15 de agosto 2017 - 23:00

Jujuy: el artista que inauguró una nueva era geológica

• EL TUCUMANO TOMÁS SARACENO PRESENTÓ EN LAS SALINAS GRANDES "AROCENE EXPLORER ARGENTINA"
Ocho esculturas negras flotan en la desmesura oceánica del paisaje, en una obra de poderoso atractivo visual.

Arocene Explorer Argentina. Las esculturas de Saraceno en las Salinas Grandes de Jujuy.
Arocene Explorer Argentina. Las esculturas de Saraceno en las Salinas Grandes de Jujuy.
La semana pasada, en las Salinas Grandes de Jujuy, se inauguró el proyecto "Arocene Explorer Argentina" del artista tucumano Tomás Saraceno (1973) que reside desde hace más de una década en Alemania. El poderoso atractivo visual de la obra es equiparable a la potencia conceptual que la sustenta y que, por lo demás, trasciende los discursos políticos o ecologistas. Ocho esculturas negras flotan en medio de la desmesura oceánica del paisaje. Las formas de los prismas se duplican al proyectar sus sombras sobre el blanco territorio de sal.

Con un arte que remonta vuelo y la belleza extrema de esta coreografía espacial, Saraceno le dice adiós a la era geológica actual: el Antropoceno, período que se inicia con la revolución industrial al despuntar la violenta interacción del hombre con la naturaleza. Hoy, el artista designa con el término "Aeroceno", una nueva era dedicada al cuidado de nuestro planeta.

Ocho mochilas contienen los "Arocene Explorer", cada kit contiene el material para los vuelos, desde linternas, guantes, aparatos para filmar, fotografiar y medir las condiciones atmosféricas en las alturas, hasta los grandes prismas de seda negra que se inflarán como globos al amanecer, corriendo hasta cargarlos de aire por su boca.

Saraceno sorprendió a los porteños hace unos meses, cuando presentó en el Museo de Arte Moderno la exposición "Cómo atrapar el universo en una telaraña". La muestra exhibe los filamentos tejidos por 7.000 arañas que representan en tres dimensiones las estructuras y las redes del cosmos. Ahora, sus esculturas aéreas vuelven a causar asombro. El mensaje es contundente: para preservar la armonía del cosmos los "Aerocene" no utilizan combustible fósil ni gases. La radiación solar los impulsa y genera una diferencia de temperatura entre el interior y el exterior del globo que provoca su ascenso. Luego, sujetos a la tierra con una cuerda, se moverán con el viento.

Las Salinas son un enclave propicio para cuestionar el destino del planeta. Frente a la noche del Antropoceno que ya se adivina, La Puna, con sus 3.400 horas anuales de sol, se vislumbra como un yacimiento inagotable de energía. Entretanto y como contrapartida, la aridez del paisaje y la sensación del tiempo detenido remiten a ese otro desierto en el que peligra la humanidad y al que se refiere Jürgen Habermas, cuando dice: "Cuando se secan los manantiales utópicos se difunde un desierto de trivialidad y perplejidad".

El Aerocene marca la senda correcta para la investigación. Con este objetivo en común, el Ministro de Medios, Hernán Lombardi, la directora de Artes Visuales del CCK, Gabriela Urtiaga, y el Ministro de Turismo de Jujuy, Carlos Oehler, acompañaron a Saraceno y su equipo: los artistas Martín Bonadeo, Maximiliano Bellmann y Guido Ignatti, la gestora Agustina De Ganay, el ingeniero Sven Steudte y los científicos Inés Leyba, Pío Torroja y Joaquín Ezcurra y Eduardo Marengo. Un grupo de artistas jujeños fue el primero en compartir la experiencia. Los Aerocene kits permiten explorar el cielo a quienes los utilicen y en el CCK informan que a partir de este mes y hasta mayo de 2018, se repartirán en distintas comunidades de las provincias.

"La sensibilidad poética unida a una imaginación fecunda y la mente de un científico puesta al servicio del arte, logran despertar el interés por repensar la relación del hombre con el planeta", concluye Urtiaga. La preocupación de Saraceno por la "adicción a quemar hidrocarburos", lo indujo a crear un globo que, con la energía del sol, batió el récord de permanencia en el aire.

Hijo de una bióloga y un ingeniero agrónomo, hermano de una bióloga y un físico, Saraceno tiene un tío también físico. En estos días exhibe en la galería Ruth Benzacar las "Ciudades-Nubes", esferas livianas para flotar en el espacio que batieron el record de visitantes cuando se presentaron en la terraza del Metropolitan de Nueva York. Saraceno trabaja con el MIT en estas esculturas aéreas y aspira a verlas volar "hasta tres años sin estar en órbita, con la velocidad de los vientos y la termodinámica".

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