31 de agosto 2004 - 00:00

Nuevo clásico de la marca

Nuevo clásico de la marca
En la industria del automóvil, cuando se quiere aprender la evolución en términos de confort, seguridad y altas prestaciones, se debe estudiar con atención los vehículos de alta gama.
Los modelos más caros son los que suelen acceder a una tecnología superior que por muchos años será apreciada por muy pocos afortunados que pueden desembolsar una importante suma de dinero para acceder a ellos. Con el correr del tiempo, algunos de sus elementos se adaptan a los segmentos inferiores, pero siempre pasan muchos años hasta llegar a masificarse.

La nueva BMW 645 Ci respeta esta tradición y toma componentes innovadores de su hermano el Serie 7 para dar lugar a una coupé destinada a ser un nuevo clásico.

El mercado mundial de las coupés deportivas de lujo es de sólo 30.000 unidades por año, y entre ellas, la rival más directa de esta 645 Ci es la Mercedes-Benz CL, de la cual en sus mejores años de ventas se han vendido alrededor de 11.000 vehículos por año.

¿Qué tiene un auto de lujo para diferenciarse?

A juzgar por la 645, mucho más. Por ejemplo, la llave memoriza los datos principales para el servicio técnico, como el nivel de aceite, estado de las pastillas de freno, bujías, etcétera. También contiene el kilometraje, número de chasis, fecha en que fue adquirido, color y código de la tapicería.

Las distintas regulaciones que ofrece el asiento también son destacables. Los delanteros pueden inflar con cámaras de aire el ajuste lumbar y los laterales de los respaldos, para lograr una sujeción del cuerpo increíble. Aunque, por su precio, debería disponer de la calefacción, el masaje y la ventilación con tres niveles de temperatura, como tienen otros autos de lujo. Cuenta con otras sutilezas, como la posibilidad de agrandar el cojín para lograr un mejor apoyo en las piernas (ideal para personas corpulentas), un sistema de guía lateral para el apoyacabezas y, además, lo ofrece con una carga pirotécnica que lo impulsa hacia adelante para evitar el efecto latigazo en un choque posterior.

El espacio interior permite ubicar a cuatro personas con bastante comodidad, aunque la altura que queda del asiento posterior al techo no es tan elevada. El baúl cuenta con una interesante capacidad de 450 litros.

El motor es una de sus grandes tentaciones. Con ocho cilindros y 333 CV, le otorga un empuje arrollador sin dejar de ofrecer una suavidad de marcha que no deja de asombrar. Necesita apenas 6,2 segundos para alcanzar los 100 kilómetros por hora con partida detenida y demuestra una elasticidad demoledora. La insonorización es otro punto descollante, y lo único para mejorar, que no llega a eclipsar a las otras ventajas, es el consumo en ciudad de 18,7 litros cada 100 kilómetros, aunque hay que confesar que, teniendo en cuenta sus características, el consumo es bastante lógico sin olvidar que este impulsor cuenta con el sistema Valvetronic que supuestamente hace milagros con el consumo. También es verdad que quien pueda comprarlo no se va a fijar en este detalle.
El agarre y la estabilidad que logra son sorprendentes, y no existen dudas de que en el comportamiento dinámico está lo mejor de esta coupé, fiel al lema de la marca que pregona con orgullo su placer de conducir. Este se debe a su complejo sistema denominado Dynamic Drive y a su dirección activa que cambia la desmultiplicación sobre la base de la velocidad a la que se circula.

La eficacia de la citada dirección y sus potentes frenos, con un pedal bien modulable y una acción enérgica, colaboran para llevarla a un ritmo infernal con total seguridad. La caja manual de 6 marchas le permite exprimir todo el potencial disponible, y sólo el limitador de velocidad nos impide llegar al máximo de sus prestaciones por seguridad. Alcanza una velocidad máxima de 253,8 kilómetros por hora, pero sin el limitador le sería muy fácil arribar a los 280. La solidez estructural y la terminación no tienen reproches, y se aprecia la calidad en cualquier punto del auto.

El equipamiento, como corresponde a un vehículo de su segmento, da lugar a sutilezas como el sistema de climatización que permite regular el caudal del aire por sectores para el conductor y acompañante en una forma ejemplar y el llamado I-Drive capaz de controlar hasta 700 funciones. El citado iDrive tiene la contra de contar con un solo comando para varias funciones asignadas, lo cual no siempre es una ayuda, y hay ciertos elementos que deberían tener un botón independiente, ya que es molesto el hecho de que para activarlos se tenga que ir al menú correspondiente. Al realizar un interior minimalista (es decir, con muy pocos botones), a gusto de quien suscribe, la presentación interior debe mejorarse. No se tiene la sensación de estar en un auto con un interior digno de una cabina de avión como uno desea en un automóvil de lujo y que era una de las cualidades en los BMW antiguos, y hoy se puede apreciar en los Audi A 8, y Allroad, Mercedes Clase S y E, Volkswagen Touareg y Range Rover.

Por otro lado, las únicas contras de seguridad que se pueden mencionar son la ausencia del radar anticolisión y que no trae el airbag para las rodillas que ya presentó en el Serie 7. Un faltante que no deberían sufrir los compradores de esta clase de nave en cualquier lugar de la Tierra. Este hecho no es responsabilidad de la filial local, que se caracteriza por dotar muy bien a los autos que importan, sino una decisión de la casa matriz que no compartimos.
En suma, tuvimos el placer de probar un auto que tiene una cantidad apreciable de cualidades y elementos que tardarán en trasladarse a los otros. De esta forma, BMW demuestra con la Serie 6 que vuelve a tener una coupé explosiva en el selecto grupo de las que son capaces de unir el lujo y el refinamiento clásico de una berlina de representación junto con las prestaciones bestiales de un superdeportivo. Por eso, cuesta 125.000 dólares. Existen muy pocos autos en el mundo capaces de lograr tanta eficacia.

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