25 de noviembre 2019 - 08:18

Uruguay: Lacalle Pou se impuso por un mínimo margen, pero el ganador se conocerá el viernes

En un final para el infarto, el candidato del Partido Nacional sacó una ventaja de unos 30 mil votos, menos que los sufragios observados. Por eso, para conocer al vencedor habrá que esperar el conteo definitivo.

Luis Lacalle Pou junto con simpatizantes a la hora de votar. El recuento tuvo en vilo a todo Uruguay.  

Luis Lacalle Pou junto con simpatizantes a la hora de votar. El recuento tuvo en vilo a todo Uruguay.

 

Reuters

Enviada especial a Montevideo - Al cabo de un escrutinio digno de una película de suspenso, el candidato del Partido Nacional (Blanco) y de una alianza que va del centro-derecha a la derecha dura, Luis Lacalle Pou, se impuso anoche en el balotaje presidencial uruguayo por algo más de 30 mil votos.

Pero ningún resultado estaba garantizado y al cierre de esta edición, Daniel Martínez, su rival frenteamplista, lo dejó en claro cuando saludó a los seguidores que lo esperaban en las inmediaciones del escenario dispuesto en la Avenida 18 de julio. "La diferencia no va ser superior a los que son los votos observados, por lo tanto hay que esperar para conocer el resultado final", afirmó.

La reacción del oficialista cayó como piedra para el por ahora vencedor. En un acto en la Avenida Artigas ante cientos de personas, afirmó: "Tenemos la convicción de que el marzo asume un gobierno multicolor. Formalmente lo confirmaremos los próximos días. Lamentablemente, Martínez no se comunicó". Visiblemente caldeado, reveló que el presidente Tabaré Vázquez ya se había comunicado pero que por la actitud del candidato oficialista, no podrán iniciar la transición. "Vamos a tener una semana inédita. Si supimos perder, vamos a saber ganar"

Cuando las primeras proyecciones privadas, más favorables a la oposición, fueron anunciadas cerca de las 20.30, una parte de la ciudadanía reaccionó con bocinazos y gritos y hasta hubo fuegos artificiales. “Se van”, vociferaban entusiastas desde los balcones en el acomodado barrio de Pocitos. Cinco minutos después, cuando las mismas achicaron la diferencia, se impuso el silencio.

Analistas, sin embargo, explicaron que para dar vuelta el apretado triunfo de su rival, que pone fin a 15 años de hegemonía del Frente Amplio, Martínez debería quedarse con la abrumadora mayoría de los sufragios observados, lo que parecía reducir sus chances.

El triunfo es un hecho. Lo que no se puede decir que es oficial, porque ese caudal bajo revisión corresponde al personal de mesa, militares y policías que trabajan en la custodia y que emiten su sufragio pero en diferente lugar al que les fue asignado. Las autoridades electorales deben chequear ahora que sus identidades sean las correctas. El escrutinio definitivo comenzará mañana y duraría tres días.

interUru2-REUTERS.JPG
Al igual que Lacalle Pou, Daniel Martínez también se mezcló con simpatizantes a la hora de votar.

Al igual que Lacalle Pou, Daniel Martínez también se mezcló con simpatizantes a la hora de votar.

El resultado dejó al descubierto una polarización mayor que la conocida habitual en la sociedad uruguaya, que en su vida democrática reciente se había acostumbrado a abrazar por una mayoría clara a sus nuevos líderes, salvo en 1994, cuando se demoró un día completo en proclamar vencedor al colorado Julio María Sanguinetti, debido a que la diferencia era mínima: 20.000 sufragios. Anoche, la compañera de fórmula de la oposición, Beatriz Argimón, reconoció que había 30.000 votos observados, un número similar a la diferencia entre los dos competidores, por lo que la historia parecía repetirse.

La sociedad que Lacalle Pou formó junto a otros cuatro partidos fue clave para el crecimiento del centro-derecha. A su viejo rival y aliado de los comicios recientes, el Partido Colorado, se sumaron dos formaciones menores, sobre todo la que dio la sorpresa en la primera vuelta, Cabildo Abierto (CA), liderado por el ex jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, que con sus 11 diputados y 3 senadores tiene una llave crucial en el Parlamento.

En su afán por homogeneizar posiciones, los dirigentes de la opositora liga “multicolor” anunciaron un entendimiento de trece puntos que intenta arrojar luz sobre la hoja de ruta en materia de seguridad y economía, aunque los detalles son vagos y las dudas abundan. Por caso, como receta para la reducción del déficit fiscal el PN promueve achicar el Estado, pero se desconoce qué áreas podría tocar. Y para contener el delito, acordaron la ampliación del concepto de legítima defensa y aumentar la vigilancia.

Durante la campaña, Lacalle Pou hizo además varias referencias a una “ley de urgente consideración” que prometió presentar a los parlamentarios una vez que asuma la nueva legislatura en marzo próximo y que incluye un articulado de entre 300 a 500 medidas como parte de una estrategia de shock.

Las principales consultoras (Factum, Cifra, Equipos y Opción) habían anticipado Lacalle Pou se impondría con claridad y no observaron que el país quedaría prácticamente dividido por mitades. ¿Fallaron las encuestas o hubo algún terremoto de último momento que acercó a los postulantes? Cobraba fuerza la idea de que el video que compartió Manini Ríos a horas de iniciar la veda electoral en la que llamaba a los soldados a votar por el PN, lo mismo que el comunicado de militares retirados en el que demandaban a “erradicar al marxismo” del país (ver recuadro aparte), terminó por asustar a parte de los indecisos, que en la previa se ubicaban todavía en torno al 6% del electorado.

El Frente Amplio, que condujo al país por la senda del crecimiento pese a que la región y las grandes potencias atravesaron por turbulencias desde 2005 hasta ahora, sufrió una merma del electorado en el interior del país. Martínez renunció a la alcaldía de Montevideo para competir como candidato presidencial y centró gran parte de su campaña en su bastión, mayoritariamente de centro-izquierda.

El desempeño del segundo ciclo de Vázquez no incluyó medidas que siguieran mejorando la calidad de vida de los sectores más carenciados. “Los dos primeros gobiernos del Frente Amplio fueron muy buenos, tanto en materia de derechos humanos como beneficios para el bolsillo de la gente. Pero este último período fue muy malo y se ha subestimado la inseguridad”, dijo Lorenzo, quien, pese a que caminaba por la Rambla con una bandera oficialista enrollada al cuello, no escondió su descontento con la administración saliente.

“Es propio del desgaste de estar tanto tiempo en el poder, pero los sigo votando con convicción”, enfatizó.

Dejá tu comentario

Te puede interesar