24 de agosto 2019 - 00:01

Transformación digital, el desafío de las grandes empresas para no desaparecer

No comprender la realidad del entorno y no mirar las acciones que emprende la competencia puede ser letal.

Las nuevas habilidades y conocimientos que requiere cualquier transformación digital son propicias para nivelar personas.
Las nuevas habilidades y conocimientos que requiere cualquier transformación digital son propicias para nivelar personas.
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

La transformación digital es un proceso obligatorio para todas las organizaciones que quieran mantenerse de pie. Puede sonar apocalíptico, pero la realidad nos muestra que quienes, por una u otra razón, no avanzan en el proceso de digitalización se quedan en el camino. Hay ejemplos claros de esto, entre los que sobresalen compañías como Blockbuster, Kodak y BlackBerry. No comprender la realidad del entorno y no mirar las acciones que emprende la competencia puede ser letal.

Ahora bien, ¿qué provocó la irrupción de la digitalización en las empresas? Los factores siempre son varios, pero los más generales se emparentan con caída de ventas y la aparición de productos/servicios sustitutos, hasta la necesidad de agilizar procesos y estructuras. Los ciclos de vida de los productos se han acortado; antes, el público los compraba tal cual salían de fábrica y eso hoy resulta impensado. Todo lo que ingresa en el circuito comercial atraviesa un análisis previo, en el que se analizan las necesidades de posibles usuarios y clientes. Y el proceso no finaliza allí, ya que actualmente las empresas están atentas a los cambios y mejoras impuestas por el usuario.

Pero para que el proceso sea eficaz uno tiene que tener en claro dónde está parado y hacia dónde desea ir. ¿Quiero ser más eficiente, reducir costos y mejorar procesos? ¿Quiero salir al mercado con algo totalmente nuevo? ¿O quiero mejorar la experiencia de los clientes? Entrar en el nuevo ecosistema no debe pensarse como un objetivo con inicio y fin, sino como un proceso iterativo de mejora continua, en el que podamos tener feedback de los clientes para hacer cambios y mejoras.

Las empresas más chicas corren con ventajas a la hora de encarar un proyecto de este estilo y eso podemos verlo, por ejemplo, en la lucha que tienen los bancos con el mundo fintech: estructuras tremendamente pesadas y burocráticas que van perdiendo terreno contra startups que arman un grupo de personas en un espacio de coworking.

Las nuevas habilidades y conocimientos que requiere cualquier transformación digital son propicias para nivelar personas y, por ende, fortalecer equipos de trabajo. Hoy, los nacidos en el 2000 ya están formando parte de las organizaciones, es decir que la nueva fuerza laboral no conoció el mundo sin internet. Esto representa para las grandes empresas un desafío en la gestión de su capital humano, dado los que pertenecen a Generación X están comenzando a jubilarse, para darle lugar a las siguientes camadas. Hay una brecha importante que podría mitigarse con grupos multidisciplinarios, estructuras más planas y lugares de trabajo que fomenten el co-working.

Al igual que las personas, las empresas ahora también nacen digitales. Casos como Airbnb y Uber encontraron en la intermediación de servicios un nicho sumamente redituable. Otro ejemplo es Wilobank, que nació como un banco 100% digital presentándose en sociedad un sábado, día no laborable, dando una señal muy fuerte en una industria muy regulada. No es un dato menor que hoy la empresa argentina de mayor valoración bursátil sea Mercado Libre, por encima de otras compañías nacionales tradicionales de extensa trayectoria.

Dentro de este contexto, la educación se presenta como estructural, tanto sea de temas digitales como de iniciativas emprendedoras. En este sentido, varios países han ido modificando programas educativos secundarios para incorporar esta temática. Colombia, Chile y Argentina, por ejemplo. También es clave generar programas cortos a nivel universitario. Asimismo, es importante que los gobiernos se vuelvan digitales; eso empuja a muchas industrias y negocios a seguir sus pasos y flexibilizar ciertos puntos que no siempre son sencillos como los marcos regulatorios y el acceso a la financiación.

Estamos en una era donde el conocimiento será ilimitado y lo tendremos a un click de distancia, será nuestro trabajo usarlo y acomodarlo a nuestras necesidades. Las herramientas ya se encuentran a la vista.

(*) Docente del nuevo Programa Ejecutivo de Transformación Digital del ITBA.

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