19 de octubre 2018 - 12:06

Andes Líneas Aéreas: "Con el ingreso de las low cost se ha fomentado una competencia ficticia"

Andes es una firma de capitales argentinos y está tercera detrás de Aerolíneas y Latam. Denuncia que tras la guerra de ofertas hay una estrategia ilegal de algunas empresas. HORACIO PRENESTE, GERENTE GENERAL DE ANDES LÍNEAS AÉREAS

Ajuste. Horacio Preneste admitió que debieron devolver dos aviones para bajar los costos.
Ajuste. Horacio Preneste admitió que debieron devolver dos aviones para bajar los costos.
¿En qué punto encuentra a Andes el nuevo contexto económico del país?

Horacio Preneste: Andes ha venido ganando cuota de mercado de manera muy firme con un plan de trabajo muy consistente. En nuestros 12 años de vida siempre cumplimos con lo que prometimos, con lo que dijimos en la audiencia pública de 2016. Nosotros dijimos vamos a contratar tanta gente, y lo hicimos. Vamos a traer cuatro aviones, y lo hicimos. Otros hablaron de miles de millones de inversiones que nunca se vieron. Nuestros resultados eran excelentes. Habíamos planeado incorporar tres aviones a lo largo de este año. Pero todo cambió a partir de abril.

¿Qué aspecto de la crisis económica los afectó más?

H.P.: La devaluación y la dolarización de los precios del combustible generaron una situación muy complicada. La devaluación podría haber afectado la demanda, tal vez razonablemente. En enero la distribución de costos era 26% valores en dólares, 22% eran salarios, 24% eran precios nacionales ajustados por el costo de vida, y 26% combustibles. Ahora, entre costos en dólares más el combustible dolarizado se llega a 70%. Estos valores en dólares no forman parte de las decisiones de la compañía. El avión no puede gastar menos combustible. Es decir que más de 70% de nuestros costos no tenemos cómo manejarlos.

¿Qué impacto tuvo la desregulación tarifaria en este contexto?

H.P.: La situación se agravó porque en el medio ingresaron al mercado compañías low cost, con espaldas financieras para sostener una estrategia de ingresar vendiendo pasajes baratos, perder dinero y así ganar cuota de mercado. Cuando se eliminó la tarifa mínima, lo que yo planteé a las autoridades fue que cuando uno desregula deben existir mecanismos antidumping, como lo muestran los ejemplos de Chile y Estados Unidos, para evitar la depredación de los mercados. Y eso significa que se pueden abaratar las tarifas, pero nadie puede poner precios por debajo de los costos. La salud de las empresas debería basarse en una tarifa que cubra sus costos, que pueda crecer y garantizar a los pasajeros estándares de calidad, eficiencia y seguridad que el negocio requiere. Pero esto no es lo que está sucediendo.

¿Qué está pasando?

H.P.: Existe un agravante de esta situación: hay una compañía que todavía no empezó a volar y hace un mes que está vendiendo vuelos a precios bajos. Cómo es posible que el precio de venta de los pasajes de los próximos meses lo fije una compañía que todavía no está operando en el país frente a empresas como Aerolíneas Argentinas, Lan y Andes que están establecidas hace muchos años. Ahora vivimos una situación complicada, pero no por culpa nuestra, sino por el contexto. Y en este contexto lo malo es que se creó una competencia ficticia. Para las compañías que estamos instaladas y sufrimos el golpe, de repente vienen de afuera empresas con una capacidad muy importante para perder dinero.

¿Cómo se planta Andes frente a esta circunstancia?

H.P.: Tenemos la gran ventaja de ser una compañía chica, de lo más eficiente del mercado porque tenemos una parte principal de la flota que es nuestra y la cantidad de gente es menor que el resto de las empresas. Tenemos 480 empleados. Operamos con la cantidad justa que necesitamos y eso nos hace más eficientes. No tenemos deuda bancaria ni impositiva. Pagamos los sueldos al día. Siempre nos manejamos en forma prolija. Y eso nos hizo fuertes. Pero también nos pone en debilidad: la posibilidad de acceder a un préstamo de un banco acá es imposible, con tasas por encima de 70% no tiene sentido.



¿Se vieron obligados a realizar un ajuste en la empresa?

H.P.: La situación nos obliga a todos a ajustarnos. Estamos en medio de una revisión de costos y por eso devolvimos dos aviones. Los planes de sumar tres aviones quedaron demorados por ahora. Y de hecho ya hemos devuelto dos B-737 que teníamos en leasing.

¿Cómo sigue esto?

H.P.: Nuestra idea es mirar qué hay del otro lado de la tormenta. Si vemos un futuro vamos a estar ahí, sin duda. El tema más importante para nosotros es cumplir nuestros compromisos. Pero detrás nuestro no hay ni un banco ni un grupo empresario, ni un fondo de inversión, ni otra aerolínea. Los dueños somos la gente que trabaja acá. Una empresa argentina, de capitales nacionales. Y hace 12 años que estamos juntos. Hemos sido muy cuidadosos en el proceso de incorporación de gente. Y también nos va a doler muchísimo si en algún momento tenemos que reducir algo.

¿Qué puede pasar con la Revolución de los aviones del Gobierno?

H.P.: Todo estaba para eso, pero la verdad es que el contexto cambió. Todos teníamos una visión de que esto era muy importante. Hasta abril habíamos crecido en participación y cantidad de aviones. Aerolíneas Argentinas había crecido y había reducido sus pérdidas. Lan se estaba acomodando. Lo malo es cuando empiezan a enviar señales al mercado otros jugadores que son realmente distintos.

Jorge Velázquez

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