7 de enero 2019 - 00:03

"Black Mirror: Bandersnatch", la ilusión de elegir tu propia aventura

SE LANZÓ EN NETFLIX EL FILM QUE "INVITA" A ELEGIR CAMINOS EN EL ARGUMENTO - Derivada de la cautivante "Black Mirror", esta película precede la quinta temporada de la serie, del mismo creador Charlie Brooker.

caminos. Una imagen del momento en que se habilita a aceptar o rechazar la opción para continuar con la historia. El espectador se vuelve parte forzosa de la narración, un personaje que maneja el destino del protagonista.
caminos. Una imagen del momento en que se habilita a aceptar o rechazar la opción para continuar con la historia. El espectador se vuelve parte forzosa de la narración, un personaje que maneja el destino del protagonista.

En la última semana de 2018 se estrenó en Netflix la película “Black Mirror: Bandersnatch”. La novedad fue publicitada por su capacidad interactiva, que permite al espectador elegir entre dos opciones en diversas partes de la historia y ser protagonista a través del control remoto para llegar a distintos finales y construir la trama. La “novedad” que implementó el gigante del streaming invadió las redes sociales y viralizó el lanzamiento.

El guión corrió a cuenta del británico Charlie Brooker, creador de la serie. Esta película se ubica tras la temporada 4 (estrenada a fines de 2017) pero sin conexión con ella. La quinta temporada está anunciada para 2019, aparentemente retrasada por lo demandante del trabajo con Bandersnatch. La idea de introducir la interactividad fue una propuesta de Netflix a Brooker, que aceptó el desafío que va en línea con el espíritu tecnológico de Black Mirror.

La apuesta tuvo su riesgo. En Netflix sabían de antemano que la obra de ficción no podría verse en un porcentaje importante de TVs que carecen de la aplicación actualizada de la plataforma, dejando a parte del público con televisores no tan viejos sin la posibilidad de reproducir el contenido. Esto se debe a que muchos dispositivos no tienen la capacidad de precargar en la memoria las dos escenas futuras y tenerlas listas para reproducirse. La solución es verlo en la computadora, tablet o celular.

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El film trata sobre un programador de videojuegos en 1984, -tiempos de Atari, ZX Spectrum y Commodore 64- que empieza a desarrollar un juego y es contratado por una compañía para terminarlo y convertirlo en un producto comercial. El protagonista lucha con desequilibrios mentales que junto con la paranoia de la historia lo llevan por lugares oscuros que precipitan acciones desmedidas y que generan múltiples y diversos finales.

La nostalgia ochentosa vuelve como una táctica avalada por los algoritmos para seducir al público como con “Stranger Things”, “Dark” y mismo en “Black Mirror” con el episodio “San Junípero”. De hecho la tipografía de “Stranger Things” evoca títulos de la década del ochenta, entre ellos los de la recordada colección de literatura juvenil “Elige tu propia aventura”. Así, Bandersnatch no solo replica la atmósfera sino también el mecanismo de esos libros, y de paso se mete en la lógica interactiva de los videojuegos.

La gran burla de Netflix es publicitar un libre albedrío que en realidad no existe en Bandersnatch. Las elecciones muchas veces derivan en el mismo camino, en otras se fuerza inevitablemente a elegir una opción tras regresar de un final precipitado y a fin de cuentas cualquier camino atraviesa el grueso de las escenas fundamentales. Además, hacia el final, se ofrece retroceder para reproducir las escenas no vistas y abarcar todo el contenido. Los diagramas que circulan en la web muestran las posibilidades de armar las escenas y el sendero dirigido que traza Netflix en donde apenas cambian los finales. El mecanismo en sí mismo conspira contra la creación de un buen film porque todo lo sucedido pasa a ser relativo, los desenlaces se mezclan y en última instancia el que debe crear una buena película, con un desarrollo calculado, es el director.

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“Solo es un artificio, un modo de distinguir un producto cómo ‘diferente’ y mejor de otros”, opina sobre el componente interactivo de la serie Esteban Ierardo, docente, filósofo y autor de los libros “Sociedad pantalla: Black Mirror y la tecnodependencia” y “Mundo virtual: postapocalipsis y ciberadicción” (Ediciones Continente). Agrega: “Hay una ilusión de participación y elección libre porque elegir entre unas pocas posibilidades de tramas preestablecidas encubre una estrategia de captación de la atención”.

El artificio de la elección sí tiene algunos puntos a favor, más allá de la acción de marketing que logró que redes sociales se poblaran de comentarios sobre el formato, los distintos finales y los contenidos ocultos. El espectador se vuelve parte forzosa de la narración, un personaje que maneja el destino del protagonista. En esa metaficción la historia misma se contamina con las elecciones y se habla de la imposibilidad de elegir, de un inevitable destino diagramado por otros que domina a las personas. Un concepto que, ingenuo o no, se aplica sobre el mismo Netflix y los contenidos que impone en las audiencias. Incluso hay algo perverso en optar con el control remoto si se quiere cometer un asesinato. Recuerda al experimento Milgram de los años sesenta, que determinó la alta disposición de voluntarios a provocar dolor a otros siguiendo órdenes de una autoridad. ¿El algoritmo de Netflix guardará registros de nuestra inclinación criminal en la ficción?

Más allá del formato, la trama no sorprende como en temporadas anteriores, en particular las innovadoras primeras dos transmitidas en Reino Unido por Channel 4 antes de pasar al streaming. “Era esperable que Netflix, una vez comprados los derechos de Black Mirror, presionara para insertarle una andadura más festiva que disruptiva y distópica. Charlie Brooker paga la mayor difusión de su serie con una asimilación cada vez mayor a las condiciones del sistema, y se distancia así de la construcción de una ficción que al menos en teoría, buscaba cuestionar los peligros del exceso tecnodigital global”, concluye Ierardo.

En cuanto al éxito de la modalidad “Elige tu propia aventura”, quedará en Netflix la decisión de utilizarlo en otros productos. Por lo pronto Charlie Brooker adelantó que no tiene planeado volver a poner en práctica ese recurso en Black Mirror, pero principalmente por el esfuerzo extra que significó Bandersnatch.

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