14 de octubre 2025 - 11:29

Toyota prepara lanzamiento de su primer auto eléctrico con batería de estado sólido

Junto a otra empresa reconocida de Japón, la automotriz avanza en un proyecto que promete revolucionar el futuro de la movilidad eléctrica.

Toyota avanza en la creación de una batería de estado sólido

Toyota avanza en la creación de una batería de estado sólido

Toyota y Sumitomo Metal Mining, dos de las empresas más emblemáticas de Japón, avanzan juntas en un proyecto que promete transformar el futuro de la movilidad eléctrica. Ambas compañías trabajan en el desarrollo y producción masiva de materiales de cátodo para baterías de estado sólido, una tecnología considerada clave para la próxima generación de vehículos eléctricos (BEV).

Una tecnología que redefine la movilidad eléctrica

A diferencia de las baterías de ion-litio tradicionales, las de estado sólido reemplazan el electrolito líquido por uno completamente sólido. Este cambio estructural ofrece ventajas notables: mayor densidad energética, recargas más rápidas, mayor vida útil y un riesgo mucho menor de incendio. Toyota prevé que sus primeros modelos equipados con esta tecnología lleguen al mercado entre 2027 y 2028, en lo que podría marcar un punto de inflexión para la industria automotriz global.

El desafío principal radica en mejorar la durabilidad de los materiales del cátodo, ya que su degradación afecta el rendimiento a largo plazo. Desde 2021, Toyota y Sumitomo han trabajado en conjunto en una fórmula más resistente, desarrollando un compuesto basado en una innovadora tecnología de síntesis de polvos que mejora la estabilidad durante los ciclos de carga y descarga.

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El desafío principal radica en mejorar la durabilidad de los materiales del cátodo, ya que su degradación afecta el rendimiento a largo plazo.

El desafío principal radica en mejorar la durabilidad de los materiales del cátodo, ya que su degradación afecta el rendimiento a largo plazo.

Sumitomo Metal Mining, con más de 20 años de experiencia en materiales para baterías, planea llevar esta innovación a escala industrial. El objetivo es garantizar el suministro para una demanda que crecerá de forma exponencial hacia el final de esta década. Paralelamente, ambas empresas trabajan en reducir costos, mejorar la eficiencia energética y adoptar prácticas de economía circular para minimizar el impacto ambiental.

La apuesta no es solo tecnológica: implica repensar la cadena de valor, disminuir la dependencia de metales críticos como el cobalto y el níquel, y asegurar una producción sostenible y trazable.

El impulso hacia las baterías de estado sólido se da en un contexto mundial donde las regulaciones ambientales son cada vez más exigentes. Japón incorporó esta tecnología en su plan nacional de innovación verde, mientras que Europa avanza hacia la meta de que todos los vehículos nuevos sean cero emisiones a partir de 2035. Programas como el Green Innovation Fund o el Battery Passport europeo refuerzan la necesidad de que las nuevas baterías sean más limpias, eficientes y reciclables.

Un futuro con mayor autonomía y menor impacto

Los beneficios de esta tecnología son claros: vehículos con autonomías que podrían superar los 1.000 kilómetros, recargas ultrarrápidas, menor huella de carbono y una vida útil más prolongada. Toyota estima que sus primeras baterías de estado sólido ofrecerán hasta 965 km de alcance, con una versión posterior capaz de llegar a los 1.200 km.

Si las previsiones se cumplen, el lanzamiento comercial previsto para 2027-2028 podría marcar un antes y un después en la movilidad eléctrica global, combinando innovación tecnológica, sostenibilidad y competitividad industrial.

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