 y que, además, de presentare también en la convocante Feria del Libro en la Rural, contó con Jorge Ávila, el exministro Oscar Tangelsson y Daniel Pérez Henry. Obvio que en todos los casos el tema excluyente seguía siendo el dólar y lo que puede ocurrir a partir de hoy. De hecho, en la conmemoración de la Fundación de Vargas Llosa que se hizo en la Legislatura porteña, la participación del exministro Ricardo López Murphy, fue saludada con aplausos, cuando se animó a ser crítico con algunos aspectos de la gestión económica actual, y sostuvo que "los problemas estructurales de la Argentina, siguen sin resolución". "Argentina invierte muy poco, apenas un 17% del PBI, de los cuales 12% se los come la depreciación y 5% se piden prestados. Ademas, se ahorra muy poco", reconoció el Bulldog (como más se lo conoce).
También del otro lado de la cordillera los argentinos se sorprendieron por la calidez de los extranjeros. Fue en la embajada de Australia en el país transandino donde se realizó una reunión entre empresas australianas de riego, energías alternativas, biodigestores, y también control de plagas con vapor, todas técnicas nuevas y muy novedosas. En estos días, también un empresario local está en Sidney analizando, por encargo del propio Macri, esos temas y las posibilidades de avanzar más en materia de carne e industria frigorífica.
El tradicional cóctel de Identia, una consultora de comunicación y negocios que cubre un horizonte muy amplio, se realizó en la casa de Dominique Biquard, socia de la empresa. Casada con Luis Parenti, un coleccionista de arte que ha tapizado las paredes desde el piso hasta el techo con estupendas pinturas contemporáneas, Entre los con 150 invitados, figuraban personajes de lo más variados: clientes, empresarios, políticos de actual y vieja data, gente de la prensa, amigos, artistas y familiares que, rápidamente entablaron relación. Joven y simpático, Juan Curutchet (Banco Provincia de Buenos Aires) estuvo solicitado esa noche, al igual que el fiscal José María Campagnoli, porque las mujeres tienden a cuidar a los viudos. Aunque, eso sí, eran mujeres con peso propio. Para comenzar, entre los diplomáticos estaba Aude Maio-Coliche (Unión Europea), Jean Simon (Consejera Asuntos Globales de Francia en la Argentina) y, una reliquia, Marilita Squeff, que fue nuestra primera mujer embajadora en Francia. Junto a ellas estaban Jorge Telerman, María Eugenia Talerico (UIF), Eduardo Boccardo, Paula Bisiau, Carlos Balter, Eleanora Jaureguiberri, Flavia Ferrari Inchauspe, Gabriel Astarloa y Matías García Oliver.
Los temas sensibles como tarifas, inflación, gradualismo y déficit fiscal rondaron toda la noche. Daniel Sabsay, Agustín Etchebarne, Facundo Gómez Minujín y Santiago Ibarzabal respondían todo tipo de consultas. Entretanto, los deliciosos vinos y el espumante Trapiche del Grupo Pañaflor acompañaban los bocaditos caseros, como papas fritas con paprika, hasta que llegó un guiso de lentejas. Entre la gente de la cultura estaba Trini Vergara, y contó las alegrías que le depara su flamante taller para editores, donde ella misma enseña la cocina del oficio que aprendió desde la cuna. Enrique Valiente Noailles, hoy a cargo de la Fundación Navarro Viola, recordó sus interpretaciones filosóficas de la vida de hace una década y aseguró que volverá a publicarlas, actualizadas, es obvio. Su próximo tema: la necesidad de antídotos para una sociedad intoxicada por problemas irresueltos o difíciles de resolver. El expresidente Fernando De la Rúa regalaba entretanto la típica sonrisa benévola de aquellos que se han retirado del escenario. Allí estaban Daniel Marx, Rodolfo Rivarola, Eugenia Botta, Emilio Beccar Varela, Eduardo de la Rua, Santiago Fontán Balestra, Máximo Founrouge y el fiscal Jorge Romero; Alberto Bavestrello, Patricia López Aufranc, Santiago Carregal, Alejandro Fargosi, Juan Pablo Lohlé embajador argentino en Brasil durante los años más carismáticos de Lula y Héctor Mairal. En el ambiente del arte, Carolina Biquard contaba la seguidilla de premios, becas y ayudas a los artistas del todo el país que otorga desde la presidencia del Fondo de las Artes. Duilio Pierri y Maggie de Koenigsberg, Jacques Bedel, Damian Cruvelatti y Florence Baranger, elogiaron la última adquisición de Parenti, el cuadro "Velocidad" de Fabián Burgos, y las fotos que tomó María Noël de la inagotable vida cultural de Nueva York. A la hora del postre, la gente del campo elogió la gestión hasta ahora insuperable de Luciano Miguens en La Rural y la mesa de enlace, mientras los empresarios Francisco Do Pico, Horacio Busanello, Eduardo Zbikosky, Gabriela Rosello, Julia Hernando, Alejandra Alberdi, Facundo Mendizabal, Presidente Paralell y Rigano Natale, expresaban algunas certezas y sus más variadas inquietudes. A Germán Carvajal que lidera la ONG "Basta de Demoler" le consultaron si no le provoca escalofríos la intención de vender el edificio histórico de La Prensa, un bien patrimonial insustituible. Teresa González Fernández, Diana Cohen Agrest y Paula Montoya, celebraron el postre negro de manzanas calientes, una receta de la abuela francesa de la dueña de casa que cerró la noche.
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